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Artículos sobre Ayuda Psicológica

  • 31 dic 2019
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 8 mar 2020



¿Sabías que en épocas navideñas las palabras más buscadas en internet son sobre apoyo psicológico? Por lo menos en algunos estados de la República así sucede. Es un tema del que pocos hablan ya que se esperaría que estemos muy felices pasando la navidad en familia.

Pero seamos sinceros: cada familia tiene sus complicaciones, algunas más que otras. Tener tiempos libres y convivir en familia sin ir al trabajo o tener pendientes puede ser el catalizador de conflictos familiares actuales y pasados: rencillas sobre dinero, cuidado de los padres, adicciones, culpas no resueltas, violencia intrafamiliar, abuso sexual, entre otros. 

Incluso se remarca que, en casos de violencia familiar, aumentan los reportes de este tipo de situaciones, de entrada por que aumenta la cantidad de tiempo juntos y otras variables como los gastos por las compras, aumento en la ingesta de bebidas alcohólicas, entre otros.. 

Algo que vemos regularmente en consulta es que los pacientes hablan sobre el esperar estas fechas con cariño aunque en momentos la presión por el dinero o los gastos los consume, y hay quienes hablan de esta temporada como pronosticando un conflicto importante, el cual muchas veces sucede. Tienen recuerdos de peleas o discusiones familiares que cambiaron la forma de relacionarse con otros miembros de la familia, o bien, que estas fechas los hacen extrañar a seres queridos que han partido. Son fechas de nostalgia, y la nostalgia nos puede llevar a caminos recordados con afecto y añoranza, pero también con dolor en algunos casos.

Si tu o alguien que conoces se identifica con estas vivencias es importante el poder hablar al respecto. Como psicólogos sabemos que poco podemos hacer para que los familiares de nuestros pacientes cambien, y ese no es el objetivo, pero sabemos que mucho se puede hacer para que la persona cambie y elabore estos conflictos vividos, las marcas que dejaron y sanar heridas. Teniendo una historia complicada lo más sano es no repetirla completamente y el primer paso esta dentro de nosotros.




Actualizado: 8 mar 2020




Esto no es un consejo en sí, más bien es una recomendación desde lo que, como profesionales, nos toca observar en la consulta de jóvenes adultos, e incluso, de adultos de 40 años en adelante. Éstos acuden a consulta con la sensación de estar en un trabajo que no les gusta y en el que se sienten forzados a estar por su situación económica o la demanda de familiares en cuanto al sostén en gastos. Muchos hablan que al inicio todo parecía sencillo, pero con el paso del tiempo, se fue volviendo cansado y tedioso ya que encontraron que eso no los hacía felices.


Actualmente existe una fuerte demanda hacia el éxito, tener, comprar y destacar en la "cadena alimenticia" del poder: poder adquirir, poder tener, poder acumular y obtener más que los demás. Todo esto empuja a la necesidad de ser quien tiene más dinero para poder adquirir todo esto. Los jóvenes en elección de carrera se encuentran bombardeados por esta demanda de su entorno lo que les limita en el elegir una profesión basada en lo que les gusta y apasiona vs la que les dará mayor cantidad de dinero. Como si esto estuviera contrapuesto. ¿Sabrán que una persona puede sostenerse económicamente de una profesión que le gusta?


Suena como algo utópico el dedicarte a lo que te gusta sin que te importe mucho lo económico, la idea tampoco es esta, sin embargo, el elegir una carrera basada en tu verdadera vocación permite que lo económico sea más llevadero. Por ejemplo, pensemos que alguno de nosotros ejerce su profesión con alegría y de pronto le viene un problema económico fuerte, el poner mayor empeño en su trabajo o en algo relacionado a éste es un problema menos del qué preocuparse, a diferencia de tener un problema económico y además tratar de mantener un trabajo que no te gusta. Es doble esfuerzo y martirio.


Las pruebas estandarizadas de orientación vocacional miden las habilidades e intereses que tiene un individuo y el resultado se basa en las opciones de carrera con las que pudiera identificarse. Sin duda, estas pruebas ayudan a clarificar las opciones e incluso a ubicar a una persona que no sepa muy bien cuál panorama de profesiones puede elegir. No es mala idea que un joven que se encuentre en el proceso de elección de carrera acuda a una aplicación de este tipo de pruebas, siempre de la mano de un experto en este rubro y no en aquellas pruebas que puede encontrar en internet ya que muchas veces no están ni estandarizadas o son creadas "al vapor" por personas que no necesariamente tienen la formación en este campo.


