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Artículos sobre Ayuda Psicológica

  • 31 oct 2024
  • 3 Min. de lectura

La #psicologíapositiva es un enfoque relativamente reciente de la psicología que busca estudiar y promover el bienestar y la felicidad en lugar de centrarse únicamente en el tratamiento de los trastornos mentales. Su objetivo es entender y fomentar las cualidades y estados positivos que contribuyen a una vida más satisfactoria y significativa.


Desarrollada en la década de 1990 por Martin Seligman y otros investigadores, la #psicologíapositiva explora temas como la felicidad, el optimismo, la gratitud, el sentido de propósito, las fortalezas personales y las relaciones interpersonales saludables. A diferencia de la psicología tradicional, o al menos es lo que afirman sus autores, que a menudo se enfoca en la enfermedad mental y el malestar, la #psicologíapositiva busca identificar y cultivar los factores que contribuyen a una vida plena y enriquecedora.


Sin embargo, este enfoque de la #psicologíapositiva ha resultado problemático en algunos puntos, como, por ejemplo, su simplificación excesiva de la complejidad de la experiencia humana, al centrarse solo en los aspectos positivos. Lo que puede llevar a una visión incompleta de la realidad, donde se ignoran o minimizan aspectos negativos igualmente importantes.


Positividad

Su enfoque individualista, tiende a centrarse demasiado en la responsabilidad individual para alcanzar la felicidad y el bienestar, sin considerar las influencias sociales y estructurales, que indudablemente afectan la salud mental, como la pobreza, el desempleo o la discriminación. Situaciones que trascienden y escapan al control del individuo.


Además, de manera reciente, hay preocupaciones de que la #psicologíapositiva se haya convertido en un producto comercializado, con libros y seminarios que prometen resultados rápidos e inverosímiles. Esto puede llevar a expectativas poco realistas y a una falta de atención a la profundidad del trabajo necesario para el cambio personal. Situación que se ha visto favorecida por el acceso a redes sociales y por la simplificación de las problemáticas humanas que la propia #psicologíapositiva lleva consigo.


La promoción de la #psicologíapositiva puede llevar a una presión para mantener una actitud positiva a toda costa, lo cual puede ser perjudicial para quienes están lidiando con problemas graves de salud mental, como la depresión o ansiedad, que no se solucionan simplemente con un cambio de perspectiva.


Algunos críticos sostienen que muchas de las intervenciones y técnicas propuestas por la #psicologíapositiva no están validadas científicamente. Hay preocupaciones sobre la calidad de la evidencia y la aplicabilidad de las intervenciones en contextos diversos, así como de su falta de rigor científico. Esto último es particularmente importante, dada la relación o asociación que hay entre la psicología positiva y el área de la salud mental.


Al centrarse predominantemente en lo positivo, la #psicologíapositiva puede pasar por alto la importancia de abordar y comprender las emociones y experiencias negativas. La ausencia de un enfoque equilibrado puede llevar a una comprensión incompleta del bienestar y la salud mental.


Felicidad

Entendiendo que las experiencias negativas y, las mal llamadas, emociones negativas, forman parte de la experiencia humana en su totalidad. Existe el riesgo de que la #psicologíapositiva promueva un tipo de pensamiento positivo que puede ser poco realista y desconectado de la realidad de las dificultades personales y sociales. Esto puede llevar a una invalidación de experiencias dolorosas y a un estigma contra aquellos que luchan con emociones negativas.

 

Aunque la #psicologíapositiva puede tener beneficios, su enfoque en la felicidad y el éxito personal puede generar presión adicional en personas con trastornos mentales. La expectativa de ser constantemente positivo puede exacerbar sentimientos de fracaso o inadecuación en aquellos que no pueden cumplir con esas expectativas.


