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Niños "agresivos" ¿Qué hago?

Actualizado: 8 mar 2020


Niños agresivos

Cada vez es más frecuente escuchar a padres y madres tener problemas con "niños agresivos" que describen como sus hijos llegan a retarlos verbalmente y hasta golpearlos por solicitarles hacer una actividad determinada (comer verduras, hacer la tarea) o bien, a abandonar una actividad placentera (dejar de jugar videojuegos, desconectarse de internet), es decir que son niños agresivos, retadores o "contestones".

La agresividad no está sólo en los niños, es una tendencia que está presente en todo los seres humanos, no importa su edad, lo que hay que aclarar es que son el tipo de manifestaciones de la agresividad las que son consideradas como enfermizas o patológicas.

La agresividad (los impulsos agresivos) y el enojo tienen una función, nos permiten defendernos cuando alguien o algo nos ataca o nos hace daño, sin embargo, cuando con dichas acciones agresivas no nos defendemos sino que dañamos, lastimamos, menospreciamos a los que nos rodean definitivamente rompe con el vínculo de la sana convivencia social, del acuerdo que nos permite vincularnos con los otros, "Nadie tiene derecho a golpearnos o insultarnos, yo no tengo derecho a hacerlo tampoco".

Pero ¿Qué podemos hacer en esas situaciones de agresividad infantil? ¿Es normal la agresividad en niños? ¿Debe permitirse que los niños golpeen?

Si tienes en casa o salón a un "niño agresivo", toma en cuenta las siguientes recomendaciones con respecto al tema:

  1. No permitas que el hijo te agreda. Si bien dije que los impulsos agresivos (agresividad) en niños es normal, es el manejo de éstos lo que nos permite vivir en sociedad y la edad no es una justificante para golpear o insultar. Recuerda las reglas que le enseñes al niño le dan la pauta de como lidiará con las cosas que le molestan o frustran, así como la manera en la que trata a las personas. Si el niño se muestra agresivo o incluso, llega a golpearte, detenle las manos con calma pero firmemente, indícale que te duele y molesta que haga eso y que tendrá una consecuencia por su acto. Acepta los impulsos agresivos, no los actos que dañan o lastiman.

  2. No golpees o insultes al niño. Niños agresivos no necesariamente significa padres que están siendo agresivos, sin embargo, en ocasiones la agresividad en el niño puede ser una respuesta a un acto o palabras por parte de nosotros los adultos. Evitar que el niño golpee o insulte, golpeándolo o insultándolo a su vez, ya que esto es incongruente y contraproducente. Recuerda, estamos creando un ambiente de disciplina pero además uno de respeto y amor hacia nuestros hijos.

  3. Habla abiertamente con el niño sobre las consecuencias y cúmplelas. Regularmente al niño agresivo se le grita, pero no se le explica. Cuando se haya calmado, explícale que cuando responde de manera grosera, cuando golpea o insulta, etc. lastima a los que están a su alrededor y que esa es la razón por la cual no debe hacerlo. Procura que la consecuencias impuestas sea un momento para que el niño piense, se desahogue y reflexione (retirarse a su habitación, sentarse en una silla especial para pensar, etc.) sin olvidar que después del tiempo en que se tranquilice deberá obedecer la instrucción. Si no puede convivir sin dañar, no convivirá sino hasta que no lastime o agreda a los demás.

  4. Los niños agresivos lo son por una razón. Entender la fuente de la agresividad del niño es fundamental para enseñarlo a aceptarla y controlarla en beneficio de su convivencia social, analiza cuando es más frecuente que presente agresividad (entorno donde hay mucha gente, cuando pierde en el juego, cuando no la invitaron a jugar, en la mañana, cuando regresas por él a la casa de su abuela, etc.). Entender es poder hacer algo al respecto, negarlo o solo querer que pare no modificará la situación.

  5. Conserva la calma y recuerda por qué es importante. Al principio el niño llorará, gritará, hará pataletas, saldrá corriendo, etc. El cansancio, hartazgo y culpabilidad al momento de disciplinar al niño que agrede suelen ser los principales obstáculos, recuerda que tu objetivo es mejorar la calidad de vida de tu hijo, prepararlo para el futuro y permitir que desarrolle habilidades para esforzarse y sobrellevar su frustración. Cuando pienses en “dejarlo pasar” recuerda porqué y para qué estás esforzándote.

  6. Consulta con un especialista. Recuerda que un especialista puede ayudarte a entender y plantearte diferentes maneras de comprender lo que está sucediendo al niño y porqué, recuerda que la agresividad está presente en todos nosotros, pero el especialista te puede ayudar a comprender porque este tipo de agresividad se presenta en este niño particular.

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