El hacerse la pregunta sobre aquello que nos hace feliz y nos motiva como para levantarnos todos los días a realizarlo no es una pregunta sencilla de contestar. Ocupa tiempo y paciencia, muchas veces les recomendamos a los padres que es más viable que su hijo (a) espere y tome una decisión más construida a que ingrese a una facultad que no le convence del todo o que sea "por mientras" se define. El tiempo invertido en esperar y construir jamás será tiempo perdido.


Por esto nos referimos a que no es un consejo a la ligera, es una recomendación desde la experiencia en el trabajo con jóvenes que se sienten frustrados y sumamente tristes por pasar más de 8 horas al día realizando algo que no les gusta y los cansa, ésto trae consigo más problemas que soluciones y que se relaciona con deserción laboral y hasta estrés en grados considerables. Si algo te gusta y te apasiona puedes formarte profesionalmente en ello, sin duda llevará esfuerzo y constancia pero será una balsa que podrá sacarte de los problemas a los que te enfrentes en la vida adulta. Tu profesión debe de estar a tu favor y no en tu contra.









  • 14 nov 2019
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 8 mar 2020




Uno de los motivos de consulta más frecuentes en psicoterapia está relacionado a conflictos familiares. Muchas veces conflictos que difícilmente se les cuentan a los amigos o a otros familiares. Personas que buscan un espacio para poder hablar de su familia y su historia.


Y no, no solamente sucede con pacientes adolescentes, si no que sucede frecuentemente con pacientes adultos. Muchas veces este tipo de conflictos emergen de la penumbra cuando la persona está atravesando por una situación similar o de quiebre en donde recuerda que con su familia difícilmente puede contar. Por ejemplo, el pasar por una situación estresante, perder el empleo, la toma de decisiones importantes, e incluso la maternidad o paternidad y todo lo involucrado en ésto.


Hay quienes recuerdan hechos y escenas familiares cargadas de sentimientos complejos o que no les quedaron del todo claros pero dejaron una sensación de ira, tristeza o desolación. Hay quienes tienen recuerdos más cercanos al presente pero de su infancia poco recuerdan y desconocen en qué momento el conflicto fue creciendo cada vez más hasta toparse con el motivo de consulta que los lleva ahora a psicoterapia.


Hablar profundamente de nuestra familia y su dinámica no es nada sencillo: implica hablar de los temas tabús y los secretos que pueden llegar a tener. Podemos repetir de manera constante que no hay familias perfectas pero en contadas ocasiones nos atrevemos a hablar y explorar sobre sus imperfecciones. Incluso, podemos sentirnos mal con el lugar que ocupamos dentro de la familia, por ejemplo, ser el mayor o el más pequeño, quien tiene el rol de cuidador de sus padres, el que se siente ajeno a su familia, etc.

Muchas veces podemos observar que el rol que desempeñamos en casa se relaciona fuertemente con el rol que desempeñamos en otros grupos como por ejemplo el trabajo, amigos o pareja.


¿Qué podemos encontrar en psicoterapia al hablar de nuestra familia? Una forma de poder conocer el entorno en el que hemos crecido y las costumbres que hemos heredado consciente e inconscientemente. Como mencionamos anteriormente, gran parte de la forma en la que nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás tiene sus raíces en quienes nos vieron crecer y la forma en la que estos vínculos se fueron entretejiendo. Buscar en ese armado es encontrar piezas de nosotros mismos y nuestra historia.


De igual forma, podemos encontrar motivos de dolor en conflictos que ahora tenemos con nuestros padres y que muchas veces no tienen un nombre en específico. No es casualidad el decir "con mi mamá me siento más cómoda" o "quién sabe por qué mi papá es tan frío conmigo". Algo que les decimos a nuestros pacientes es que no se trata de ir necesariamente a hablar con tus padres, algunos ya no tienen forma de tener el derecho de réplica, pero lo que sí puede suceder es elaborar ese recuerdo y esa sensación que quedó dentro de nosotros. No hablamos del perdón o del olvido, más bien de una resignificación.


Hablar de nuestras familias en psicoterapia implica el tener conscientes formas distintas de relacionarme conmigo y con los demás: elegir relaciones más saludables para mí, descubrir formas distintas de convivencia con los demás y un largo etcétera.


Si tú te identificas con este tipo de problemáticas te recomendamos el iniciar un proceso en el que puedas explorar aquello que pudiera estar relacionado con tu malestar actual.




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