top of page

Artículos sobre Ayuda Psicológica

La psicoterapia en ocasiones pasa por momentos de calma y de reflexión, por esto a veces necesitamos generar una pausa en nuestro discurso, procesar en nuestra mente lo que acabamos de decir.

Cuando acudimos a un proceso de psicoterapia, tomamos la decisión a partir de un malestar que nos aqueja y que representa un obstáculo en nuestra estabilidad emocional principalmente. El malestar o problemática suele cobrar fuerza, y después de intentar sobrellevarlo por nuestra cuenta o mediante el apoyo de terceros, nos damos cuenta que necesitamos una ayuda profesional; es así que la afectación o afectaciones que experimentamos se convierten en un motivo de consulta que queremos solucionar o eliminar, se vuelve un mal que interfiere con nuestra calidad de vida, nuestras relaciones sociales y sentimentales, nuestro desempeño laboral/académico/físico, irrumpe con la normalidad de nuestro funcionamiento, altera el estado emocional, e interfiere con la racionalidad con la que tomamos nuestras decisiones. Durante las primeras sesiones, el psicoterapeuta generalmente dedica el tiempo a dirigir un proceso de entrevista, en el que, el abordaje suele ser más activo y directo, de modo que la participación de la persona que consulta se enfoca más en prestar atención a las preguntas y brindar los datos que le solicitan; si bien es cierto que desde las primeras sesiones se otorga un espacio para que la persona pueda expresar mucho de su sentir y encuentra un primer momento para canalizar ese dolor o afectación, las primeras sesiones tenderán a estar enfocadas a la exploración por parte del psicoterapeuta para obtener la mayor información posible que permita llegar a una impresión diagnóstica, proponer el trabajo del tratamiento, establecer objetivos.

 

La atención psicológica puede ser abordada desde diversas corrientes teóricas, y particularmente desde nuestra clínica en “Asociación Libre” se trabaja a partir de la corriente psicoanalítica, la cual abarca diversas posturas que buscan brindar un abordaje profesional y orientado hacia el bienestar de las personas, trabajando desde la individualidad y el mundo interno subjetivo; por tal motivo, el psicoanálisis brinda un espacio abierto a las posibilidades durante el proceso de atención terapéutica, ya que no restringe las temáticas que la persona necesite hablar, ni tampoco marca una pauta sobre cuál es el mejor momento para expresar un sentir o pensamiento. Por el contrario, el psicoanálisis respeta el tiempo que requiere la persona en calidad de paciente, y es así como la técnica proporciona libertad de expresión para tratar las problemáticas desde diversos ángulos. Sin embargo, es cierto que no todas las personas poseen las mismas cualidades, recursos psicológicos y malestares, de ahí que habrá personas que requieran un tipo de atención mucho más directivo y metódico, así como existen quienes requieren un espacio de psicoterapia para poder transmitir todo cuando viene a su mente; por ello, en ocasiones el proceso de psicoterapia resulta complejo, ya que la presencia del terapeuta despierta ideas y sentimientos en el paciente, y esto es un fenómeno común que ocurre y que muchas de las veces influye en el flujo normal de la comunicación, e interfiere con la voluntad del paciente para tratar un tema delicado.

 

Respecto a los momentos en los que acudimos a nuestras sesiones de psicoterapia y no encontramos las palabras correctas, o no nos sentimos con la disposición para poder exponer lo que nos aqueja, trataremos algunos puntos importantes para tomar en cuenta y facilitar nuestro proceso de atención psicológica. Es importante señalar que no se trata de seguir una guía estructurada para saber que decir durante las sesiones, más bien el propósito es comprender que es normal de pronto sentir que no contamos con la claridad suficiente para hablar, que de pronto hay días que acudir a la sesión representa cierta pesadez, que incluso existen momentos en los que considerábamos sentirnos muy preparados para hablar y de pronto no encontrar un sentido a lo que estamos diciendo.

 

Nuestra personalidad y manera de pensar.       


