top of page

Artículos sobre Ayuda Psicológica

 

ree

La #ansiedad forma parte de una respuesta del cuerpo humano ante situaciones adversas, se manifiesta a nivel físico y psicológico, por lo que es común que ocasione un desgaste importante en la persona. Para entender el funcionamiento de la #ansiedad es necesario saber que el cuerpo humano funciona a través de un complejo sistema orgánico que trabaja de manera organizada para ejecutar las diversas tareas dependiendo el propósito, tratándose no solo de acciones básicas de supervivencia, sino también de todo aquel acto llevado a cabo por decisión, por placer. De esta manera, cada acción que la persona emprende, como por ejemplo comer, dormir, jugar, estudiar, cantar, trabajar, pelear, llorar, gritar, etc., es precedida por una activación neuronal y química, que el cerebro, en coordinación con el resto de órganos llevan a cabo para que se posibilite la movilidad, se lleve a cabo la respuesta esperada. Se trata de un sistema que actúa de manera autónoma, es decir que las personas no controlamos a conciencia el flujo de neurotransmisores para que se lleve a cabo una actividad, sin embargo, la manifestación de una respuesta del cuerpo dependerá de los estímulos que la persona enfrente en su día a día, motivo por el que los acontecimientos del exterior, lo que ocurre en nuestro medio social, laboral, familiar, personal, académico, etc., tiene una influencia indirecta o directa en lo que ocurre en nuestro cuerpo y nuestra mente. Igualmente, es importante saber que la complejidad del cerebro no solo radica en el funcionamiento, sino también en el hecho de que cada persona posee un contenido de pensamiento consciente e inconsciente, que se construye a partir del desarrollo psicológico y madurativo, por lo que cada quien cuenta con referentes simbólicos que dan peso y significado a cada una de las situaciones y acciones, propias y de los demás.

 


ree

Para explicar mejor el punto y acercarnos a una exposición básica de la #ansiedad, vamos a plantear un ejemplo sencillo. Imaginemos que nos encontramos en un parque disfrutando un día libre, en ese momento estamos apreciando un día soleado bajo la sombra de un árbol, hay una cantidad moderada de personas adultas conviviendo y niños jugando. En este estado de tranquilidad nuestra atención se enfoca en nuestros pensamientos (ideas de cualquier tipo, quizá recuerdos amigables), hasta que repentinamente escuchamos un sonido estridente y cercano provocado por dos autos que colisionaron debido a un accidente. Inmediatamente experimentamos la sensación de susto que nos provocó un sobresalto, no obstante el ruido, al ser discordante con el momento placentero que estábamos teniendo y al ser inesperado, proporcionó un estado de alerta y tensión en nuestro cuerpo, el cual nos activó para tomar una decisión. En este momento, la reacción que cada quien podemos tener puede ser variable, alguien pudo haberse parado del lugar en el que se encontraba y dirigirse con rapidez al lugar de los hechos, otra persona pudo haberse quedado en su lugar para intentar recuperarse del susto mientras frotaba su pecho, alguien más pudo haber emitido un grito y experimentar nerviosismo debido a que en su memoria evocó el haber sido participe de un accidente automovilístico traumático en su infancia o un pasado no tan lejano.

 

La relevancia del ejemplo descrito, es que para que una persona haya reaccionado de tal o cual manera ante el sonido del accidente, tuvo que pasar en su cerebro un proceso automático de respuesta, encargándose entonces de liberar sustancias químicas para comunicar la activación del cuerpo en general y poder tomar una decisión, basada no solo por el instinto de supervivencia, sino también con base en la memoria racional y afectiva, todo el conjunto de referencias que la persona posee para atender de una u otra manera ese estímulo que en dicho momento pareciera adverso. Por lo tanto, la #ansiedad es un proceso que se manifiesta a través de este sistema, y además, se potencializa de acuerdo a la estabilidad emocional de cada persona. El propósito del presente artículo es enfocarnos en describir brevemente la #ansiedad, explicar por qué se manifiesta en nuestro cuerpo, y por qué interfiere con nuestro estado anímico, generando por consiguiente un impacto en la calidad de vida.

 

¿Qué es la ansiedad?


Mujer preocupada, experimenta ansiedad.
La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo, ya que se produce como una manifestación inmediata ante un estímulo generalmente adverso, que prepara a la persona física y mentalmente para estar alerta, activarse, emprender una solución, buscar proteger su integridad.

