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Artículos sobre Ayuda Psicológica


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La pérdida de un ser querido es una situación sumamente difícil para cualquier ser humano, conlleva sufrimiento emocional que puede expresarse a través de tristeza constante, apatía hacia actividades cotidianas, ante la socialización, pero incluso también pueden hacerse presentes emociones como el enojo o la ira en ciertos momentos, pues cada individuo atraviesa este proceso de diferente forma. No obstante, esta manifestación de dolor emocional también podemos sentirla a nivel físico ya que es común el experimentar sensaciones como tensión muscular y dolor en algunas partes del cuerpo, opresión en el pecho, vacío en el estómago, falta de aire, cefaleas, también debilidad o cansancio extremo.


Para la psicología, un evento de muerte implica lo que se denomina duelo, palabra que etimológicamente proviene del latín dolus que significa dolor, desafío o combate entre dos, por tanto, si tomamos este primer significado nos remonta a ese sufrimiento emocional que hemos explicado hace un momento, sin embargo, aunque se dice sencillo, es todo un proceso por el que atraviesa la persona doliente e incluye los intentos que hace la misma por aceptar la pérdida y para llevar a cabo los cambios correspondientes en lo exterior e interior.


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Es importante mencionar que, aunque nos centraremos en el proceso de duelo por la pérdida de un ser querido que ha fallecido, no solo esta vivencia puede causar que atravesemos por el proceso de duelo, sino que a lo largo de nuestra vida podemos experimentar diferentes pérdidas que nos lleven a esto, tal como son:


- Pérdidas relacionales: implican fallecimiento de personas, separaciones y/o fin de relaciones, incluyen abandonos.

- Pérdidas intrapersonales: tienen que ver con pérdidas del cuerpo, como lo implica las capacidades físicas o intelectuales.

- Pérdidas materiales: cuando se pierde un objeto o posesión.

- Pérdidas evolutivas: abandono de diferentes etapas de la vida debido a la pérdida por los cambios que implican (infancia, juventud, adultez y vejez).


La psiquiatra Elizabeth Kubler- Ross ha establecido 5 fases o etapas en el proceso de duelo, las cuales a pesar de que en un inicio afirmó que se vivían de forma sucesiva, posteriormente, puntualizó que no se atraviesa por ellas de forma lineal, es por esto que habrá ocasiones en las que puedas sentir que has avanzado y después al acercarse fechas significativas como cumpleaños, el aniversario luctuoso o incluso las relacionadas a épocas decembrinas, nuevamente se lleguen a experimentar fuertemente las emociones que en un inicio estaban presentes y aunque ello te cause decaimiento al sentir que vas retrocediendo, esto puede ser esperado, en mayor medida porque son fechas en las que por lo general se busca la unión y el acercamiento familiar.


Las fases que incluye la psiquiatra son:


- Negación: puede haber un estado de shock en el que haya rechazo hacia lo sucedido o minimización de la importancia de la pérdida.

- Ira: incluye frustración e impotencia con respecto a la propia capacidad de cambiar la situación, también suele haber enojo e ira hacia otros como forma de atribuir la culpa a algún factor externo.

-Negociación: se tiene la esperanza de que nada cambiará luego del suceso y que se puede influir sobre la situación.

- Depresión: se empieza a asumir la realidad y ello genera aparición de sentimientos de tristeza y desesperanza.

- Aceptación: incluye un estado de calma asociado a la comprensión del suceso a través de la aceptación como un fenómeno natural en la vida humana.


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A pesar de que el #duelo es un proceso que prácticamente todo ser humano experimentará a lo largo de su vida, la forma en que cada persona atraviesa sus fases, tiene que ver con aspectos psicológicos individuales y otros relacionados al entorno en el que está el doliente, por tanto, dichas condiciones del medio en el que nos encontramos pueden favorecernos o contribuir a que este proceso sea más difícil de sobrellevar.


Algunos consejos para que estas épocas decembrinas no sean de mayor impacto emocional pueden ser las siguientes:


- Considerar que, aunque alguien ya no esté físicamente, recordar las experiencias alegres que viviste con él o ella te ayudará a sentirlo cerca.

- Date permiso de experimentar tristeza pues es esperada esta emoción ante la añoranza de la persona perdida.

- Habla de tus emociones, comunica tus sentimientos hacia tus allegados, pues hacerles saber que estas en un proceso difícil les ayudará a ser empáticos.

- Investiga algún ritual con el que te sientas cómodo y que involucre al familiar fallecido, por ejemplo, colocar un altar en su honor, solicitar una misa en su nombre, hacer oración, escribirle alguna carta.