Después de varias sesiones, poco a poco se irá revelando mucho de nuestra personalidad, y es así como al ir tomando confianza de nuestro terapeuta encontramos un espacio de mucha más familiaridad para tocar temas sensibles, hablar aquellos secretos que hemos ido cargando durante años, compartir anhelos que no hemos expuesto a nadie más, e incluso descubrir deseos inconscientes que a través de la intervención de nuestro terapeuta se revelarán. Al respecto, podemos observar como una persona en la que predominan rasgos de extroversión y seguridad, tendrá cierta facilidad para hablar y generar conexiones entre sus pensamientos, afectos y las acciones de su día a día; por el contrario, es común que las personas introvertidas, tímidas, con tendencia al nerviosismo y la ansiedad, presenten muchas más complicaciones al momento de asistir a la sesión y encarar el malestar que padecen, ya que por naturaleza son personas que no están acostumbradas a exponer su punto de vista o a manifestar sus opiniones frente a otros, prefieren resguardar mucho de lo que sienten y procuran ocupar un rol más observador y menos protagonista.

 

De este modo, la personalidad puede es un factor que de pronto interfiere con el flujo de información y en ocasiones limita la decisión de externar lo que pasa por la mente durante la sesión. Cabe resaltar que no necesariamente hablando de manera basta y con fluidez, signifique que estamos trabajando en el análisis de las problemáticas, ya que muchas de las veces la resistencia para exhibir tópicos dolorosos se suscita a través de discursos prolongados que buscan distraer el foco de atención; para esto, el terapeuta deberá estar atento para realizar los señalamientos pertinentes.

 

Por lo tanto, independientemente de las características psicológicas y comportamentales que poseamos, debemos comprender que en la psicoterapia hay un espacio para todos, el terapeuta tiene la responsabilidad de poder dirigir un abordaje ético y profesional, y esto implica que respetará el valor de las personas en calidad de pacientes, así como el tiempo que necesiten para transmitir asuntos trascendentes y dolorosos. En ocasiones, con la ayuda de las preguntas e intervenciones del terapeuta podemos contar con un punto de partida para seguir avanzando con la temática que estamos desarrollando sobre nuestras vidas, sobre aquel suceso traumático que influyó en nuestro bienestar, o sobre aquella pérdida de la que no hemos podido encontrar el momento para hablar sobre detalles que necesitamos desahogar y sanar. Es así que podemos sentirnos aliviados al acudir a las sesiones, ya que si bien para muchos puede representar un reto el comenzar a hablar, no existe un juez o moderador que esté calificándonos o que regule lo que decimos, y es así que, independientemente de cómo nos comportemos o la manera en la que pensemos, la psicoterapia psicoanalítica facilita un espacio para expresar todo lo que acuda a la mente, sin importar que tanto lo califiquemos nosotros mismos de irrelevante, absurdo, fuerte, alarmista, ilógico; porque entonces, si durante la sesión aparece una frase, pensamiento, recuerdo, anécdota u opinión, tiene una razón de ser porque la técnica de la asociación libre permite trabajar con cualquier material que el paciente exponga durante la sesión.

 

Durante la sesión a veces me quedo en silencio.

 

ree

No podemos pretender que, al tomar un tratamiento psicoterapéutico, en todo momento actuemos como un orador o locutor, que recita de memoria un monólogo o narra una historia elaborada y compleja. La psicoterapia en ocasiones pasa por momentos de calma y de reflexión, por esto a veces necesitamos generar una pausa en nuestro discurso, procesar en nuestra mente lo que acabamos de decir o escuchar, así de pronto necesitamos replantear una idea para poder continuar con el contenido que necesitamos transmitir. Lo que hablamos en psicoterapia como pacientes, son palabras que van dirigidas a nuestro terapeuta quien las recibe y analiza, pero a la vez se dirigen a nuestros propios oídos, ya que de esta manera encontramos un sentido a todo aquello que rondaba en la cabeza y que no habíamos expresado de ninguna manera; en ocasiones el silencio de la sesión resulta en una pausa necesaria para respirar, recuperar fuerza, descansar del ritmo acelerado de nuestro discurso, recomponernos anímicamente por el impacto de lo que acabamos de decir, o prepararnos para hablar sobre ese asunto tan importante que por primera vez será escuchado por alguien más, siendo así que la psicoterapia psicoanalítica no forzará a que la persona exponga en todo momento un tema, ya que entendemos también que hay sucesos que el simpe hecho de platicarlos implica volverlos a vivir, experimentarlos como la primera vez, de ahí que al pretender hablar de un tema difícil en terapia, decidiremos el momento en el que nos sintamos listos para enfrentarlo.

 

El miedo a ser juzgado.   