La #ansiedad es una respuesta natural del cuerpo, ya que se produce como una manifestación inmediata ante un estímulo generalmente adverso, que prepara a la persona física y mentalmente para estar alerta, activarse, emprender una solución, buscar proteger su integridad. Se diferencia del miedo, debido a que la sensación de miedo es provocada por una causa la cual es identificada por la persona, se le conoce, se advierte, y es entonces el miedo por sí solo, una emoción básica de respuesta ante algo que resulta aversivo, peligroso. La #ansiedad por el contrario, es entonces una respuesta tanto física como psicológica ante una causa que pueda no ser del todo clara, una situación incómoda, ambigua, e incluso un estado emocional perturbado, decaído, puede desencadenar una reacción de #ansiedad. Además, la #ansiedad al ser una respuesta natural, está presente en la mayoría de las personas que enfrentan una dificultad o un problema, no obstante, el nivel de intensidad y duración de la reacción dependerá de la persona y de la causa, siendo así que en la medida que alguien presente síntomas de ansiedad de manera prolongada, es posible que se desarrolle un trastorno que amerite de atención profesional especializada.

 

La "ansiedad se identifica por la presencia de diversas reacciones físicas, como por ejemplo: agitación, aceleración en el ritmo cardiaco, sudoración, dificultad para respirar, temblores, insomnio, mareos y nauseas, micción frecuente, etc. Así también, la identificamos mediante síntomas psicológicos, como por ejemplo, nerviosismo, preocupación excesiva, pensamiento aprensivo, irritabilidad, ideas pesimistas o fatalistas, hipervigilancia, y cambios en el estado de ánimo. De esta manera, existen múltiples causas que contribuyen para que una persona presente un estado de ansiedad, lo cual está determinado también por el tipo de personalidad y los recursos emocionales que se posean, ya que a medida que exista mayor vulnerabilidad psicológica, la persona es más propensa a presentar síntomas de ansiedad significativos. Situaciones como el estrés laboral, dificultades escolares, problemas en la concentración, deficiencia en el rendimiento físico, conflictos interpersonales y familiares, procesos de duelo, pérdidas económicas y rupturas amorosas, son algunas de las causas frecuentes que contribuyen para que una persona exhiba reacciones de ansiedad.

 

Es interesante cómo la ansiedad representa un detonante para que la persona experimente una sensación de malestar físico y psicológico de acuerdo a un motivo particular que no necesariamente atenta contra la vida del sujeto, ya que básicamente la ansiedad implica “un estado de preocupación por el futuro”, de modo que la sensación de tensión e intranquilidad son claves para la identificación de la #ansiedad, porque es la respuesta ante el desconocimiento, ante la inseguridad y baja confianza en sí mismo, ante la incertidumbre y ante la sensación de falta de apoyo que una persona puede experimentar.

 

Es posible atender la ansiedad y manejarla.


La #ansiedad al ser duradera, impacta en la vida cotidiana de la persona porque interfiere con el funcionamiento normal al dificultar la manera de abordar una situación. Al respecto, es común que cualquiera experimentemos nerviosismo antes de un examen, antes de un proceso de ascenso, al declarar nuestro amor a la persona amada, o al estar a la expectativa de un diagnóstico médico. Sin embargo, las personas que presentan reacciones de ansiedad más significativas o que padecen un trastorno de ansiedad, experimentan dificultades más severas para manejar este tipo de eventos. De igual manera, es importante señalar que la ansiedad se vuelve un obstáculo que nubla la autopercepción y las cualidades de cada individuo, siendo la prueba el hecho de que al finalizar un momento impactante, cuando concluye una situación adversa o problemática, es común que nos demos cuenta que el escenario catastrófico que anticipábamos y que nos generaba pesadumbre, decaimiento y alteración, resultó ser una condición pasajera o poco trascendente y que pudimos abordarla de manera efectiva. El problema radica en que hay personas que no logran sobrellevar su sensación, se ven rebasados por la desesperación, se inhiben ante el problema y no logran enfrentarlo de manera efectiva, entonces es aquí cuando hablamos de una condición psicológica importante.