- Procura no aislarte completamente, pero también reconocer que, si es lo que necesitas temporalmente, respeta tus deseos y comunícalo a tus familiares para que estén tranquilos y puedas vivir un espacio a solas.


Si estas considerando que haz pasado algún tiempo en el que te ha sido muy difícil de sobrellevar la ausencia de alguien, no olvides que tampoco es indispensable que lo hagas solo, puedes buscar orientación profesional que te acompañe y ayude a atravesar por estas fases de mejor manera.




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Lic. Carolina Villarreal

Psicóloga clínica

Asociación Libre Monterrey

 
 
 
  • 12 dic 2024
  • 4 Min. de lectura

A propósito del #DiaMundialDeLosDerechosHumanos Este artículo pretende reflexionar sobre #DerechosHumanos y globalización. Nos enfocaremos especialmente en los conceptos de dignidad, #DerechosHumanos y globalización.

 

Cuestionarnos acerca del significado y las implicaciones de estos conceptos se vuelve cada vez más necesario en nuestra sociedad mexicana donde desde hace un tiempo hay una fuerte tendencia hacia la polarización de ideales y de niveles socioeconómicos que han promovido la reincidencia de conductas de discriminación, contrapunteando las distintas formas de pensar de las personas, cerrando el diálogo y dogmatizando algunas de sus creencias.

 


Derechos Humanos
Derechos Humanos

Es relevante en el ámbito social y político de nuestro país pensar en el mantenimiento de la dignidad y el respeto a los derechos humanos de todas las personas. Si agregamos el tema de la globalización, nos encontramos con un contexto influenciado por diversas culturas y generando nuevas formas de identidad y de relacionarnos con los otros.

 

Vázquez (2015) propone una nueva alternativa para entender y definir el concepto de dignidad, alejándose de la concepción metafísica que proponía la visión religiosa y también del concepto metafísico secular contenido en la declaración de los #DerechosHumanos. Define entonces a la dignidad como un límite de lo moralmente admisible y cuyo contenido sería esencial o exclusivamente negativo. En este sentido la dignidad se definiría negativamente siguiendo la segunda formulación de Kant de obrar de manera que nunca nos tratemos ni a otros sólo como medios, sino siempre al mismo tiempo como fines. De esta manera podríamos acceder al concepto de dignidad por la vía negativa y al de autonomía por la vía positiva, haciendo valer los mínimos inalterables de cualquier ser humano: a no ser tratados con crueldad ni humillación..

 

Por su parte, De Sousa (2002) entiende el auge actual sobre los #DerechosHumanos como un llamado a llenar el vacío de las políticas progresistas que tenían un origen fundamentalmente socialista, surgiendo a partir de tres tensiones específicas: entre la regulación social y la emancipación, entre el Estado y la sociedad civil y entre el Estado nacional y la globalización. En este sentido los medios de comunicación, y las políticas públicas influyen en la concepción de los #DerechosHumanos que tendrá una sociedad en específico, y no es igual para todos los países, ni se toman en cuenta todas las culturas, concluyendo que la pregunta por la viabilidad de los #DerechosHumanos es primordialmente del mundo occidental.

 


Derechos Humanos
Derechos Humanos

Como ideas secundarias en el texto de De Sousa (2002), se presenta un enfoque del concepto de globalización a partir de su producción, como localismo globalizado, globalismo localizado, cosmopolitismo y la herencia común de la humanidad; siendo los primeros dos de nivel superior y los siguientes de nivel inferior. La globalización entonces sería un proceso por el que una entidad local tiene éxito en extender su alcance a nivel global.

 

Podemos decir entonces que existe un derecho humano cuando hay un argumento moral, suficientemente fuerte a favor de dar reconocimiento y protección legal y especial a su interés humano, y cuando el reconocimiento y protección son factibles desde un punto de vista práctico.

 

La dignidad en un mundo globalizado tendrá que entenderse también a través de la interculturalidad que ésta misma por definición conlleva. Se buscaría generar conciencia tanto a nivel individual como colectivo de qué toda cultura debe someterse a procesos de autorreflexión que los lleven a entenderse como incompletas y abiertas al diálogo, de tal manera que se abrirían a versiones más amplias de interculturalidad y la integración de la diferencia pasando de la igualdad o la diferencia a la igualdad y la diferencia.

