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Artículos sobre Ayuda Psicológica

  • 31 mar 2023
  • 3 Min. de lectura

En estos tiempos en donde el costo de vida es cada vez mayor, se ha vuelto cada vez más común sentir fuerte preocupación de no alcanzar a cumplir con las cuotas mensuales establecidas, las cuales incluyen, comida, servicios, vestimenta, calzado, pago de renta ,transporte ,escuela, gustos viajes, gastos imprevistos, metas personales, entre otros. Si bien es normal al ser seres humanos, a lo largo del día a día tener variedad de #emociones y #sentimientos e inclusive en algún momento sentir cierta #angustia de no poder cumplir con los pagos y si vivimos siempre en ansiedad por este tema puede convertirse en un problema de #SaludMental y financiera importante


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Economía

Empecemos aclarando a que nos referimos con #SaludMental y #SaludFinanciera.

La #SaludMental es un estado de bienestar emocional y equilibrio, que permite a las personas hacer frente a las situaciones de estrés en la vida, además de permitirle a los individuos el poder desarrollar su potencial, habilidades, aprender y trabajar adecuadamente para poder contribuir así mismo y a su comunidad (esto según la OMS) como vemos es mucho más que la mera ausencia de trastornos mentales.


La #SaludFinanciera no se trata de riqueza sino más bien de la forma en que llevamos y administramos nuestras finanzas personales. Una imprudente organización de nuestro dinero puede llevar a la afectación de nuestra #SaludMental llevando a episodios de angustia, estrés ansiedad, sentimientos de culpa, desesperanza, tristeza, frustración y cansancio.


A continuación te compartiremos algunas ideas que podrían ayudarte.


  1. Tomar el control, ser realista y honesto para así poder llevar acabo las medidas pertinentes para hacer los cambios que te lleven a una mejor salud financiera. Las cuales incluirán crear un plan y el restringir ciertos consumos.

  2. Tener un claro conocimiento de cuánto dinero dispones y también de cuanto son tus gastos. Es importante tener claras las prioridades al momento de gastar, es decir tomar en cuenta que para la subsistencia es vital por tanto habrá que ajustarse a vivir lo mejor posible según los ingresos con los que se cuenten.

  3. Fomentar en nosotros y nuestros hijos el ahorro (destinando este para metas personales o gastos necesarios imprevistos) evitando gastos innecesarios (como comer siempre fuera, gastar impulsiva o compulsivamente, gastos hormiga entre otros)

  4. Ser consiente de tu toma de decisiones sobre como gastas o ahorras y también tu sentir hacia el dinero (hay quienes gastan para aliviar alguna emoción ejemplo como estoy triste compro mucha ropa) está demostrado que el estado de ánimo tiene un impacto en la toma de decisiones financieras

  5. Evitar pedir préstamos a menos que estos sean muy necesarios y si se hace ser muy consciente de la cantidad a pagar y cada cuando, solo al cubrir un préstamo permitirnos de ser necesario pedir otro.

  6. Compartir o delegar los gastos entre los diferentes miembros del hogar.


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Economía

También es importantes después de tomar todos estos puntos en cuenta para evitar la #ansiedad y cuidar tu #SaludMental ,el poder redirigir tu energía y atención mental, es decir si ya pusiste atención sobre el tema y tomaste las medidas necesarias para llegar a una solución confía en eso y no le des más rollo en tu mente, recuerda que el cerebro es como una súper computadora y si tú te enfocas en un pensamiento no para dar respuesta a este y tomar decisiones el cerebro mandara infinidad de escenarios sobre el tema a pensar en sí.


Cuida de ti mismo evitando el sobre pensar, haciendo cosas que te gusten, como alguna actividad física, jugar, cantar leer, aprender algo nuevo, pasar tiempo con la familia o seres queridos etc. Recuerda no todo en la vida son trabajo y gastos.


El llegar a tener una buena salud financiera será algo que implicara esfuerzo, disciplina, constancia, paciencia y tiempo para así ir desarrollando ciertos hábitos que ayudaran a tu estabilidad y contribuirán positivamente en tu tranquilidad y bienestar general tanto físico como en la salud mental.

Psicóloga. Saira Leticia Muñiz Gárate

 
 
 
  • 23 mar 2023
  • 2 Min. de lectura


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A menudo, en textos psicoanalíticos y otras corrientes psicológicas, se emplea la palabra “cuerpo” para referirse a una parte de nosotros dónde recaen nuestras vivencias o experiencias (sufrimientos, temores, mandatos, reglas, separaciones, #duelos, #amor, etc.) Efectos o resultantes que se crean a partir de las relaciones con un otro y configuran nuestra identidad o personalidad. Ahora, todos conocemos esa palabra y sabemos identificarla señalando nuestro propio cuerpo humano. Es algo lógico e intuitivo cuando lo leemos.