 

Nadie somos perfectos y nadie posee la verdad absoluta, por lo tanto, el terapeuta profesional comprende que el contenido que el paciente comparte en sesión es muy valioso y requiere un esfuerzo considerable para ser transmitido. Cuando recibimos atención psicológica es normal que presentemos ideas particulares sobre lo que los demás piensen de uno mismo, y en este caso, la opinión que el terapeuta se formule a partir del contenido que expongo en mis sesiones. Dentro de la terapia psicoanalítica, existe un fenómeno llamado “transferencia”, que implica a grandes rasgos el establecimiento de un vínculo entre el paciente y el terapeuta, en el que el paciente deposita sentimientos, pensamientos, ideas o fantasías en el terapeuta, y se trata de un proceso normal que incluso forma parte del proceso de tratamiento, porque ayuda a facilitar el análisis; por lo tanto, será igualmente normal que frente a nuestro terapeuta generemos una sensación de temor o vergüenza para hablar de ciertas situaciones o experiencias que me han ocurrido, porque entonces “¿qué pensará de mí?”. Repitiendo un señalamiento anterior, no pretendemos brindar una instrucción de lo que se debe o no se debe decir en las sesiones, y es así que el que una persona experimente una sensación de pena, pudor, indiferencia, temor, etc., frente a su terapeuta, será un contenido que deberá ser interpretado con el objetivo de avanzar en el tratamiento del paciente. Por lo tanto, es normal no sentirnos cómodos al hablar de nuestra vida frente a una persona que dirige su total atención en nosotros, pero entonces toca preguntarnos el por qué sucede esto, qué tanto esto forma parte de una limitante que se repite o se traduce en otros impedimentos de mi vida cotidiana; si bien el paciente es libre de decidir si desea continuar o si optará por buscar un nuevo terapeuta, lo importante es que la persona pueda desarrollar una conexión en el proceso de atención psicológica que le ayude a vencer las barreras que le impiden externar su sentir.

 

Algo que como psicoterapeuta he podido identificar en mi práctica clínica, es que en muchas ocasiones el paciente acude en un estado de duda, a veces se presentan con cierta serenidad y habiendo tenido una semana en la que no ocurrieron sucesos que le hayan inquietado; motivo por el que después de preguntarles por cómo se encuentran o sobre el tema que quieren tratar, suelen responder que no hay un contenido o asunto en específico. No obstante, lo interesante es que una vez que comienzan a expresar el contenido inicial, se concatenan los motivos de consulta y se genera un discurso cargado, esto a pesar de que los pacientes comienzan narrando su fin de semana, un programa de televisión que acaban de ver, una problemática en el trabajo, o incluso situaciones placenteras y exitosas. Lo importante es considerar que la presencia de la persona en sus sesiones obedece a un objetivo, el buscar lograr vencer una dificultad, el superar un estado emocional afectado, y muchas de las veces ese tipo de problemáticas llegan a ocultarse o a pasar desapercibidas después de pasar por días en los que las situaciones han ido mejorando. Independientemente del estado emocional en el que se presente una persona, la asociación libre como técnica produce un efecto interesante que impulsa la generación de un discurso que se desarrolla y expone afectos, la narración de los síntomas, conflictos no visibles, y contenido inconsciente que quiere encontrar una manera de manifestarse. Finalmente, podemos acudir a nuestra sesión de psicoterapia con la tranquilidad de que seremos escuchados, sin importar lo que sea que queramos o pretendamos decir, ya que incluso, habrá ocasiones en las que sin haber elaborado una temática con antelación, terminaremos expresando una serie de enunciados y eventos que nos llevaran a avanzar en el análisis de nuestras problemáticas.  

 


ree

  

 

 

 












Lic. José Ruy García Burnes

Psicólogo clínico

Asociación Libre Monterrey

 
 
 
  • 26 sept 2024
  • 3 Min. de lectura

Mujer tomándose la cara por temor.
¿Alguna vez has tenido un vínculo traumatizante?

Mucho se habla acerca de la #violencia de la que todos los seres humanos podemos ser víctimas, también de los tipos de violencia que existen, pero un concepto que es importante y no ha sido abordado comúnmente es el vínculo traumático.


¿Cómo podemos definir el #vínculotraumático?, es el desarrollo de fuertes lazos emocionales entre personas, en las que una de ellas acosa, amenaza, abusa o intimida intermitentemente a la otra; por tanto, podemos decir que este vínculo de apego se da entre quienes son abusadores y sus víctimas.


