Experimentar una crisis de ansiedad es una de las peores sensaciones emocionales que podemos vivir en un periodo breve de tiempo, ya que es un sentimiento tan intenso que parece que vamos a morir. Por lo tanto, actuamos como si fuéramos a morir: algunos no pueden moverse, otros lloran, gritan, se agitan, avientan cosas, e incluso pueden llegar a autolesionarse para lidiar con el malestar y intentar calmar la ansiedad.
Cómo calmar la ansiedad es una de las interrogantes más urgentes de las personas que la padecen, y por lo mismo intentan todo aquello que les prometa disminuir aunque sea un poco esa angustia de muerte para poder recuperar su sentimiento de seguridad y así, su vida.
En la web podemos encontrar muchos consejos y técnicas que nos ayuden a disminuir o tolerar la sensación desagradable, prometiendo que disminuirá la ansiedad como bañarnos con agua fría, apretar un hielo con la mano, gritar, correr o cualquier otra actividad física demandante, meditación, ejercicios de respiración, etcétera.
Todas estas técnicas para calmar la ansiedad pueden ser útiles de diferente manera para cada persona y lo que intentan es buscar un estímulo físico fuerte que pueda sacarnos de ese abismo emocional. Son funcionales y no está de más tener nuestra propia técnica, sin embargo, el problema de la ansiedad es mucho más profundo que técnicas momentáneas, ya que es el resultado de maneras de afrontar el medio inadecuadas o de exponernos a altas demandas del mismo, tanto internas (como las expectativas, la perfección, los detalles) como externas (el trabajo, exámenes, tareas intensivas contra reloj).
La crisis de ansiedad o un ataque de pánico, son la respuesta a la pérdida de nuestra seguridad vital y a pesar de que existen fármacos y alternativas para sobrellevarla, es necesario vivir un proceso emocional, ya sea psicoterapéutico o de aprendizaje y adaptación personal (para aquellos suertudos que han logrado superarlo solos) que nos permita desarrollar las herramientas adecuadas y las modificaciones necesarias en nuestro estilo de vida para evitar que los niveles de ansiedad se vuelvan cíclicos y los experimentemos una y otra vez durante muchos años a un punto donde calmar la ansiedad ya no sirve de mucho.
No te detengas a pedir ayuda, dejar que el vaso se derrame y hacerte el fuerte sólo tiene consecuencias a largo plazo. ¿Para qué aprender a calmar la ansiedad para siempre si puedes aprender a evitarla?
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