En general, los enfoques basados en la #psicologíapositiva, como la gratitud y el optimismo, han mostrado beneficios en la salud mental, como la mejora del bienestar general, la reducción del estrés y el fortalecimiento de las relaciones interpersonales. Sin embargo, hay que tener en claro, que este enfoque, si bien, puede ser terapéutico, no es un tratamiento clínico, propiamente hablando. Ya que un profesional de la psicología tiene en claro que, para las personas, especialmente aquellas con problemas graves de salud mental, la presión por ser constantemente positivo, o por enfrentar de manera positivas toda problemática que se nos presente, puede ser contraproducente y aumentar el malestar.


El enfoque en la felicidad puede desestimar la importancia de enfrentar y procesar emociones negativas y experiencias difíciles. Un enfoque equilibrado que integre tanto los aspectos positivos como negativos de la experiencia humana puede ser más beneficioso para una comprensión completa y un enfoque efectivo en la salud mental.


Psic. Luis Franco

  • 10 oct 2024
  • 5 Min. de lectura

En la sociedad moderna el uso extensivo de la #tecnología, especialmente a través de redes sociales dispositivos móviles, ha transformado profundamente nuestras interacciones sociales, hábitos comunicación y la percepción que tenemos sobre nosotros mismos. Este cambio radical no solo ha traído beneficios evidentes en términos de conectividad y acceso a la información, sino que también ha planteado serias preocupaciones sobre cómo estos medios impactan en nuestro bienestar psicológico.


En lo sucesivo, exploraremos la relación entre el uso de la #tecnología digital y el bienestar psicológico, enfocándonos en cómo afectan la atención y la autopercepción y cómo esto puede conducir a la adicción digital. Discutiendo algunas de las posibles consecuencias y estrategias para mitigar estos efectos.


Las redes sociales y los dispositivos móviles han integrado profundamente la #tecnología en nuestras vidas diarias. Plataformas como Facebook, Instagram, Twitter, TikTok y WhatsApp permiten a los usuarios conectarse instantáneamente, compartir contenido y mantenerse al tanto de las vidas de otros.


Redes Sociales


Estas herramientas no solo facilitan la comunicación, sino que también actúan como plataformas para la construcción de identidad, expresión de la personalidad y creación de comunidades virtuales.

Uno de los impactos más evidentes del uso intensivo de la #tecnología es en la capacidad de atención y concentración. Los dispositivos móviles y las redes sociales están diseñados para captar nuestra atención de manera rápida y constante a través de notificaciones, actualización de noticias en tiempo real y contenido interactivo.


Esto puede llevar a una constante fragmentación de la atención, dificultando la capacidad de enfocarse en tareas específicas de una manera más profunda, durante periodos de tiempo prologados. La multitarea digital, aunque común, ha demostrado disminuir la eficiencia cognitiva y aumentar los niveles de estrés relacionados con la sobrecarga de información.


Además de lo anteriormente expuesto, también ha quedado demostrado que las redes sociales tienen un impacto significativo en la percepción que tenemos sobre nosotros mismos, siendo esta última, un área de investigación cada vez más relevante. Estas plataformas ofrecen una ventana pública para la autoexpresión y la validación social. Sin embargo, también fomentan comparaciones sociales constantes y autocensura.


La autopercepción puede verse afectada negativamente cuando los individuos se comparan con los perfiles cuidadosamente seleccionados y editados de otros usuarios, lo cual puede generar sentimientos de insuficiencia, ansiedad y depresión. La búsqueda de validación a través de likes, comentarios y seguidores puede convertirse en una fuente de gratificación inmediata pero frágil, exacerbando la dependencia emocional de la retroalimentación social positiva.