 

Los #DerechosHumanos, la dignidad y la globalización son conceptos que inevitablemente se entrecruzan y se relacionan en el mundo occidental actual. La dignidad no se puede entender sin la libertad y el acceso a la autonomía y a los #DerechosHumanos. También como parte de esta libertad y de la búsqueda de la igualdad y al mismo tiempo, la aceptación e integración de las diferencias en un mundo globalizado dónde ciertos localismos logran ser globales e impactar a otras sociedades de diversas formas, tal y como sucede con la cultura estadounidense y su impacto en la cultura mexicana, donde comienzan a tomarse como propias culturalismos extranjeros, en muchos casos, enriqueciendo las tradiciones y la identidad del mexicano, y en otros superponiendo el ideal de consumo capitalista como una forma aspiracional de vida.

 

Si bien los #DerechosHumanos deben aplicar para todos, es importante que cada estado y cultura analice los distintos grupos sociales que la conforman y las minorías que no cuentan con la misma capacidad de acceso a los #DerechosHumanos o que requieren de algún requerimiento particular como lo son los grupos de personas con discapacidad, aquellos quienes por alguna situación de enfermedad han perdido la capacidad y la voluntad de decidir, así como los derechos de grupos religiosos a manifestar libremente su ideología y apelar a la objeción de conciencia en caso de qué algún mandato jurídico vulnere las convicciones ideológicas propias, garantizando a su vez el derecho de quienes no profesan dicha ideología de acceder a la igualdad y garantía de sus derechos y libertades.

 

Es importante que como individuos y como sociedad mantengamos la apertura al diálogo y a la interacción con otras formas de pensar y de vivir que pueden ayudarnos a enriquecer los conceptos y leyes que mejoren nuestra convivencia social. El riesgo de creer que una cultura determinada es la mejor o la única que posee la verdad nos lleva a pensamientos dictatoriales y de discriminación de los que tendríamos que alejarnos si queremos garantizar el acceso igualitario a los #DerechosHumanos.


Psic. Marco Zapata

 

REFERENCIAS

 

Vázquez, R. (2015). El concepto de dignidad y la vía negativa de acceso a los derechos. En Derechos Humanos. Una lectura liberal igualitaria (pp. 29-51). Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigación Jurídicas; Instituto Tecnológico Autónomo de México, Centro de Estudios de Actualización de Derecho.

 

De Sousa, B. (2002). Hacia una concepción multicultural de los derechos humanos. El Otro Derecho, (28), 59-81.

 
 
 

El objetivo principal de este artículo es analizar algunas de las formas en las que la salud mental se promueve en la actualidad, por lo menos en occidente, a través de las redes sociales y el Internet. Cabe aclarar que durante este desarrollo usaremos la palabra #coaching haciendo alusión a aquellos modelos que se venden como una especie de solución para casi cualquier problema de salud mental, siendo impartidos por influencers, personajes de la cultura popular o personas sin una especialización formal en las áreas de la #psicología, por lo que es importante dejar fuera modelos de #coaching que se encuentran sustentados en epistemologías coherentes y que para su implementación requieren procesos de especialización formales, asegurándose de que quienes los implementan están adecuadamente capacitados para hacerlo.

 


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Consulta a un experto

En la actualidad vivimos una aparente deshumanización del proceso de salud, de acuerdo con Gadamel (2001) en su texto El estado oculto de la salud, cada vez nos cuestionamos más la relación entre salud y enfermedad, siendo la enfermedad mental aún más difícil de definir ya que no se han podido encontrar los orígenes específicos o determinantes que la ocasionan, y más bien parece ser una mezcla de distintos elementos que tienen que ver con la genética, la crianza, el contexto y la cultura, los que en conjunto podrían generar una enfermedad mental.

 

Ante este desconocimiento y la vorágine actual por querer respuestas y soluciones rápidas, se tiende en algunos de estos modelos a responsabilizar por completo a la persona de lo que le pasa, llegando a concluir, por ejemplo, que la depresión es un estado de apatía generado por la propia persona, o que los trastornos alimenticios tienen causas exclusivamente culturales, entre otros.

 

Si bien la cultura y el contexto en el que nos desarrollamos tienen que ser tomados en cuenta al momento de hablar de temas de salud, esto no quiere decir que los podamos simplificar o generalizar concluyendo de forma anticipada que ciertas enfermedades podrían tener una misma causa o un mismo origen para todos. Un análisis concientizado de los elementos que conforman nuestro contexto y la influencia que tienen sobre nuestra salud, tendría que incluir, como lo señala Mayan Cervantes 2011) , los ámbitos corporales, alimenticios, de salud y de enfermedad, las emociones y los procesos de simbolización que cada una de las culturas transmite y que surgen a través de procesos tradicionales que se van creando y retroalimentando con el paso de los años y que han mostrado su  relevancia cultural, uniendo el desarrollo de la investigación científica y las tradiciones de cada uno de los pueblos.