También, es importante señalar que este tipo de vínculo aparece como resultado de un ciclo de #violencia y reconciliación pues debido a que después de cada situación que implica #abuso, las personas abusadoras demuestran estar arrepentidas, intentan demostrar que estos episodios no volverán a ocurrir, suelen tratar de demostrar amor por la víctima e intentan que se sientan seguras y que se les necesite.


Por ello, es que se observa un comportamiento cíclico, el cual suele generar que la víctima experimente confusión e incertidumbre respecto a la conducta que le demuestran y por esto es que podría resultarle dolorosa la posibilidad de terminar esta relación (ya sea de pareja, amistad o incluso entre padres e hijos) aún y que quien lo vea desde fuera pueda pensar en que es la mejor opción.

 

En la actualidad, este tipo de vinculación puede aparecer en diferentes contextos:


· en relaciones de noviazgo o conyugales que son abusivas sexual, física o emocionalmente,

· ante el incesto o en escenarios de abuso infantil,

· en casos de trata de personas o de privación ilegal de la libertad en modalidad de secuestro o de rehén,

· en casos de abusos por entrenadores deportivos.

 


¿Cómo puedo reconocer que estoy en un #vínculotraumático?


Mujer con leyenda en la espalda: "el amor no debe de doler".
La psicoterapia puede ser un valioso elemento que ayude a darte cuenta si te encuentras en una relación de abuso, para acompañarte en el proceso de salir de ella.

· Haz considerado el comportamiento de la otra persona como amenazador o abusador física, emocional o sexualmente.

· Luego de que esta persona intenta explicar su comportamiento abusivo, lo justificas y piensas que lo hace por tu bien.

· Ante las justificaciones de la conducta abusiva, tratas de entenderlas y te sientes culpable de que haya sucedido.

· Mientes ante la gente que está a tu alrededor acerca del comportamiento abusivo de ésta persona o también intentas excusarlo.

 


Existe mucha información que habla sobre las características que puede tener una persona que llegar a estar en una #relaciónabusiva y estas están relacionadas a una baja autoestima, presencia de una autopercepción negativa, inseguridades, dificultad para establecer límites hacia otros, etc., pero esto no necesariamente es así, cualquier persona podría llegar ahí puesto que difícilmente muestran su verdadera personalidad de primer momento y por lo común, de inicio se presentan con una actitud positiva, amorosa y tolerante que conlleva a que les deposites afecto y puedas establecer confianza, misma que eventualmente podría poner a prueba para confirmar la solidez del vínculo, sin embargo, ante las primeras dificultades suelen hacerte ver tus defectos para evidenciar fallas y puedas sentirte culpable de lo ocurrido, utilizando la manipulación para defender su comportamiento negativo, termines justificándolo y adaptándote a éste por evitar mayores conflictos y volver a estar en la normalidad que implica la etapa inicial del ciclo de abuso.

 

Por otra parte, las repercusiones emocionales que pueden darse en una persona que llega a tener un vínculo de trauma son muchas pues puede haber un sentido de pérdida de identidad debido al daño que ha implicado en su autoestima, también es posible que se manifieste ansiedad, culpa, tristeza e incluso que desarrolle depresión.

 

Finalmente, la #psicoterapia puede ser un valioso elemento que ayude a darte cuenta si te encuentras en una relación de abuso, para acompañarte en el proceso de salir de ella, trabajar la forma en que nos vinculamos y tratar de evitar que esto se repita, buscando así tu bienestar y desarrollo emocional.




ree











Lic. Carolina Villarreal

Psicóloga clínica

Asociación Libre - Monterrey

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 
 


ree

Es una realidad que el ritmo de vida en la última década ha cambiado. Han ocurrido bastantes variaciones sociales que han movilizado a que las personas tengamos que buscar adaptaciones nuevas para afrontar las circunstancias que van sucediendo.

Por mencionar algún podríamos hablar de los cambios que se han tenido que dar en la dinámica laboral de las parejas, quienes por elevación en el costo de productos, servicios, y necesidades básicas, ambas partes se han tenido que involucrar en el mundo laboral para aportar a casa un sustento que pueda proveer lo indispensable para los miembros de la familia. Existen muchas más situaciones que se podrían mencionar para hacer referencia a los cambios sociales que tienen actualmente impacto.