 

Existen diversas maneras de atender la #ansiedad, y dentro de lo inmediato está la reflexión, es decir la revisión no solo sobre las posibilidades negativas de las situaciones que nos afectan, sino también de la elaboración mental de soluciones y planes de acción. Asimismo, existen ejercicios de respiración que ayudan a calmar la mente y a relajar el cuerpo, esto como una manera básica de prepararnos para atender un conflicto. Es importante también que la persona adquiera cada vez más hábitos saludables, de modo que la alimentación sana, el periodo de sueño apropiado, la higiene, la organización de tareas, activación física, la evitación de excesos, etc., fortalece el cuerpo y su rendimiento, lo cual contribuye para el manejo de la ansiedad.

 

ree
La psicoterapia ayuda a que podamos encontrar una manera de verbalizar aquel contenido de nuestra mente que nos oprime, nos ayuda a resolver los problemas con la ansiedad.

Es de suma importancia, el reconocimiento del factor emocional en el tema de la #ansiedad, por lo tanto los procesos de psicoterapia ayudan a que podamos encontrar una manera de verbalizar aquel contenido de nuestra mente que nos oprime, todo tipo de pensamientos irracionales que para nosotros tiene un sentido válido y nos afecta, las inquietudes que poseemos, así también las experiencias que resultan traumáticas y establecen un punto de partida para desarrollar síntomas de ansiedad trascendentes. Por lo tanto, es necesario comprender que existe la posibilidad de abordar la ansiedad y frenar sus efectos negativos en nuestra calidad de vida, debemos saber que el acudir con un profesional de la salud mental ayudará a que analicemos nuestros padecimientos y tomemos cartas en el asunto, darnos cuenta de que lo que nos ocurre no es una cuestión sin remedio, más bien que la ansiedad es una problemática que se vive con intensidad en nuestra sociedad y que cada vez más los niveles de estrés aumentan debido a factores como problemáticas económicas, laborales, familiares, morales y de salud, motivo por el que se considera de importancia el evitar ignorar los síntomas de la ansiedad, más aún cuando estos se suscitan con regularidad, impiden el funcionamiento normal y perjudican nuestra estabilidad en general.



ree













Lic. José Ruy García

Psicólogo clínico

Asociación Libre Monterrey

 
 
 

ree

Actualmente hemos escuchado hablar mucho sobre la #ansiedad y cómo puede afectarnos, pero ¿sabías que no siempre es mala?


La #ansiedad es un mecanismo adaptativo que nos ayuda a sobrevivir, la cual podemos definir como una preocupación anticipatoria hacia una posible amenaza. Por ello, la #ansiedad no es mala, pues cierto nivel de #ansiedad es necesario para sobrevivir y tener conciencia de los posibilidades de peligro a nuestro alrededor.


Todas las personas en algún momento hemos sentido #ansiedad y sentiremos #ansiedad en nuestras vidas. Al canalizarla de manera positiva, además de ser una advertencia ante posibles amenazas, es que puede servirnos como guía para tomar decisiones, como ayuda a enfrentar desafíos o seguir una meta, para liberar emociones y para identificar necesidades a cubrir pues también es una señal de atención y escucha.

 

¿Entonces, hay tipos de #ansiedad?


Mujer ansiosa.
Todas las personas en algún momento hemos sentido ansiedad y sentiremos ansiedad en nuestras vidas. Al canalizarla de manera positiva, además de ser una advertencia ante posibles amenazas, es que puede servirnos como guía para tomar decisiones.

Podemos decir que existe la #ansiedad adaptativa (normal), que es la que todos tenemos en algún momento, pero también está la #ansiedad patológica (desadaptativa) que es aquella que genera un malestar intenso, frecuente y duradero. Es dentro de este tipo desadaptativo que se encuentran otro tipo de componentes desde cambios importantes en la calidad del sueño, concentración y apetito, evitación y fatiga, hasta síntomas físicos intensos, hipersensibilidad, aislamiento o incluso ataques de pánico.


¿Y el #estrés?


Quizá pensemos que es igual o similar al estado de #ansiedad, sin embargo hay algunas diferencias. El #estrés es la reacción de nuestro cuerpo a un desafío o demanda, una respuesta de tensión física o emocional que puede provenir de una situación o pensamiento que nos haga sentir frustrados o nerviosos. Un #estresor o factor estresante puede ser algo que ocurre una sola vez o a corto plazo, o puede suceder repetidamente durante mucho tiempo.

 

¿Cuándo puedo pedir ayuda por la #ansiedad o el #estrés que experimento?


