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Artículos sobre Ayuda Psicológica

  • 10 oct 2024
  • 5 Min. de lectura

En la sociedad moderna el uso extensivo de la #tecnología, especialmente a través de redes sociales dispositivos móviles, ha transformado profundamente nuestras interacciones sociales, hábitos comunicación y la percepción que tenemos sobre nosotros mismos. Este cambio radical no solo ha traído beneficios evidentes en términos de conectividad y acceso a la información, sino que también ha planteado serias preocupaciones sobre cómo estos medios impactan en nuestro bienestar psicológico.


En lo sucesivo, exploraremos la relación entre el uso de la #tecnología digital y el bienestar psicológico, enfocándonos en cómo afectan la atención y la autopercepción y cómo esto puede conducir a la adicción digital. Discutiendo algunas de las posibles consecuencias y estrategias para mitigar estos efectos.


Las redes sociales y los dispositivos móviles han integrado profundamente la #tecnología en nuestras vidas diarias. Plataformas como Facebook, Instagram, Twitter, TikTok y WhatsApp permiten a los usuarios conectarse instantáneamente, compartir contenido y mantenerse al tanto de las vidas de otros.


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Redes Sociales


Estas herramientas no solo facilitan la comunicación, sino que también actúan como plataformas para la construcción de identidad, expresión de la personalidad y creación de comunidades virtuales.

Uno de los impactos más evidentes del uso intensivo de la #tecnología es en la capacidad de atención y concentración. Los dispositivos móviles y las redes sociales están diseñados para captar nuestra atención de manera rápida y constante a través de notificaciones, actualización de noticias en tiempo real y contenido interactivo.


Esto puede llevar a una constante fragmentación de la atención, dificultando la capacidad de enfocarse en tareas específicas de una manera más profunda, durante periodos de tiempo prologados. La multitarea digital, aunque común, ha demostrado disminuir la eficiencia cognitiva y aumentar los niveles de estrés relacionados con la sobrecarga de información.


Además de lo anteriormente expuesto, también ha quedado demostrado que las redes sociales tienen un impacto significativo en la percepción que tenemos sobre nosotros mismos, siendo esta última, un área de investigación cada vez más relevante. Estas plataformas ofrecen una ventana pública para la autoexpresión y la validación social. Sin embargo, también fomentan comparaciones sociales constantes y autocensura.


La autopercepción puede verse afectada negativamente cuando los individuos se comparan con los perfiles cuidadosamente seleccionados y editados de otros usuarios, lo cual puede generar sentimientos de insuficiencia, ansiedad y depresión. La búsqueda de validación a través de likes, comentarios y seguidores puede convertirse en una fuente de gratificación inmediata pero frágil, exacerbando la dependencia emocional de la retroalimentación social positiva.


La adicción digital, también conocida como dependencia al internet o uso problemático de la #tecnología, es un fenómeno que ha cobrado relevancia durante los últimos, que afecta tanto a menores como adultos, y se caracteriza por un patrón de comportamiento compulsivo y descontrolado hacia el uso de dispositivos digitales y redes sociales. Los síntomas incluyen la incapacidad de controlar el tiempo dedicado a la #tecnología, el aumento de la tolerancia (necesidad de más tiempo en línea para sentirse satisfecho), síntomas de abstinencia (ansiedad, irritabilidad cuando no se puede acceder a la tecnología) y el deterioro en otras áreas de la vida debido al uso excesivo. Hay varios factores que contribuyen al desarrollo y mantenimiento de la adicción digital, como pueden ser:

Dopamina y gratificación instantánea: La interacción en redes sociales y el uso de dispositivos móviles activan el sistema de recompensa del cerebro, liberando dopamina que produce sensaciones placenteras. La búsqueda continua de esta gratificación puede llevar a un ciclo de comportamiento reforzado.


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Tecnologia

Fuga emocional: El uso excesivo de #tecnología puede servir como una forma de escapar temporalmente de problemas emocionales o situaciones estresantes en la vida real.

Falta de límites y autocontrol: La accesibilidad constante y la falta de restricciones claras pueden facilitar el uso compulsivo de la tecnología, especialmente en personas con dificultades para regular sus emociones y comportamientos.


