La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el #suicidio como un acto deliberadamente iniciado y realizado por una persona en pleno conocimiento o expectativa de su desenlace que es provocar la muerte. La misma OMS considera que hablar de que una persona considere el suicidio como una opción está relacionada a distintos factores, es decir, el consolidar este acto como la mejor alternativa NO está ligado a una sola cosa, si no que es multifactorial, y que en los casos que se llega a prevenir, las personas que han intentado o solo pensado respecto al suicidio, se encuentran mezclados factores biológicos, genéticos, psicológicos, ambientales y sociales.
Incluso los factores de #riesgodesuicidio no son los mismo para todos, si bien puede haber algunas similitudes, no es necesario cumplir con todos los factores anteriormente mencionados; características como edad, sexo, abren distintas situaciones que pueden influir para que una persona pueda pensar el suicidio como una opción de resolución ante sus problemáticas.
Por mencionar algunas cuestiones generales en el grupo de niños y adolescentes, influyen especialmente factores como la historia psiquiátrica familiar, principalmente de las personas con las que hayan tenido contacto cercano en sus relaciones primarias, enfermedades mentales, la pérdida de un ser querido, la #depresión, #aislamiento social, abuso de #drogas y #alcohol, #bullying, conductas de riesgo que llegan a estar de moda y se difunden por redes sociales, etcétera.
Para las mujeres y hombres, suponen un factor muy importante las relaciones con otras personas, la violencia doméstica o el estrés en el ámbito de la familia, sin olvidar enfermedades mentales, abuso de alcohol y drogas, entornos familiares problemáticos y la sensación de no tener redes de apoyo que puedan ayudar o confiar, que el suicidio se vislumbra ante el desamparo e incapacidad de hacer algo al respecto de lo que ocurre en el entorno.
Respecto a etapas de vida posteriores, en los adultos mayores, los factores que pueden influir en la meditación de un suicidio puede ser la depresión, el dolor físico a causa de una enfermedad, el aislamiento social y familiar.
Niveles de riesgo ante el suicidio
Como se mencionaba en un inicio el suicidio es un acto trágico ya consumado del cual no se puede revertir el hecho, sin embargo, existen niveles o fases en las cuales la idea puede ir tomando mayor fuerza e irse dirigiendo a la fatalidad de ser cometido por el ensanchamiento de posibilidades de recibir ayuda que se puede percibir. Es por ello que hablar de suicidio no debe de ser considerado como simples ideas propias de la edad, chantaje irreal o desafiar la valentía de la persona en que si puede hacerlo o no, o insitar a que lo lleve a cabo.
Para que una persona llegue a consumar un suicidio, van apareciendo señales de riesgo que pueden ser o no expresadas verbalmente, la comunicación en muchas ocasiones está en comportamientos, expresión por medio de dibujos, o en muchos casos no estar aparentemente visibles a las personas, esto no significa que no esté ocurriendo dicho riesgo de suicidio.
Existen tres principales niveles de riesgo de suicidio que pueden presentarse en las personas que han llegado a intentar o consolidado el acto. Dichos niveles son los siguientes:
Ideación suicida: Suele ser un paso previo a la conducta suicida y consiste en pensamientos de terminar con la propia existencia, expresados o no, son pensamientos que pueden rondar en la mente de la persona, en ocasiones no se tiene claro la forma o el método, solo es una consideración al respecto ante el malestar particular que se vive. Lo que puede ser un agravante en este nivel, es que la idea sea más recurrente en duración, intensidad del deseo. En este punto es mayormente posible que la decisión no esté firmemente tomada y se pueda con ayuda familiar y de primer nivel como atención psicológica que pueda no consumarse el suicidio.
Planeación suicida: Este nivel representa mayor peligro que el anterior ya que la persona que desea suicidarse, después de considerar nulas opciones ante otra alternativa para sentir que se puede solucionar lo que le ocurre, ha elegido un método habitualmente mortal, un lugar donde lo realizará, el momento oportuno para no ser descubierto, y los motivos que sustentan dicha decisión que ha de realizar con el propósito de morir. Los métodos que se eligen ante el suicidio, son variables dependiendo el grupo de edad, el género y factores personales que puedan tener en duda la consumación. La claridad del acto es más clara y se puede ir construyendo con cierta temporalidad, dependiendo la impulsividad o meditación con que se realice.