La adicción digital, también conocida como dependencia al internet o uso problemático de la #tecnología, es un fenómeno que ha cobrado relevancia durante los últimos, que afecta tanto a menores como adultos, y se caracteriza por un patrón de comportamiento compulsivo y descontrolado hacia el uso de dispositivos digitales y redes sociales. Los síntomas incluyen la incapacidad de controlar el tiempo dedicado a la #tecnología, el aumento de la tolerancia (necesidad de más tiempo en línea para sentirse satisfecho), síntomas de abstinencia (ansiedad, irritabilidad cuando no se puede acceder a la tecnología) y el deterioro en otras áreas de la vida debido al uso excesivo. Hay varios factores que contribuyen al desarrollo y mantenimiento de la adicción digital, como pueden ser:

Dopamina y gratificación instantánea: La interacción en redes sociales y el uso de dispositivos móviles activan el sistema de recompensa del cerebro, liberando dopamina que produce sensaciones placenteras. La búsqueda continua de esta gratificación puede llevar a un ciclo de comportamiento reforzado.


Tecnologia

Fuga emocional: El uso excesivo de #tecnología puede servir como una forma de escapar temporalmente de problemas emocionales o situaciones estresantes en la vida real.

Falta de límites y autocontrol: La accesibilidad constante y la falta de restricciones claras pueden facilitar el uso compulsivo de la tecnología, especialmente en personas con dificultades para regular sus emociones y comportamientos.


El uso problemático de #tecnología y redes sociales puede tener múltiples consecuencias negativas para el bienestar psicológico y emocional, entre las que podemos nombrar las siguientes:

  • Impacto en la salud mental: Aumento de los niveles de ansiedad, depresión y estrés relacionados con la comparación social, la sobrecarga de información y la falta de sueño debido al uso nocturno de dispositivos.

  • Aislamiento social: Aunque las redes sociales facilitan la conexión virtual, el uso excesivo puede llevar al aislamiento social y la disminución de las interacciones cara a cara, fundamentales para el bienestar emocional.

  • Problemas de autoimagen: La exposición constante a imágenes editadas y idealizadas en redes sociales puede distorsionar la percepción de la realidad y aumentar la autocrítica y la insatisfacción con el propio cuerpo y apariencia.

  • Reducción de habilidades sociales: La dependencia de la comunicación digital puede afectar negativamente las habilidades para establecer relaciones interpersonales significativas y resolver conflictos de manera efectiva.


Abordar la adicción digital y sus efectos requiere un enfoque multifacético que combine intervenciones individuales, educativas y sociales. Algunas estrategias y tratamientos efectivos incluyen:

  • Concientizar sobre el uso responsable y los efectos potenciales de la tecnología. Con la finalidad de ayudar a prevenir problemas desde el principio.

  •  Promoción de hábitos saludables: Enseñar estrategias para un uso equilibrado de la #tecnología y fomentar el autocuidado digital.

  • Intervenciones Psicológicas, psicoeducación y psicoterapia: identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento relacionados con el uso compulsivo de la #tecnología ayuda a las personas a desarrollar una relación más saludable con la tecnología aceptando los pensamientos y emociones negativas sin intentar suprimirlas. Involucrar a familiares y seres queridos en el proceso de recuperación puede fortalecer el apoyo emocional y mejorar las relaciones interpersonales.

  • Establecimiento de límites claros: Implementar períodos de "apagado digital" durante el día y evitar el uso de dispositivos antes de acostarse pueden mejorar la calidad del sueño y reducir la dependencia.

  • Uso de aplicaciones y herramientas de gestión del tiempo: Herramientas que monitorean y limitan el tiempo de pantalla pueden ser útiles para quienes tienen dificultades para regular su propio uso.

  • Actividades recreativas y alternativas: Fomentar actividades que promuevan la interacción social offline, el ejercicio físico y el desarrollo de habilidades creativas puede ayudar a reducir la dependencia de la #tecnología.


A medida que la #tecnología continúa evolucionando, es fundamental abordar estas cuestiones desde una perspectiva ética y de salud pública. Se necesita investigación adicional para comprender mejor cómo las diferentes plataformas, con sus características de diseño y modo de funcionamiento, afectan el comportamiento humano y el bienestar psicológico. Además, es crucial involucrar a los diseñadores de #tecnología en la creación de interfaces más responsables que promuevan un uso saludable y consciente de las plataformas digitales.


