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Red flags: más que una señal de alerta


Cuidado con las señales de alerta o redflags

Hace poco la tendencia en redes sociales acerca de las #redflags tomo impulso para señalar aquellas conductas, gustos o hábitos que podrían ser indicios de #alarma en una persona, como una conjunción de signos preventivos de que podría ser desfavorable relacionarse con alguien. Se habla de ellas como una especie de previsión, así como las banderas rojas que se encuentran alrededor de un camino peligroso o en construcción para alertar a las personas del cuidado al transitar, el termino hace referencia a los riesgos a los que hay que estar alertas para identificar si son un #peligro eventual en una relación. Es un concepto que puede ser utilizado en diferentes tipos de vínculos desde relaciones familiares, de amistad, sexoafectivas o laborales, y aunque se impulsaron con un tono divertido entre memes y bromas, la realidad es que las red flags pueden tanto encasillar comportamientos como pueden ayudar a reconocer personas perjudiciales o con ideales opuestos a los personales.


Mientras que para algunos identificar que una persona es desorganizada o impuntual puede pasar como algo sin mucha relevancia, para otros esto puede ser una señal acerca de la manera en la que dirige su vida en general, pues lo que para ciertas personas es un problema para otros puede no ser así, entonces ¿Qué es lo que hace a una conducta una red flag? Sin importar el tipo de relación, la interacción entre dos personas conlleva un proceso de ajuste mutuo, se puede dar entre comportamientos que son molestos para la otra parte de la relación, por ejemplo, una negociación puede apoyar a lidiar con rasgos incomodos que son hasta cierto punto tolerables, sin embargo hay puntos personales con los que no hay medida de acuerdo. La clave particular es la claridad que se tenga acerca de estos puntos que son innegociables y de que tan importante o intensa sea la diferencia de pensamiento, hay ideologías personales con las que no hay lugar a debate acerca de que tanto se puede dejar de pensar de cierta manera, como integrar movimientos sociales o la religión que se profesa, pues son convicciones particulares que marcan la identidad.



No normalicemos o romanicemos las conductas violentas.

Identificar que comportamientos no pueden ser tolerados tiene que ver con atender esa sensación interna de que algo no está marchando bien, de que esa persona genera sensaciones confusas. Sí por mucho tiempo se normalizaron conductas #violentas en las relaciones personales, atender a esta señal interna puede ser complicado de percibir. Viralizar el tema de las red flags ayuda a #visibilizar este tipo de conductas invalidas que para algunas personas puede ser más difícil de leer. Es común que después de terminar relaciones conflictivas exista culpa por no haber podido detectar antes las señales de que ese vínculo no era sano, sin embargo en el momento en el que se establecen esas relaciones, influyen diferentes circunstancias y contextos que son diferentes a los que la experiencia ha dejado, ayudando a percibirlo de forma diferente. La sensación de culpa puede llegar a bloquear el aprendizaje y la toma de acciones de autocuidado, el acompañamiento de un #terapeuta puede apoyar a hacer más visibles estas señales ocultas, para aprender nuevas formas de relacionarse.


Por otro lado, la tendencia en redes sociales llega a encasillar algunos comportamientos, evitando que se nombren esas conductas molestas que tienen opción de ser dialogadas, uno de los principales recursos para desarrollar puntos de encuentro. La predisposición a la conducta del otro hace desechable el vínculo y es un obstáculo para identificar qué es eso que causa #malestar. Diferenciar entre una señal de advertencia y una señal de desafío no es sencillo y es un trabajo constante de autoconocimiento de límites en las relaciones afectivas. Es importante estar atentos de los puntos en los que se cede de manera incondicional, y de cuando se hacen esperando algo equitativo a cambio, pues la espera de compensación pesa sobre la relación.


Ser conscientes de lo que gusta y disgusta en una relación y como eso puede ir variando con el tiempo y de una relación a otra, reconocer las propias red flags que se prenden al relacionarse afectivamente con una persona y hablar sobre todo ello exponiendo esa parte interna, son diferentes formas de afirmarse de manera satisfactoria y sana dentro de un vínculo.






Psic. Estefany Hernández

Atención psicológica a niños, adolescentes y adultos.

Asociación Libre - Psicólogos en Guadalajara



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