Siempre puedes acudir con un profesional #psicólogo para pedir apoyo si lo deseas, no es necesario esperar a sentir un gran malestar o experimentar una crisis, especialmente si notas que es algo que te está afectando en tu vida diaria. En el campo de la salud mental existen trastornos ocasionados por #ansiedad y también por factores de #estrés, por lo que la intervención de un especialista clínico para su diagnóstico y tratamiento es muy importante.


Acudir con un #psicólogo para iniciar un proceso de #terapia y educarte en el tema de #ansiedad por un profesional te ayudará a sentirte más tranquila o tranquilo, ya que entenderás lo que sucede en tu caso y por lo tanto, lo que necesitas.



ree


 

 

 






Lic. Karen Rodríguez

Psicóloga clínica

Asociación Libre Monterrey







 

 
 
 
ree

Aunque en la actualidad ha habido un gran avance respecto a la información que es transmitida en temas de salud mental, considerar informarnos con profesionales es indispensable si creemos que estamos teniendo problemas con nuestras emociones, con la finalidad de que nos ayuden a identificar lo que nos pasa, hacer un diagnóstico preciso y que nos oriente para obtener la ayuda que requerimos.


A pesar de que la mayoría de nosotros hemos escuchado el término #trastornodeestréspostraumático, pocos sabemos con exactitud a qué se refiere o qué síntomas se experimentan en el mismo como para identificar si lo estamos padeciendo e incluso, si alguien cercano a nosotros puede tenerlo.


Inicialmente, es importante saber que la angustia psicológica que aparece después de la exposición a un evento traumático o estresante es bastante variable en cada persona. En algunos casos, los síntomas pueden expresarse en ansiedad o miedo, sin embargo, muchas personas que han estado expuestas a un evento traumático o estresante también pueden exhibir ira y agresividad. Estas expresiones variables que se presentan después de la exposición a eventos catastróficos o aversivos han generado que se agrupen en varios trastornos: trastorno de apego reactivo, el trastorno de compromiso social desinhibido, el trastorno de estrés postraumático (TEPT), el trastorno de estrés agudo, los trastornos de adaptación y el trastorno de duelo prolongado.


Sin embargo, el que explicaremos con detalle es el #trastornodeestréspostraumático (TEPT), apoyándonos en El Manual Diagnóstico de los trastornos mentales en su quinta edición, mismo en el que incluye los siguientes puntos a cubrir para adolescentes, adultos y niños mayores de 6 años:


A.      Exposición a la muerte, lesión grave o violencia sexual, ya sea real o amenaza, en una (o más) de las formas siguientes:

1.       Experiencia directa del suceso (s) traumático.

2.       Presencia directa del suceso (s) ocurrido a otros.

3.       Conocimiento de que el suceso(s) traumático(s) ha ocurrido a un familiar próximo o a un amigo íntimo. En los casos de amenaza o realidad de muerte de un familiar o amigo, el suceso(s) ha de haber sido violento o accidental.

4.       Exposición repetida o extrema a detalles repulsivos del suceso(s) traumático(s) (p. ej., socorristas que recogen restos humanos; policías repetidamente expuestos a detalles del maltrato infantil). Nota: no se aplica la exposición a través de medios electrónicos, televisión, películas o fotografías, a menos que esta exposición esté relacionada con el trabajo.

 

Un hombre cubriendo su rostro por ansiedad.
Los síntomas del TEPT pueden expresarse en ansiedad o miedo, sin embargo, muchas personas que han estado expuestas a un evento traumático o estresante también pueden exhibir ira y agresividad.

B.      Presencia de uno (o más) de los síntomas de intrusión siguientes asociados al suceso(s) traumático(s), que comienza después del suceso(s) traumático(s):

1. Recuerdos angustiosos recurrentes, involuntarios e intrusivos del suceso(s) traumático(s). Nota: En los niños mayores de 6 años, se pueden producir juegos repetitivos en los que se expresen temas o aspectos del suceso(s) traumático(s).

2. Sueños angustiosos recurrentes en los que el contenido y/o el afecto del sueño está relacionado con el suceso(s) traumático(s). Nota: En los niños, pueden existir sueños aterradores sin contenido reconocible.