El uso de la #tecnología, redes sociales y dispositivos móviles ha transformado profundamente la forma en que nos comunicamos, trabajamos y nos relacionamos. Sin embargo, este cambio ha traído consigo desafíos significativos para la salud mental y emocional de las personas. Desde el impacto en la atención y autopercepción hasta la creciente preocupación por la adicción digital, es crucial abordar estos problemas de manera proactiva mediante estrategias educativas, intervenciones psicológicas y políticas informadas por la evidencia científica. Al hacerlo, podemos trabajar hacia un equilibrio saludable entre la #tecnología y el bienestar humano en la era digital.


Psic. Luis Emmanuel Franco


La #depresión es una enfermedad que se caracteriza por una tristeza persistente y por la pérdida de interés o placer en las actividades con las que normalmente se disfruta, así como por la incapacidad para llevar a cabo las actividades cotidianas, durante al menos dos semanas.


Depresión

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la #depresión es la principal causa de discapacidad en todo el mundo y afecta a más de 264 millones de personas. Además, la #depresión aumenta el riesgo de padecer otras enfermedades físicas, como las cardiovasculares o la diabetes, y de morir por suicidio. La #depresión también tiene un impacto negativo en la calidad de vida, el rendimiento laboral y las relaciones sociales de las personas que la sufren y de sus familiares.


La #depresión no es una simple tristeza pasajera, sino un problema de salud serio que requiere atención profesional. Sin embargo, muchas personas con #depresión no reciben el tratamiento adecuado por diversas razones, como el estigma social, la falta de recursos o el desconocimiento.

Según la OMS, menos del 50% de las personas con #depresión en los países de ingresos bajos y medios reciben algún tipo de tratamiento. Esto supone una brecha enorme entre la necesidad y la oferta de servicios de salud mental.


Para reducir esta brecha y mejorar la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la #depresión, es necesario adoptar medidas a nivel individual, comunitario y político. A nivel individual, es importante reconocer los síntomas de este problema de salud y buscar ayuda lo antes posible. Algunos signos de alarma son: sentirse triste o vacío la mayor parte del tiempo, perder el interés por las cosas que antes se disfrutaban, tener dificultades para dormir o comer, sentirse cansado o sin energía, tener problemas para concentrarse o tomar decisiones, sentirse culpable o inútil, o tener pensamientos recurrentes de muerte o suicidio. Si se experimentan estos síntomas durante más de dos semanas, se debe consultar a un médico o a un profesional de salud mental.


A nivel comunitario, es fundamental crear un ambiente favorable y solidario para las personas con #depresión. Esto implica romper el silencio y el tabú que rodean a esta enfermedad, sensibilizar a la población sobre su naturaleza y sus consecuencias, combatir los prejuicios y la discriminación que sufren las personas con #depresión, y ofrecer apoyo emocional y práctico a las personas afectadas y a sus familias. También es importante promover hábitos saludables que contribuyan a prevenir o aliviar la #depresión, como hacer ejercicio físico regularmente, mantener una alimentación equilibrada, evitar el consumo excesivo de alcohol o drogas, y cultivar relaciones sociales positivas.


Psicoterapia

A nivel político, es imprescindible priorizar la salud mental en las agendas públicas y destinar recursos suficientes para garantizar el acceso universal y equitativo a los servicios de salud mental. Esto supone integrar la salud mental en la atención primaria, capacitar al personal sanitario para detectar y tratar la #depresión, ampliar la cobertura y la calidad de los servicios especializados, facilitar el acceso a los medicamentos antidepresivos esenciales, e implementar programas específicos para grupos vulnerables como los niños, los adolescentes, las mujeres embarazadas o los ancianos.


La #depresión es un problema de salud pública que afecta a millones de personas en todo el mundo y que requiere una respuesta integral y coordinada desde todos los niveles. Solo así se podrá mejorar la situación de las personas con depresión y contribuir a su bienestar.


Psic. Luis Franco

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