Cada vez es mayor la cantidad de personas que buscan ayuda psicológica debido a sensaciones intensas de ansiedad o por consecuencias de la misma, como depresión, aislamiento, inseguridad, manifestaciones físicas o problemas interpersonales, lo que lleva a búsquedas exhaustivas en la red acerca de consejos, diagnósticos y manifestaciones clínicas que pueden llegar a aumentar más la sensación desagradable.
Es por eso que decidí enlistar los 5 mitos más frecuentes sobre la ansiedad que llegan a la terapia y que impiden a la persona mejorar o enfrentarla de una manera satisfactoria y a largo plazo.
1. La ansiedad debe ser eliminada.
Es común que las personas que experimentan ansiedad quieran deshacerse hasta del más mínimo estímulo asociado con el malestar, sin embargo, la sensación de ansiedad es inevitable en nuestra vida y aprender a encausarla o a entenderla puede ahorrarnos momentos desagradables. En ocasiones tenermos rasgos ansiosos en nuestra manera de ser e incluso patrones de relación que la estimulan y que no hemos detectado.
2. La ansiedad es pasajera.
La cuestión aquí no es si la ansiedad se irá algún día o no, sino la forma en que se suele reaccionar a ella restando importancia de manera constante, ya sea uno mismo o las personas que nos rodean. En ocasiones es entendida como "simples nervios" o "angustia normal", sin embargo, cada persona tiene una experiencia distinta al respecto de las sensaciones y es importante acudir a un especialista de la salud mental cuando sintamos un malestar que queramos sea atendido.
3. Una persona ansiosa es una persona quejumbrosa.
Muy relacionado con el punto anterior, en cuanto a restar importancia. Es importante entender que la intensidad de la ansiedad puede llegar a ser incapacitante de manera que puede acompañarnos durante todo el día o en momentos importantes, por lo que la mejor manera de enfrentarlo es buscando ayuda.
4. Es mi culpa tener ansiedad.
No es algo que elijamos sentir ni un castigo del karma. La ansiedad puede ser causada por diferentes factores, ya sean internos o externos, es decir, pensamientos, emociones y creencias o el ambiente, la convivencia o las experiencias. En muchas ocasiones culparnos puede aumentar la ansiedad e inclusive provocar otros malestares o padecimientos como ailamiento social, estado de ánimo bajo o depresión.
5. "No te preocupes", "No pasa nada".
Son frases que pueden llegar a aumentar la ansiedad debido a que no es entendida por lo que provoca angustia y confusión. Es importante saber que la mejor manera para ayudar a alguien que busca ayuda es ser comprensivos y proponer la busqueda de ayuda profesional.
Hago mucho énfasis en la importancia de asistir con un profesional, ya que no únicamente pueden orientar a la persona que padece ansiedad, sino tambien a los que lo rodean a fungir como una mejor red de apoyo. Así que la próxima vez que alguien te diga que la ansiedad es algo sencillo, puedes decir que no es cualquier cosa y que a veces necesitamos ayuda, tal vez sea lo que esa persona necesita para dar el paso.
Comments