¿En qué consiste el programa nacional contra las adicciones llamado por el gobierno “Juntos por la paz” y porqué es importante conocer esta información? Aquí encontrarás sus objetivos, planes de acción y formas de solicitar apoyo.
Por un lado, la percepción de un estado de paz por parte de los mexicanos disminuyó un 11% solo en 2017, a esto hay que sumarle los dos años siguientes donde la delincuencia ha ido en aumento.
Tan solo en nuestro país se estima que existen al rededor de 2.2 millones de consumidores de sustancias adictivas, de los cuales cerca de 230 mil son niños o adolescentes. El promedio de menores de edad que prueban las drogas aumentó en un 300% solo en 2017, mientras que el incremento de consumidores adultos fue de un 141%.
Para considerar estas cifras debemos de tomar en cuenta que se trata de consumidores frecuentes, es decir, que buscan la sustancia de manera adictiva. Dentro de los tipos de consumidores encontramos primero a los consumidores experimentales, es decir, que probaron la sustancia por curiosidad y solo la han consumido en situaciones aisladas y sin generar dependencia. Posteriormente encontramos a los consumidores ocasionales quienes generalmente consumen en alguna ocasión especial, celebración o en periodos muy específicos de tiempo sin tampoco generar dependencia. En tercer lugar se encuentra el consumidor habitual quien ya busca de forma activa el obtener la sustancia por sí mismo y de manera regular, cada fin de semana por ejemplo, y que ya genera tolerancia que quiere decir que cada vez necesita de mayor cantidad para obtener el mismo resultado placentero. Por último tenemos al proceso de adicción como tal en dónde la persona no solo ha generado tolerancia, sino que ha creado una conexión orgánica o fisiológica con lo que consume y dónde dicho consumo empieza a afectar sus relaciones sociales, familiares y laborales.
A este último proceso se le considera por parte de la Organización Mundial de la Salud como una enfermedad ya que produce cambios fisiológicos, en la química cerebral por ejemplo, que impiden que la persona deje la adicción solo por fuerza de voluntad. Esto no exime al adicto de su responsabilidad como consumidor, sino que permite la atención interdisciplinaria de su adicción desde el punto de vista médico, social y psicológico.
¿De qué depende que una persona se vuelva adicta y otra no?
Aquí intervienen múltiples factores que van desde la genética, sí en la familia de la persona hay antecedentes de adicción, la personalidad, en este sentido que tan capaz o no es la persona de sobrellevar las dificultades de la vida y su tolerancia a la frustración, el medio en el que se desenvuelve y la presión social o el consumo normalizado de compañeros y amigos.
La dependencia fisiológica inicia cuando el organismo comienza a acostumbrarse al estado alterado producido por la sustancia y lo “necesita” para su funcionamiento normal, dando como resultado el síndrome de abstinencia si la sustancia se deja de consumir, esto se ve reflejado en una serie de síntomas desagradables que pueden ir desde mareos, náuseas, temblores o hasta episodios psicóticos y convulsiones. Este periodo es el más crítico para una persona que desea dejar de consumir porque puede presentar recaídas con tal de evitar estos síntomas, la cantidad y fuerza de su presencia varía según la o las sustancias consumidas, el tiempo de adicción y la frecuencia, por lo que es muy recomendable que si nos vamos a someter a un periodo de desintoxicación lo hagamos en algún centro de salud o clínica especializada en adicciones o bajo estricta supervisión médica.
La mayoría de dichos programas cuentan con asesoramiento y acompañamiento de tal modo que el cuerpo pueda obtener el efecto placentero de otras actividades más saludables como el ejercicio, el contacto espiritual y la sensación de pertenencia a un grupo de personas que están pasando por lo mismo y con quienes se pueden establecer redes de apoyo para superar el problema.
Este gobierno ha iniciado un programa de prevención de adicciones titulado “Juntos por la paz“ y que consiste entre otras cosas en lo siguiente:
Una campaña en medios de comunicación (radio, televisión, medios digitales) dónde se advierte de algunas de las principales consecuencias personales y sociales que traen como consecuencia las adicciones.
La visión de la adicción como parte de un contexto en donde los distintos ámbitos relacionales del adictiva pueden identificar a través de una comunicación asertiva y efectiva los principales signos de alerta del consumo de sustancias.
La desmitificación del consumo de drogas como de uso exclusivo de delincuentes, mostrando las diferentes formas en las que todos somos vulnerables.
Poner énfasis particularmente en niños y adolescentes donde se ha identificado un inicio cada vez más temprano en el consumo
El mantenimiento y evaluación de un directorio nacional del sector salud y de organizaciones de la sociedad civil donde se atiende de manera profesional las adicciones
La habilitación del número 800 911 2000 el cual se encuentra disponible las 24 horas los 365 días del año en donde se recibe orientación telefónica en casos de crisis, no solo relacionadas al consumo de sustancias, sino también en casos de suicidio, depresión o trastornos mentales en general, y dónde te podrán referir al espacio o clínica de atención más cercano en la República, así como informarte de los distintos costos y pasos a seguir para ti o algún familiar o amigo cercano.
El objetivo principal de este programa es mantener informada a la población sobre el consumo de sustancias y los desórdenes emocionales en general con el fin de que las personas que los padecen sean vistos como parte de la sociedad en lugar de ser excluidos o discriminados y que puedan recibir lo más pronto posible la atención interdisciplinaria necesaria.
Te invitamos a informarte acudiendo a cualquier clínica del sector salud o llamando al teléfono de emergencia mencionado arriba para recibir asesoramiento certificado. Al final del día la prevención y el buen uso de la información son las claves para fomentar en nosotros y en las futuras generaciones una mayor consciencia y cultura de la salud mental.
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