El uso problemático de #tecnología y redes sociales puede tener múltiples consecuencias negativas para el bienestar psicológico y emocional, entre las que podemos nombrar las siguientes:

  • Impacto en la salud mental: Aumento de los niveles de ansiedad, depresión y estrés relacionados con la comparación social, la sobrecarga de información y la falta de sueño debido al uso nocturno de dispositivos.

  • Aislamiento social: Aunque las redes sociales facilitan la conexión virtual, el uso excesivo puede llevar al aislamiento social y la disminución de las interacciones cara a cara, fundamentales para el bienestar emocional.

  • Problemas de autoimagen: La exposición constante a imágenes editadas y idealizadas en redes sociales puede distorsionar la percepción de la realidad y aumentar la autocrítica y la insatisfacción con el propio cuerpo y apariencia.

  • Reducción de habilidades sociales: La dependencia de la comunicación digital puede afectar negativamente las habilidades para establecer relaciones interpersonales significativas y resolver conflictos de manera efectiva.


Abordar la adicción digital y sus efectos requiere un enfoque multifacético que combine intervenciones individuales, educativas y sociales. Algunas estrategias y tratamientos efectivos incluyen:

  • Concientizar sobre el uso responsable y los efectos potenciales de la tecnología. Con la finalidad de ayudar a prevenir problemas desde el principio.

  •  Promoción de hábitos saludables: Enseñar estrategias para un uso equilibrado de la #tecnología y fomentar el autocuidado digital.

  • Intervenciones Psicológicas, psicoeducación y psicoterapia: identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento relacionados con el uso compulsivo de la #tecnología ayuda a las personas a desarrollar una relación más saludable con la tecnología aceptando los pensamientos y emociones negativas sin intentar suprimirlas. Involucrar a familiares y seres queridos en el proceso de recuperación puede fortalecer el apoyo emocional y mejorar las relaciones interpersonales.

  • Establecimiento de límites claros: Implementar períodos de "apagado digital" durante el día y evitar el uso de dispositivos antes de acostarse pueden mejorar la calidad del sueño y reducir la dependencia.

  • Uso de aplicaciones y herramientas de gestión del tiempo: Herramientas que monitorean y limitan el tiempo de pantalla pueden ser útiles para quienes tienen dificultades para regular su propio uso.

  • Actividades recreativas y alternativas: Fomentar actividades que promuevan la interacción social offline, el ejercicio físico y el desarrollo de habilidades creativas puede ayudar a reducir la dependencia de la #tecnología.


A medida que la #tecnología continúa evolucionando, es fundamental abordar estas cuestiones desde una perspectiva ética y de salud pública. Se necesita investigación adicional para comprender mejor cómo las diferentes plataformas, con sus características de diseño y modo de funcionamiento, afectan el comportamiento humano y el bienestar psicológico. Además, es crucial involucrar a los diseñadores de #tecnología en la creación de interfaces más responsables que promuevan un uso saludable y consciente de las plataformas digitales.


El uso de la #tecnología, redes sociales y dispositivos móviles ha transformado profundamente la forma en que nos comunicamos, trabajamos y nos relacionamos. Sin embargo, este cambio ha traído consigo desafíos significativos para la salud mental y emocional de las personas. Desde el impacto en la atención y autopercepción hasta la creciente preocupación por la adicción digital, es crucial abordar estos problemas de manera proactiva mediante estrategias educativas, intervenciones psicológicas y políticas informadas por la evidencia científica. Al hacerlo, podemos trabajar hacia un equilibrio saludable entre la #tecnología y el bienestar humano en la era digital.


Psic. Luis Emmanuel Franco

 
 
 
  • 20 ene 2022
  • 3 Min. de lectura

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Sexting de forma segura

Las formas de relacionarse han evolucionado de la misma manera en la que han evolucionado las formas de comunicar, tratando de encontrar alternativas para sentir el contacto sin importar el tipo de vínculo o la distancia, el #sexting es cada vez más empleado como una manera de intimar entre personas desde diferentes contextos. Está opción de comunicación mediada por la tecnología permite posibilidades diversas, necesarias de entender para llevarla a la práctica de forma consciente y responsable. ¿Por qué es polemizada está elección? ¿Cuáles son sus implicaciones? ¿Es posible realizar sexting de forma segura? Desestigmatizar este tipo de prácticas favorece el aprendizaje del #autocuidado desde el punto del conocimiento, en lugar de la restricción que suele generar culpa.