Tentativa(s) suicidas: También denominado parasuicidio, tentativa de suicidio, intento de autoeliminación o autolesión intencionada. Es aquel acto sin resultado de muerte en el cual un individuo deliberadamente, se hace daño a sí mismo con el fin de quitarse la vida. Las formas de intentarlo pueden ser diversas, no obstante, implica el mayor nivel de riesgo al expresar de forma deliberada ya la intención de culminar el acto, el cual por alguna razón no llegó a cumplirse, siendo en muchas ocasiones que es descubierto por algún familiar y alcanzan a hacerse intervenciones médicas para recuperar la salud de las personas. Los estudios han demostrado que una persona que ha intentado ya el suicidio, sin las redes suficientemente fuertes de apoyo entre familia o amigos, y el servicio adecuado de atención (psicológico y psiquiátrico) puede recaer y volver a tener otros intentos posteriores.
¿Cuáles son las señales pueden ser importantes estar alerta para evitar que se llegue al suicidio?
Hablar de desesperanza o no tener propósito, sentirse atrapado, sentirse como una carga para otras personas. En algunas ocasiones lo expresado es más directo como hablar o escribir sobre suicidio. Frases como: “Ojalá me muera” o “Estoy tan cansada/o de la vida”.
Alejarse de todo contacto social.
Cambios severos del estado de ánimo. Por ejemplo: Depresión o un sentido de desesperación.
Pensar constantemente en la muerte, en morir o en la violencia.
Cambios de personalidad, que pueda actuar de forma contraria a lo que se percibía más constantemente de la persona.
Aumento del uso del alcohol o las drogas.
Cambiar la rutina normal, incluido el hábito de comer y dormir.
Hacer cosas arriesgadas o auto-destructivas, como consumir drogas o conducir sin cuidado.
¿Qué es importante hacer para prevenir el suicidio?
El primer paso es averiguar si la persona corre riesgo de seguir sus sentimientos suicidas. Actúa con delicadeza, hablar directamente sobre el tema, es una señal de que te importa la pregunta se pueden hacer preguntas como: ¿A veces sientes ganas de darte por vencido? ¿Piensas en la muerte? ¿Alguna vez has pensado en el suicidio o has intentado hacerte daño?
Preguntarle a una persona acerca de pensamientos o sentimientos suicidas no la motivará a tener conductas autodestructivas. De hecho, ofrecer la oportunidad de hablar acerca de los sentimientos puede reducir el riesgo de que siga sus sentimientos suicidas. Compartir sobre los cambios que se han observado y la preocupación genuina al respecto, puede permitir la entrada a hablar y buscar alternativas al respecto.
Si alguien ha intentado suicidarse o está en riesgo de hacerlo y te das cuenta, ten en cuenta:
No dejes a esa persona sola.
Llama al 911 o al número local de emergencias de inmediato. Si puedes hacerlo de forma segura, llévala a la sala de emergencias del hospital más cercano.
Trata de averiguar si la persona está bajo los efectos de sustancias o del alcohol, o si pudo haber tomado una sobredosis.
Dile de inmediato a un familiar o amigo acerca de lo que sucede.
Si un amigo o ser querido está pensando en suicidarse, necesita ayuda profesional aunque el suicidio no sea un peligro inminente, alienta a la persona a que llame a un número de línea directa de asistencia o busque tratamiento psicológico que pueda ayudarle y busquen vías de solución. La importancia de que sienta apoyo y no se minimicen sus emociones, es importante, ser empáticos, no juzgar y mostrarle que estás con ellos, y estás dispuesto a escucharle o apoyarle de la manera que puedas. Es importante en casa, avisar al respecto para que se sigan las mismas recomendaciones y se puedan cuidar los objetos o elementos que puedan representar un riesgo potencial para un intento de suicidio.
Es importante mantener la calma ante la angustia y pensar en soluciones, investigar sobre los centros de salud que pueden atender este tipo de situaciones y contar con contactos de psicólogos o profesionales de la salud puede ser una diferencia.
Psicóloga Carolina López
Psicóloga de niños, adolescentes, adultos y parejas
Asociación Libre - Psicólogos en Guadalajara