El VIH es el Virus de Inmunodeficiencia Humana que afecta directamente nuestro sistema inmune, el encargado de defender a nuestro cuerpo de las enfermedades.
Actualmente uno de los mayores temores que existen respecto al VIH como una condición de vida es el estigma y autoestigma, es decir, todas esas ideas y prejuicios falsos al rededor del virus que pueden afectar directamente la manera en la que las personas se relacionan cuando escuchan el diagnóstico.
Hace algunas décadas, el virus era desconocido en su forma de transmisión y manifestación sintomática, por lo que surgieron muchos mitos como una forma de cuidarse y defenderse del miedo.
El VIH se transmite a través de fluidos como sangre, semen, secreciones vaginales y leche materna, los cuales deben entrar al fluido sanguíneo por una herida reciente, genitales, boca y ojos. Por lo tanto, no se transmite por besos o abrazos, lágrimas o sudor.
VIH y SIDA no es lo mismo, el primero se refiere al virus que se puede adquirir y el segundo, al Síndrome (conjunto de síntomas) de Inmunodeficiencia Adquirida que se observa en una etapa avanzada y no tratada.
Realizarse la prueba es una manera de prevenir el SIDA ya que una prueba rápida se encarga de detectar los anticuerpos hacia el VIH y de esta manera se puede comenzar un tratamiento.
El tratamiento con antirretrovirales disminuye considerablemente la carga viral por lo cual una persona con buen apego a tratamiento puede vivir una vida normal.
Los estigmas alrededor del VIH mayormente son provocados por la falta de información, por lo cual informarse puede salvar vidas y vínculos.
Existen instituciones y asociaciones civiles dedicadas a la detección, tratamiento e información de la condición de VIH.
