En la actualidad el tema del VIH y el SIDA han tenido una aparente apertura gracias a los nuevos medios electrónicos de comunicación y a que en nuestros contextos sociales se habla más de ello. Ahora la mayoría de las escuelas incluyen en sus programas algún apartado sobre las infecciones de transmisión sexual, sin embargo, vale la pena preguntarnos ¿Qué tanto hemos avanzado realmente en el entendimiento y la inclusión de las personas que lo padecen en la actualidad?
El Origen
El Virus de Inmonudeficiencia Humana (VIH) se adquiere básicamente por tres posibles maneras: la primera y más común es por el contacto sexual. El virus es capaz de introducirse por cualquier orificio o lesión abierta incluso si ésta no es perceptible a la vista, por lo que incluso el sexo oral es una conducta de riesgo. La segunda forma de transmisión es por vía sanguínea, a través de una transfusión o de compartir jeringas en el momento de consumir drogas en grupo, y la última es la perinatal, es decir, la que transmite una madre infectada a su hijo durante el embarazo.
Es un virus que al entrar en el cuerpo tiene un periodo refractario de 3 meses aproximadamente y lo que hace en el cuerpo es atacar el sistema inmune debilitando las defensas, provocando la aparición de enfermedades oportunistas, que son llamadas así porque de alguna manera se “aprovechan” del debilitamiento de nuestro sistema inmune para manifestarse, en este momento se considera que la persona ha entrado en etapa de SIDA o Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, donde pueden presentarse síntomas como dolor muscular y en las articulaciones, disminución atípica y sin razón aparente de peso, fiebres constantes, dolor abdominal, tos constante que no cede ante los medicamentos, aparición de candidiasis (hongos blanquecinos) en la boca y/o esófago, diarrea constante y sin motivo, entre otros. Es importante diferenciar a la persona que es portador del virus de quién ya ha desarrollado los síntomas de SIDA ya que al primero se le debe dar seguimiento y cuidado médico y de igual manera puede transmitir el virus. No hay un periodo específico para que el VIH se convierta en SIDA, en algunas personas pueden pasar años sin tener ninguna manifestación o incluso morir siendo solamente portadores. De cualquier modo no debemos olvidar que una vez contraído el virus, éste se va a transmitir de cualquier forma.
Los Datos
En México desde 1983 hasta el 2019 se han reportado un total de 207, 369 casos de SIDA y solo en 2019 se han presentado 7,668 nuevos casos en el país. Los estados con mayor incidencia son Campeche, Quintana roo, Veracruz y Michoacan. De los casos reportados desde 1983 el 80% son de sexo masculino y al rededor del 20% de sexo femenino, sin embargo, esta cifra ha mostrado una tendencia a la alza en mujeres durante los últimos años, específicamente en mujeres casadas que son infectadas por sus maridos, lo que también rompe el mito de que es una enfermedad exclusiva de los homosexuales o de la comunidad LGBTTTIQ.
Durante los años 80s del siglo pasado, tener VIH o SIDA era sinónimo de muerte. El promedio de vida de una persona infectada durante esa década y principios de los 90s era de entre 1 y 4 años a partir del diagnóstico. Afortunadamente el día de hoy y gracias a los avances en la medicina y los fármacos la esperanza de vida de un paciente es de un promedio de 40 años a partir del diagnóstico, lo cual puede ser mayor o menor dependiendo de los hábitos alimenticios y de salud de la persona, así como la presencia de alguna otra enfermedad que termine con su vida. Es por eso que ahora los médicos consideran al VIH como una enfermeda crónica, como la diabetes o la hipertensión, en donde es necesario estar en tratamiento médico pero que la calidad de vida y funcionalidad de la persona no se verán afectadas si se tiene un buen apego al tratamiento.
Tratamiento
Dependiendo del momento de diagnóstico el tratamiento puede variar desde un chequeo continuo si el virus se ha mantenido estable, hasta el uso de medicamentos llamados antirretrovirales que ayudan a disminuir la cantidad de virus en la sangre y a mantener en buen estado el sistema inmune. Estos se toman una vez al día y si se continúa su uso de forma adecuada la persona puede llegar a ser “indetectable” esto quiere decir que la cantidad de virus es tan poca que si la persona se hiciera una prueba rápida de VIH saldría negativa. Esto quiere decir que la persona no puede transmitir el virus aunque no es una cura ya que si se deja el medicamento la situación volverá a empeorar rápidamente. Tampoco significa que una persona indetectable pueda tener relaciones sexuales sin protección ya que puede adquirir otros tipos de virus de VIH y poner en riesgo nuevamente su salud o contraer alguna otra infección de transmisión sexual.
cuando una persona desea hacerse la prueba debe asegurarse de que hayan pasado al menos tres meses de su última relación de riesgo. Si la prueba es reactiva (lo que anteriormente considerábamos como positiva) se le hará una segunda prueba confirmatoria, si ambas son reactivas se hará una última más específica que busca los mecanismos de defensa específicos que el cuerpo activa ante la presencia del virus. Una vez que se ha confirmado el diagnóstico, el paciente debe ser referido con el infectólogo quien le dará seguimiento y le asesorará en todo lo correspondiente al tratamiento. La supervisión médica de por vida es indispensable.
En el caso de mujeres embarazadas en la actualidad existen altas posibilidades de que el bebé nazca sin el virus con un adecuado seguimiento de la madre. VIH ya no es sinónimo de muerte y recuerda que cualquier centro de salud gubernamental está obligado a ofrecerte pruebas rápidas y tratamiento totalmente gratuito.
El Estigma Social
Desafortunadamente, aún en nuestros días donde el acceso a la información es mucho más sencillo, existen muchos mitos que prevalecen en nuestra sociedad, uno de los más fuertes es que la persona va a morir lo cual, como ya vimos, no necesariamente ocurrirá por el hecho de estar infectado. Otro de los mitos más comunes es que la persona infectada se lo merece por haber llevado una vida promiscua, esto tampoco es válido ya que muchas personas llegan a contagiarse por un fallo en el condón o incluso desde su nacimiento, además no es justo para cualquier persona el ser juzgada por su orientación sexual o por la cantidad de parejas que tiene ya que es un tema de intimidad y sería como ir por la vida juzgando a toda persona enferma de cáncer, diabetes, etc. como si fuera su responsabilidad y culpa. Otro de los mitos a los que nos enfrentamos es a la creencia de que en los trabajos es normal que nos pidan esta prueba antes de ingresar, lo cual no solo es un delito sino que va en contra de nuestros derechos humanos.
La persona que comparte contigo su diagnóstico generalmente busca ser escuchada y lo mejor que puedes hacer es escucharla activamente y preguntarle si hay algo en lo que tú le puedas ayudar, sin juzgarla y respetando su confianza al no estar haciendo público su diagnóstico
Cada primero de diciembre se conmemora a nivel internacional el día del combate contra el VIH y SIDA recordándonoslos los pendientes que aún tenemos en el tema y nuestra labor de inclusión y entendimiento de la enfermedad y de quienes la padecen. No debemos olvidar que el mejor medio con el que contamos de prevención es el uso adecuado del condón y el buen manejo y uso de la información.
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