Para dar contexto acerca de este término, se requiere clarificar ¿Qué es el sexting? Es una práctica que consiste en compartir texto, imágenes o videos de contenido erótico personal a través de medios digitales entre personas que voluntariamente consienten este intercambio como parte de su actividad sexual. Con el avance de los teléfonos inteligentes este formato ha evolucionado, desde las fotografías llamadas "nudes" a historias elaboradas o audios descriptivos, la creatividad y la imaginación es el límite. Es a través de la #tecnología que se encuentran las opciones más inmediatas y accesibles de #comunicación, por lo que emplearla para el sexting abre muchas posibilidades desde diferentes ángulos, hablemos inicialmente de las relacionadas con los aspectos favorables de la práctica.

Una de las posibilidades es encontrar formas de relacionarse cuando en el plano presencial se ve imposibilitado, en el que no es posible vivir la sexualidad de forma física descubriendo el contacto a través de la distancia, como en casos de limitaciones por la ubicación, en disidencias de orientación sexual o el contexto actual de pandemia. Por otro lado, es una manera en la que se puede explorar la autopercepción del cuerpo, reconociendo partes que no son tan observadas, descubriendo aspectos del cuerpo desde una apreciación diferente. En otro escenario, la #sexualidad en pareja se diversifica mediante el sexting, puede ser una manera de acercarse a la intimidad desde lo que se comparten o lo que ya se practica, no como un sustituto del sexo, sino como un acompañamiento para agregarle un extra a la vida sexual en pareja.



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Sexting como parte de la expresión de la sexualidad

Por su parte, es necesario considerar los perjuicios posibles de la práctica, siendo una de las más importantes la probabilidad de filtración de este contenido, distinguiendo las diferencias del efecto posterior a la filtración para una mujer y para un hombre, generando en el caso de las mujeres castigo social y culpabilidad como lo más inmediato. Otra posibilidad es que el sexting sea llevado a la práctica como una imposición u obligación, es indispensable entender las formas en las que es desarrollado de forma libre. El sexting es un ejercicio de la sexualidad consensuado, una posibilidad a espacios de juego compartido e intimidad. Presionar o coaccionar desde el chantaje o la manipulación para que alguien comparta este tipo de contenido es violento, así como ejercer culpa por desear practicarlo o no querer hacerlo. Al igual que en otras prácticas sexuales, que se tenga la opción disponible no implica que se deban de realizar.


Al tener los aspectos anteriores en claridad, planteemos las formas en las que se practica el sexting priorizando la empatía y el respeto. Los siguientes son puntos a considerar para llevarlo a cabo teniendo presente la idea de minimizar riesgos y de tener en mente al otro:


- Así como en cualquier otro tipo de acuerdo, la comunicación es crucial para llegar al consenso acerca de lo que se quiere, lo que no se quiere, encontrando puntos intermedios para ambas partes.

- Dentro de estos acuerdos pueden incluirse asuntos como si se debe borrar el contenido, si es posible guardarlo, y sí es así, por cuanto tiempo, de qué forma se puede almacenar o si existe la opción de que otra persona lo pueda ver.

- Tener en mente de qué manera va a recibir el mensaje la otra persona, preguntar si se encuentra en disposición o en un contexto adecuado antes de enviar.

- Utilizar aplicaciones seguras con encriptación de mensajes, que brinden la opción de autodestruir lo compartido o que no permitan el almacenamiento de contenido como Telegram o Snapchat.

- Tomar contenido que resguarde la identidad, puede ser cubriendo elementos propios del cuerpo o del espacio, así como borrar metadatos del contenido como lugar, hora o dispositivo con el que se tomó.

- La más importante, no hay sexting seguro sin #consentimiento.


#Sextear es una práctica cada vez más presente en la forma de interactuar y relacionarse entre personas de diferentes edades, es por ello la importancia de que la practica sea tomada como una decisión libre, informada y sin precipitaciones. Saber que así como existen posibilidades de riesgo, también hay estrategias para hacerlo de manera más responsable y segura.



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Psicóloga Estefany Hernández

Atención Psicológica para Adolescentes y Adultos

Asociación Libre - Psicólogos en Guadalajara

 
 
 
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