Ya pasó un año más y con él, 365 días y "oportunidades" de hacer las cosas diferentes. Muchos comienzan a tener sus preparativos para las festividades y otros (como yo) comenzamos a reprocharnos todos esos propósitos y sueños no cumplidos, nos invade la desesperanza, la culpa, la vergüenza y el desaliento.
Por mi mente pasa la pregunta "¿cómo cumplir mis metas?" y "¿cómo le hace la gente (obviamente la que cumple sus metas) para no perder el interés y cumplir SUS METAS?"... no tengo respuestas porque el malestar emocional y la pena por mí mismo es mayor.
"¿Qué son la metas y quién las pone?" o "¿cómo llegamos a elegir lo que es una meta para nosotros mismos?" El año pasado tenía como meta bajar algunos kilos y tener una vida más saludable. Supongo que lo cumplí, bajé algunos kilos en los primeros meses del año (kilos que después recuperé), y efectivamente mi estilo de vida es un poco más saludable, sin embargo sigo atrasado para lo que debería.
"Lo que debería"... "¿Por qué esa tiene que ser una meta para mí?", pensaba todas estas preguntas y llego a la conclusión apresurada de que algo debe estar mal para que no pueda cumplir mis metas, tal vez quien está mal soy yo. Tal vez no soy suficientemente bueno para vivir en esta época donde todos están cumpliendo sus sueños, aman su trabajo, tienen una hermosa familia, viajes, dinero, oportunidades y yo solamente me tomo fotografías intentando aparentar un avance que no existe, no estoy satisfecho, no me gusta mi vida, no me gusta lo que he hecho, las decisiones que he tomado y más que nada NO ME GUSTAN LOS RESULTADOS Y ESTOY CANSADO.
Los inicios y los finales traen consigo una gran dosis de auto-observación y evaluación y eso a veces puede llegar a abrumarnos. No únicamente los inicios de año, sino, los nuevos trabajos, las nuevas relaciones, los nuevos lugares y las nuevas oportunidades y cada vez que sucede vivimos un proceso de acomodación dentro de nosotros.
Un problema común es que hemos aprendido a tener miedo a los cierres o inicios, ya que únicamente en estos momentos aumenta la presión de voltear a verse a uno mismo y nos encontramos con juicios, expectativas, reproches y más.
El objetivo de este artículo no es deprimirte ni recordarte las ocasiones en las que tú u otros se han sentido miserables, sino de plantear una variable que tal vez no habías pensado anteriormente pero que si le pones atención podría ayudarte a responderte cómo cumplir tus metas este año.
La relación con nosotros mismos es algo que estamos acostumbrados a ignorar, ya que asumimos que es algo que está dado, que el amor propio se consigue de manera natural con el solo hecho de no dejar que lo malo me afecte en la vida, sin embargo, la manera en que nos tratamos va más allá de eso.
¿Te acuerdas de aquel amigo que tienes muchos meses o años sin ver y que cuando se vuelven a ver se siente raro, como si se hubieran distanciado o algo no estuviera bien? Pues eso puede llegar a pasarnos también en la relación con nosotros mismos.
Las mejores relaciones son aquellas a las que les damos un lugar en nuestra vida y nos esforzamos por cuidar y respetar.
Te invito a que el día de hoy notes esas metas no cumplidas y aquellas que has logrado y veas el papel que han jugado el amor propio, el autocuidado y el respeto a ti mismo.
Piénsalo, tal vez encuentres algunas respuestas desde ahí.
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