Lo que se busca comunicar, es que estos hechos, no solo mueven de manera externa como pudiera aparentar, implican en cada persona una reorganización en su estilo de vida, en sus roles, y aunque la mayoría de las veces no es considera, tiene un fuerte impacto en el aspecto mental y emocional.

Hablar del impacto mental y emocional, es lo que nos centraremos a continuación, porque al igual que como puede haber cansancio y agotamiento físico, sin atención a nuestra salud mental, se llega a presentar un agotamiento y cansancio emocional.


¿A qué se le llama cansancio emocional?


El #cansancioemocional es un estado de decaimiento que se siente en lo físico, emocional y mental, caracterizado por un cansancio, sentimiento de desamparo, desesperanza, vacío emocional y por el desarrollo de una serie de actitudes negativas hacia el trabajo, la vida y la gente; conlleva a una pérdida de motivación y que suele progresar hacia sentimientos de inadecuación y fracaso.

Lo que generalmente las personas identifican es una ausencia de energía y falta de motivación, generalmente ocasionado por una sobrecarga de esfuerzo mental. Quienes lo padecen sienten una disminución del manejo emocional, problemas de sueño. Esta sobrecarga de emociones se produce comúnmente cuando hay cambios importantes, problemas sin resolver o situaciones abrumadoras. 

Se trata de un estado íntimamente relacionado con el estrés y el burnout laboral precisamente uno de sus elementos es este tipo de cansancio mental.


¿Cuáles síntomas se pueden presentar en el agotamiento emocional?




ree

Las personas que lo padecen sienten una disminución de su capacidad de su energía y recursos para afrontar situaciones que le están ocurriendo, como neblina o duda para tomar decisiones o acciones, para llevar a cabo el día. De ahí que se manifiesten en alteraciones del sueño, de su energía y recursos, olvidos, problemas para concentrarse y para procesar la información, así como una percepción negativa vinculada a pensamientos y sentimientos descalificadores y negativos sobre uno mismo como incapacidad, incompetencia, desubicación e incluso sentimientos de no pertenencia a los círculos o cosas que generalmente hacían como satisfactorias. 


FACTORES PERSONALES QUE PUEDEN INFLUIR

  • Baja inteligencia emocional: carecer de recursos para manejar las situaciones o a quienes desconocen sus sus límites y así poder respetarlos.

  • Alta autoexigencia y expectativas sobre cómo tienen que ser las cosas.

  • Personas que viven situaciones complicadas, que las situaciones pueden llevar mucho tiempo de resolución como pueden ser enfermedades, divorcios, problemas legales, etcétera.

  • Por otro lado, hay empleos que, por su naturaleza, tienden a generar este estado si no se toman las medidas de prevención de riesgos psicosociales oportunas ya sea por la demanda que puede conllevar un puesto o por el tipo de atención que requiere, como se da en muchos casos en el área de la salud.

Todas las personas estamos propensas a sentir agotamiento, lo importante es identificar y podernos dar tiempo de explorarnos a nosotros mismos, si se trata únicamente de algo físico o es posible que estén ocurriendo una o varias situaciones que implican que de forma interpersonal también podamos llegar a tener un agotamiento emocional. Si tienes duda acerca de si lo que te puede estar ocurriendo es de índole física o va más allá, hacia lo mental-emocional, puedes acercarte con un profesional de la salud, quien puede apoyarte en indicarte qué podría ser indicadores o posibles estudios que pudiesen a hallar el diagnóstico correcto. 

Cuando esto se convierte en algo crónico y comienzas a tener perjuicio en desarrollar tus actividades laborales o sociales de forma significativa, es posible, que además, requieras acercarte con un psicólogo en el área clínica que pueda acompañar a encontrar los factores emocionales o el impacto que la situación puede estar generando, ya que dejarlo pasar sin atención, puede afectar de forma más profunda el autoestima o vivir un duelo silencioso sobre pérdida de capacidades o o virtudes que se creen ya no tenemos, cuando en realidad es que mientras más tiempo pase, los recursos que podemos utilizar se sienten como minimizados. 



ree





Psicóloga Carolina López

Psicóloga de niños, adolescentes, adultos y parejas

Asociación Libre - Psicólogos en Guadalajara

 
 
 
bottom of page