Año con año miles de personas, sobre todo a inicios de año, se plantean el objetivo anual de bajar de peso. Incluso, es el propósito de año nuevo que aparece de forma más recurrente y a su vez, puede ser el propósito que menos se logra cumplir. El acudir con un especialista en la materia es indispensable para conseguir bajar de peso, ya sea con nutriólogas o nutriólogos, bariatras, endocrinólogos, así como también con profesionales del deporte que con actividad física faciliten el objetivo de quemar de calorías. Es con el trabajo interdisciplinario el medio con el cual se puede alcanzar la meta de bajar de peso con mayor eficiencia.
Sin embargo, ¿te ha ocurrido que a pesar de tener este tipo de apoyo profesional, no logres bajar de peso? ¿Te ha sucedido que en todo el día cumpliste con la dieta, pero al finalizar del día falla la tenacidad e ingieres alimentos prohibidos por el especialista? ¿Te han recomendado hacer un poco de ejercicio? ¿Te ha ganado el cansancio? Al iniciar la dieta ¿qué tanto confías en que lo lograrás? ¿Crees que esto influya en que no logres bajar de peso?
Un factor que en ocasiones no se le da la debida importancia para bajar de peso tiene que ver con el estado emocional por el que atraviesa la persona, incluso, este puede ser el motivo más predominante para que no se lleve a cabo los regímenes alimenticios, apareciendo comportamientos que sabotean todo el esfuerzo y trabajo aplicado para bajar de peso. El estado emocional tiene una influencia muy importante en la forma en que comemos ya que estados de depresión y ansiedad pueden provocar variaciones en el apetito. Enseguida mencionaremos algunos factores emocionales que pueden facilitar o dificultar para conseguir bajar de peso:
Estrés. Si laboras en un ambiente de constante exigencia (actualmente, la mayoría de los empleos implican una demanda importante de tiempo y esfuerzo) o con largas jornadas de trabajo, la tensión experimentada y las exigencias a las que estamos expuestos puede llevarnos a “sacrificar” la alimentación balanceada por falta de tiempo. Igualmente, el estrés en sí mismo altera el metabolismo, lo que del mismo modo influye de forma negativa en la digestión y apetito.
Ansiedad. Es la sensación de ansiedad la que genera una ingesta elevada de alimento al no experimentar saciedad, incluso cuando se llega a experimentar la sensación de vacío de “hueco en el estómago” puede confundirse con hambre, recurriendo obviamente a ingerir alimento. Sin embargo, dicho vacío al ser una condición emocional no logra ser colmado por lo que la sensación persiste, aumentado la ingesta de comida y por ende el subir de peso corporal.
Depresión. igualmente, trastornos como la depresión pueden generar alteraciones en el apetito. Esto también, en cierta medida se vincula ante los duelos o pérdidas de vínculos o cosas que nos otorgaban gratificación a nuestras se han perdido, nos llevan a buscar gratificación o desahogo en la comida, complicando que logremos bajar de peso.
Falta de autoconfianza. Esto se vincula a lo que identificamos como “baja autoestima”, lo que se refleja en excesivas críticas dirigidas hacia uno mismo, sintiéndonos poco capaces de bajar de peso, por lo que terminamos saboteando el trabajo. También esto provoca que no lo intentemos evidenciándose en falta de motivación, o que nos rindamos al primer error para cumplir con la dieta.
La familia. Ya sea que se promuevan hábitos alimenticios poco saludables o que la misma familia saboteé el trabajo de quien quiere bajar de peso, hay ciertas “lealtades” que son difíciles de romper cuando el sobrepeso tiene un lugar significativo entre los integrantes de la familia.
Falta de autocontrol. Por último, otro motivo por el que no logramos bajar de peso es debido a que podemos tener dificultades para demorar gratificaciones, por lo que buscamos obtener a toda costa placer de forma inmediata.
Es importante mencionar que también es importante trabajar en conjunto con especialistas, dado que en algunos casos, cuando una persona presenta algún trastorno de alimentación, puede tener la percepción corporal con grado de distorsión y por ende, tiene la sensación de no conseguir bajar de peso, cuando al contrario, se encuentra en un estado de grave de desnutrición, para lo cual es necesario valorar un distinto modo de intervención tanto en la dieta o el tratamiento a seguir en el área de psicología.
Existen múltiples factores pueden provocar problemas para no conseguir bajar de peso, esto tendría que explotarse caso por caso. Todos somos diferentes, tenemos distinta historia, por lo tanto, en psicología no se puede seguir una receta idéntica para todo quien quiere bajar de peso. Sin embargo, sí nos es posible identificar si presentamos alguna situación emocional que no nos permita comer de forma equilibrada. Igualmente, el detectar si presentamos estos síntomas, nos permite analizar y cuestionarnos si el sobre peso que tenemos se debe a los hábitos que tenemos para alimentarnos o si en realidad, esto es síntoma de alguna situación emocional adversa por la que estamos atravesando.
Comments