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Así soy yo, ¡Cambia tú!

Actualizado: 8 mar 2020


Uno de los motivos más recurrentes en las dificultades en la interacción, radica en la complicación para asumir errores y realizar cambios en la actitud y comportamientos personales. Esto no es ajeno a los conflictos de pareja. Es común que durante discusiones o diferencias de opinión aparezca la frase de justificación: “¡así soy yo!”. Dicha frase (¡así soy yo!), se finca como un muro en el cual se obliga al otro a aceptar incondicionalmente los errores, defectos, costumbres y también de forma grave, cualquier tipo de agresión y reacciones emocionales emitidas por parte de uno de los miembros de la pareja, o incluso de ambos.


Así soy yo, ¡Cambia tú!

Expresiones como: “¡así soy yo!”, “¡así me conociste!” o “si quieres estar conmigo, ¡tienes que soportarlo!”, obstruyen cualquier oportunidad para escuchar las peticiones de la pareja y sobre todo, destruye cualquier posibilidad para lograr la comprensión de nuestro pasado y por ende, las oportunidades para mejorar en el ámbito personal. Cada integrante de la pareja posee diferentes experiencias e historias, sucesos que los constituyen de forma individual en las que posteriormente con lo vivido por el otro, vienen a crear para ambos una nueva historia. Existen situaciones y temas que desde inicio no pueden ser modificadas (aún y cuando se deseen), como lo son: el pasado, las decisiones (con equivocaciones o aciertos), situaciones familiares, si los integrantes de la pareja ya tienen hijos. Igualmente, existen ideas y actividades que tampoco debemos buscar cambiar, tales como ideas religiosas y políticas, forma de administrar el tiempo libre y el dinero, actividades recreativas y laborales. Los temas anteriormente descritos forman parte de nuestra identidad.


Sin embargo, al referirnos al “¡así soy yo!” no se relaciona con defender nuestra identidad, sino que se hace alusión a esa búsqueda de imponer toda nuestra subjetividad a la pareja y por lo tanto, tiene un sentido de control sobre el otro (háblese de cónyuge, pareja novia o novio), y este sentido violento lo podemos detectar en las siguientes situaciones:


  • Cuando esta frase aparece de forma temeraria expresando enojo, dejando de lado los sentimientos de la pareja, por ejemplo: suelen aparecer frases como “así es mi carácter”, “así me conociste”, “así soy yo” como justificación a arranques de ira o expresiones de agresión verbal o física.

  • Cuando nos enfocamos en devaluar la opinión del otro.

  • Al justificar nuestros errores dejando de lado el diálogo.

  • Cuando buscamos que la pareja se adapte a nuestras exigencias y hostilidades.

  • Cuando buscamos que el otro realice o deje de realizar actividades, por ejemplo: restringir relaciones interpersonales a causa de celos, utilizando la justificación “¡así soy yo!”.


Las manifestaciones antes descritas pueden llegar a encubrir miedos e inseguridades, aunque por otro lado, son oportunidades para dirigirlas al crecimiento personal y la modificación de nuestras reacciones. La invitación es, pasar de la frase “¡así soy yo!” a dialogar para llegar a acuerdos, alcanzar el autoconocimiento y asumir la responsabilidad de nuestras acciones y de la capacidad para disfrutar de la relación de pareja. La invitación es para reflexionar y con ello lograr cambiar el sentido de la frase “¡así soy yo!” que encierra un contenido de “excusa” a un “¡así soy yo!” con un sentido de comprensión de lo que nos ocurre, de lo que sentimos y hemos vivido.

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