3. Reacciones disociativas (p. ej., escenas retrospectivas que incluyen breves intrusiones visuales o sensoriales como son flashbacks) en las que el sujeto siente o actúa como si se repitiera el suceso(s) traumático(s). Nota: En los niños, la representación específica del trauma puede tener lugar en el juego.

4. Malestar psicológico intenso o prolongado al exponerse a factores internos o externos que simbolizan o se parecen a un aspecto del suceso(s) traumático(s).

5. Reacciones fisiológicas intensas a factores internos o externos que simbolizan o se

parecen a un aspecto del suceso(s) traumático(s).

 

C.      Evitación persistente de estímulos asociados al suceso(s) traumático(s), que comienza tras el suceso(s) traumático(s), como se pone de manifiesto por una o las dos características siguientes:

1. Evitación o esfuerzos para evitar recuerdos, pensamientos o sentimientos angustiosos acerca o estrechamente asociados al suceso(s) traumático(s).

2. Evitación o esfuerzos para evitar recordatorios externos (personas, lugares, conversaciones, actividades, objetos, situaciones) que despiertan recuerdos, pensamientos o sentimientos angustiosos acerca o estrechamente asociados al suceso(s) traumático(s).

 

D.      Alteraciones negativas cognitivas y del estado de ánimo asociadas al suceso(s) traumático(s), que comienzan o empeoran después del suceso(s) traumático(s), como se pone de manifiesto por dos (o más) de las características siguientes:

1. Incapacidad de recordar un aspecto importante del suceso(s) traumático(s) (no a factores como una lesión cerebral, alcohol o drogas).

2. Creencias o expectativas negativas persistentes y exageradas sobre uno mismo, los demás o el mundo (p. ej., “Estoy mal,” “No puedo confiar en nadie,” “El mundo es muy peligroso,” “Tengo los nervios destrozados”).

3. Percepción distorsionada persistente de la causa o las consecuencias del suceso(s) traumático(s) que hace que el individuo se acuse a sí mismo o a los demás.

4. Estado emocional negativo persistente (p. ej., miedo, terror, enfado, culpa o vergüenza).

5. Disminución importante del interés o la participación en actividades significativas.

6. Sentimiento de desapego o extrañamiento de los demás.

7. Incapacidad persistente de experimentar emociones positivas (p. ej., felicidad, satisfacción o sentimientos amorosos).

 

E.       Alteración importante de la alerta y reactividad asociada al suceso(s) traumático(s), que comienza o empeora después del suceso(s) traumático(s), como se pone de manifiesto por dos (o más) de las características siguientes:

1. Comportamiento irritable y arrebatos de furia (con poca o ninguna provocación) que se expresan típicamente como agresión verbal o física contra personas u objetos.

2. Comportamiento imprudente o autodestructivo.

3. Hipervigilancia.

4. Respuesta de sobresalto exagerada.

5. Problemas de concentración.

6. Alteración del sueño (p. ej., dificultad para conciliar o continuar el sueño, o sueño inquieto).

 

F.       La duración de la alteración (Criterios B, C, D y E) es superior a un mes.

 

G.     La alteración causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

 

H.      La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., medicamento, alcohol) o a otra afección médica.

 

Es importante mencionar que los síntomas no siempre aparecen de inmediato y generalmente, se hacen presentes dentro de los primeros 3 meses después del trauma, aunque puede retrasarse más, incluso hasta años para que se cumplan todos los criterios para el diagnóstico y ello, puede denominarse “expresión tardía”.


La expresión de los síntomas puede variar en intensidad por varios factores y estos están asociados a las condiciones individuales de cada persona antes del suceso traumático, es decir, sus rasgos de personalidad, la presencia de trastornos de personalidad ya diagnosticados, los recursos emocionales para afrontar adversidades, las redes de apoyo con las que cuente, entre otros aspectos.


Finalmente, si haz identificado que puedes cumplir con estos criterios o incluso, que alguien cercano a ti lo hace, estarán experimentando un nivel de malestar emocional importante, que seguramente ha generado pensamientos asociados a que nunca se va a poder tener una vida normal, que ya no se podrá ser feliz, entre otros, sin embargo, ello puede tratarse a través de la psicoterapia y no como una forma de eliminar el suceso difícil por el que se atravesó, sino para aprender a vivir con ello de una mejor forma.



ree












Lic. Carolina Villarreal

Psicóloga clínica

Asociación Libre Monterrey

 
 
 
bottom of page