En algunas ocasiones las personas se pueden ver envueltas en situaciones que les generen angustia; estos momentos pueden llevar a que se cuestione mucho acerca de la situación, el entorno y de sí mismo. Si bien es cierto que estas experiencias son parte de la vida, suele suceder que cuando la persona se siente sobrepasada por estas experiencias termine generándole un malestar.
Seguramente la persona habrá hecho todo lo posible para no pensar en esta situación, algunos optan por comenzar a hacer actividades como poner una película, leer un libro, salir de compras o buscar distracción con otras personas. Sin embargo, a pesar de tener estos momentos de fuga, puede que esta idea no salga de su cabeza, al no irse y aparecer día con día, podemos preguntarnos ¿Por qué pienso cosas que no quiero pensar?
Para lograr entender este fenómeno, es importante determinar ¿Qué entendemos por un pensamiento desagradable? Estas ideas pueden comprenderse de distintas maneras; una de ellas, pudiera ser una experiencia por la que se haya atravesado y resultó difícil de asimilar para la persona, sin embargo, no todo el tiempo aparece y en muchas ocasiones se puede percatar que ocurren a raíz de tener contacto con algo que nos haga referencia a ese suceso.
Por otro lado, existen otro tipo de pensamientos que aparecen sin motivo aparente. A estas ideas las llamaremos pensamientos intrusivos; Este tipo de pensamientos aparecen de forma involuntaria y no somos conscientes de qué forma se desarrollaron; sin embargo, cuando aparecen pueden causarnos daño emocional y es cuando se vuelve una problemática importante. Aunque los motivos tendrán que ver con la persona y sus experiencias de vida, hay cuatro condiciones frecuentes en la salud mental que pudieran originarlos:
· Ansiedad: La ansiedad, es una preocupación excesiva, aparecen pensamientos repetitivos y puede llegar a causar malestar físico como agitación, mareo, dolor de estómago, sudoración y sensación de intranquilidad. Un ejemplo es: “me quedé dormido, llegaré tarde al trabajo y me quedaré sin empleo y nunca más me volverán a contratar”, aunque la situación es cotidiana, si evaluamos el nivel de pensamiento nos daremos cuenta que una preocupación pequeña, se volvió algo grande y no nos permite pensar con claridad sobre lo que ocurre.
· Depresión: Cuando el trasfondo hay pensamientos de desesperanza sobre sí mismo y el entorno, hablamos de ideas depresivas. Pudieran iniciar con pensamientos devaluadores como: “no sirvo para nada”, “nunca me va bien”, “soy un fracaso”, cuando estos pensamientos se vuelven más severos, es cuando la desesperanza aparece como, por ejemplo: “ya no se para qué vivo”, “la vida sería más fácil sin mí”, a estos pensamientos los llamaremos ideas de muerte y pueden ser el inicio de una ideación suicida.
· Psicosis: La psicosis, es una pérdida del contacto con la realidad. Esta condición afecta a la persona debido a que puede ver, escuchar, sentir o pensar cosas que otras personas no. Estos pensamientos intervienen con la vida cotidiana debido a que causan temor y sufrimiento en la persona que lo experimenta, por ejemplo: “siento que no estoy viviendo en esta realidad”, “hay personas dentro de mi cabeza”.
· Obsesión: Los pensamientos obsesivos suelen tener esta connotación negativa presente, son ideas que se repiten con tanta frecuencia que no permiten a la persona experimentar su entorno con tranquilidad, por ejemplo: “si no me lavo las manos, todos enfermaran y morirán”.
Sin duda podemos tener actividades que nos permitan disminuir la angustia que experimentamos, así encontrar información y educar acerca de la salud facilita a la persona la búsqueda de un servicio de acuerdo a sus necesidades. Para estas situaciones es recomendable atender una valoración psicológica para determinar lo que sucede con la persona y la atención que necesita, algunas veces se puede recurrir al apoyo de un psiquiatra para disminuir los síntomas momentáneamente en lo que se trabaja estas ideas en una psicoterapia. Recordemos que tener un acercamiento con un especialista es construir una narrativa diferente de lo que sucede con la persona, comprender y accionar para mejorar la calidad de vida.
Lic. Cynthia González.
Psicóloga clínica
Asociación Libre Monterrey
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