 

Uno de los problemas con este tipo de metodologías mal llamadas #coaching es que no toman en cuenta los procesos de simbolización específicos de cada lugar o de cada persona e intentan meter a todos en una misma categoría, cayendo en un pensamiento retrogradada e infantilizado de blanco o negro, o bueno o malo.  En este sentido si nos ajustamos a lo que el Coach nos indique estaríamos entonces dentro del grupo de los buenos o de los que mantendríamos una buena salud mental, de lo contrario perteneceríamos al grupo de los malos al cuestionar o no seguir al pie de la letra las indicaciones que se nos dan.

 


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Psicoterapia

Este pensamiento reduccionista origina que se busque subordinar al otro, en función de lo que se supone representaría su bienestar, pero sin involucrarlo, ni preguntarle, dando por hecho que de antemano contamos con el saber necesario para su mejor desarrollo. Lo anterior se detona en relaciones de poder donde el coach funge como un elemento de control social, en donde el cuerpo es puesto en control por el mercado o la relaciones de compraventa; en este sentido si compramos los cursos necesarios accederemos a una supuesta salud y si no tenemos los recursos económicos para hacerlo  se nos culpará por no ser lo suficientemente buenos o por no contar con el entusiasmo suficiente para salir adelante. Dentro del contexto de transdisciplina, entendemos que las distintas disciplinas están interrelacionadas, dependen una de otra, y las conexiones que se generan entre ellas tendrían la intención de enriquecer el conocimiento. En este sentido, la farmacología puede resultar en un apoyo para el manejo de las enfermedades mentales, la #psicología, por su parte, aporta también conocimientos esenciales en la búsqueda de un mejor manejo de la salud mental, otras disciplinas se ven también involucradas, desde la antropología, la historia, la nutrición, que nos ayudan a tener un panorama más amplio del ser humano en la búsqueda de un mejor desarrollo de sus potencialidades y de no obstruir su desarrollo personal, sino más bien enriquecerlo.

 

Por lo anterior, no podríamos considerar que estos programas de #coaching que resultan más bien en improvisaciones y que son promovidos por personas que no tienen la formación educativa, pero tampoco la capacidad empática de poder ponerse en el lugar del otro, sino más bien colocarse en un lugar de supuesto saber, realmente nos brinden una solución a los problemas de salud mental.

 

El centro de la atención para un mejor manejo de las enfermedades mentales vendría desde la atención primaria en la salud y la promoción de la salud, modelos que buscan concientizar a la población acerca de los cuidados para un mejor desarrollo humano que van desde la prevención primaria, tomando en cuenta tanto los aspectos de salud física, mental y el contexto y la cultura en los que se desarrolla cada individuo.

 

En conclusión, si bien es nuestra responsabilidad personal, a partir del momento en el que somos adultos el poder buscar información y cuidar de nuestras salud, dicha responsabilidad no puede ser exclusiva de cada individuo, ya que se tendrá que tomar en cuenta el contexto en el que se desarrolla, sus características personales y los tratamientos que pueda recibir para un mejor manejo de la salud mental tendrían que contar también con los elementos necesarios para evitar el reduccionismo y promover las relaciones transdisciplinarias, tomando en cuenta los aspectos emocionales, médicos, alimenticios, simbólicos y la visión que se tiene de la salud y de la enfermedad en el lugar en el que se vive y en la cultura en la que la persona se desarrolla.

 

 Psic. Marco Zapata

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA

Cervantes, M. (2011). Salud y enfermedad, una realidad compleja. Contribuciones desde Coatepec,(20).Pp.101-116.

Duque, M. (2007). Cultura y salud: elementos para el estudio de la diversidad y las inequidades. Investigación en Enfermería: Imagen y Desarrollo, 9 (2), Pp.127-139.

Gadamer, H. (2001). El estado oculto de la salud. Editorial Gedisa. Cap.5. Experiencia y objetivación del cuerpo. Pp.87-100. Cap. 8. El estado oculto de la Salud. Pp. 119-131.

Jean, E. y Braune, F. (2010). Antropología, salud y enfermedad: una introducción al concepto de cultura aplicado a las ciencias de la salud. Rev. Latino-Am. Enfermagem 18 (3).Pp.177-185.

Viniegra, L. (2017). El orden cultural, la enfermedad y el cuidado de la salud. Boletín Médico del Hospital Infantil de México [online], 74(6). Pp.397-406.

 
 
 
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