Uno de los grandes problemas como papás de un adolescente es el toparnos en una lucha constante de querer saber sobre ellos pero dándonos cuenta que han ido perdiendo el interés en hablar con nosotros, lo cual se espera en la etapa en la que están viviendo, pero debemos de estar pendientes y reflexionar si este problema viene creciendo desde tiempo atrás.
Aquí algunas recomendaciones para poder hablar mejor con mi hijo adolescente:
Evita que parezca un interrogatorio. ¿Qué hiciste?, ¿Con quién fuiste?, ¿Por qué hiciste eso? Son preguntas directas para los adolescentes que pocas veces se contestan. Una recomendación para los padres son preguntas periféricas, esto es, pregunta por cómo son sus amigos, de qué hablan sus compañeros de clase, qué lugares le parecen interesantes, etc. Que el adolescente hable de su entorno y de sus intereses es más sencillo que las preguntas directas de cómo, dónde y por qué.
Realmente colócate en la posición de escuchar. Definitivamente va a haber cosas con las que no estamos de acuerdo con nuestros hijos adolescentes. Nos van a surgir muchas ganas de dar nuestro punto de vista o de censurar ciertos temas, pero es importante en un primer momento tener toda la disposición de escuchar y de entender. Si interrumpimos constantemente a mi hijo no le va a quedar más salida que cerrar la puerta y no volver a hablar del tema. Es más recomendable escuchar, buscar entender y después reflexionar en qué nos queda por decir.
Asume lo que no entiendes. El adolescente comúnmente está interesado en hablar de lo que le gusta, y mucho más de aquello que le gusta y que a los demás les parece complejo. Como padres no vamos a entender exactamente cómo funciona algún dispositivo, o un videojuego, o como son las reuniones de nuestros hijos. Asumiendo que no entendemos eso nos coloca en el lugar de escucha y de buscar entender lo que hace mi hijo. No tengas miedo en preguntarle sobre lo que no entiendes, así tu hijo convivirá con un padre que no lo sabe todo.
No busques ser amigo de tus hijos. (¡Por favor!) Ser amigo de tus hijos no es lo más adecuado ya que él tiene sus amigos fuera de casa, con quienes va a hacer círculos y redes de apoyo donde quejarse de sus padres, ¡y qué bueno! Así él o ella podrá entenderte más, y logrará reconstruir a unos nuevos padres más humanos que también se equivocan como él. Si tú buscas ser su amigo pierdes tu lugar como papá, alguien que es adulto y lo protegerá, pierdes autoridad y además muy probablemente provoque que tu hijo busque alejarse más de ti.
Conéctate con tu propia adolescencia. Y esto no implica pensar en las frases de “Yo a tu edad ya trabajaba”, “En mis tiempos todo era mejor que ahora”, etc. Nunca, por la misma brecha generacional, los tiempos van a ser iguales, y de ser así implicaría que jamás vamos a entender a nuestros hijos, lo cual sería desastroso. Lo que si podemos es como padres estar en contacto con nuestra propia adolescencia: Así si podemos recordar cuando la pasábamos mal, cuando sentíamos que nadie nos entendía, lo que es enamorarse, lo que es estar muy enojado, lo que es llorar con profunda tristeza, etc. Y definitivamente por cosas diferentes, pero el sentimiento puede ser igual de poderoso que el de nuestros hijos, teniendo esto en cuenta podemos llegar a empatizar.
Estas recomendaciones pueden funcionar como el inicio para mejorar la comunicación con mi hijo adolescente, sabemos perfectamente que cada caso es único y en momentos donde veamos que a pesar de diferentes intentos no logramos mejorar la comunicación lo mejor es pedir ayuda a un profesional.
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