La razón de este artículo es distinguir que en estas lecturas de la #psicología, la palabra “cuerpo” no se refiere precisamente a nuestro organismo (el cuerpo biológico compuesto de células, tejidos, órganos, etc.). Se referirá a otro cuerpo, uno que está compuesto de otra cosa, ajeno a la biología y a la química. No es algo separado, no es como que nos disociemos para crear este cuerpo, siempre está ahí (mentalmente), es el mismo, pero para poder teorizar, conceptualizar o imaginar aspectos ajenos a la biología, en el #psicoanálisis se utiliza y se distingue del cuerpo orgánico.


Puede resultar confuso esto: ¿para qué requerimos otro cuerpo que no es el biológico? Para poder explicar y dimensionar la complejidad de la vida humana desde distintas perspectivas. Hacerlo únicamente desde la biología/neurociencias no basta. Por eso existen también los antropólogos, sociólogos, filósofos, psicólogos entre otros, que se ocupan de estudiar sobre la vida humana desde distintos enfoques y paradigmas. Entonces ¿de qué está hecho este cuerpo? Está hecho de imágenes, palabras, relaciones interpersonales, representaciones, simbolizaciones, ideas, conceptos, abstracciones; en resumen, de #lenguaje. Que esto, es sólo posible en nuestra especie. Como seres que utilizamos mecanismos complicados para interiorizar y comprender la realidad exterior y por ello, después se producen imágenes de sí mismo y de nuestro entorno para poder asimilarla y vivirla.


Cuando existe la presencia de una #enfermedad en el organismo (dependiendo de la naturaleza y el curso de esta) no sólo tiene el potencial de deteriorar o acabar con la vida. También sabemos que ocasiona estragos en nuestro estado de ánimo y en nuestra psique, se encuentra la posibilidad de incapacitarnos por un periodo de tiempo. Nos indican guardar reposo, tomar medicamentos y recuperarnos para que nuestra vida cotidiana vuelva a la llamada normalidad. Pero ¿Qué hay de las enfermedades crónicas? Existen muchas afecciones con las que una persona tendrá que vivir por el resto de su vida, así como de la adherencia a su tratamiento (diabetes, VIH, cáncer, etc.) Aquí también dependerá de cada enfermedad su propio pronóstico, calidad de vida, tratamiento, etc. Podemos pensar ahora cómo se ve reflejada la enfermedad en nuestro cuerpo. Es decir, en la representación mental y psicológica que tenemos de nosotros mismos. Dichas representaciones, por ejemplo, tienen connotaciones sociales: ¿cómo me miran los demás ahora que vivo con esta enfermedad? Este tema es muy vasto en investigaciones de todo tipo.


Lo que me gustaría resaltar es que la vida de una persona con una enfermedad crónica no vuelve a ser la misma. Muchos pueden expresar negación, ira, deprimirse, entre muchas otras reacciones que pueden aparecer en el transcurso de una vida, incluso estancándose en algunas de ellas. Es claro que con ayuda psicológica una persona pueda mejorar esta situación emocional ¿Cuánto tiempo y sacrificio costará llegar a la aceptación? Eso lo dirá cada individuo y el tiempo.



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Psic. Arturo Garay

 
 
 

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Si alguna vez te realizas esta pregunta puede ser que estés sospechando que lo vives o alguien cercano está viviendo este proceso, lo cierto es que el duelo nos acompaña desde el primer día de nuestra vida, a veces sin darnos cuenta y otras no pudiendo definir como se llama eso que sentimos.


El #duelo es la respuesta de una persona ante la experiencia de una #pérdida; la médico psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross mediante la observación, tratamiento e investigación de enfermos terminales concluye que el proceso de #duelo transita por cinco etapas:


1.- Negación: Consiste en negar el evento de la pérdida mediante el rechazo del proceso doloroso, la manera de manifestarse suele ser con angustia y aislamiento.


2.- Ira o Rabia: Esta etapa tiende a ser el resultado de aquella impotencia experimentada por la #pérdida, con las circunstancias en las que esta se dio o contexto que vino después de ella.


3.- Negociación o Regateo: La principal característica es la acción de intercambiar, suplantar o compensar algún bien presente o futuro a cambio de lo que se ha perdido en un intento de posponer el proceso o hechos dolorosos.


4.- Depresión: Se identifica por los sentimientos de tristeza, decepción, desamparo y soledad, hay tendencia al llanto como medio de expresión.


5.- Aceptación: Realza la capacidad de enfrentar la #pérdida adoptando una postura activa ante ella, construyendo un significado óptimo de la misma.


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Al hablar de etapas podemos caer en la confusión de que estas se deben llevar una tras otra, como una especie de niveles que superar hasta llegar a la meta de la aceptación, sin embargo, estas etapas son para ayudar a clarificar e identificar las emociones, sentimientos o sensaciones por los que se va pasando y pueden darse varias de ellas a la par y en tiempos diversos, así como, transitar varias veces por una sola etapa, entonces, validar cada una de ellas en los momentos en los que se vive es esencial para llegar a un estado de recuperación del proceso doloroso.


Ya que la experiencia de #duelo es continua no hay un tiempo establecido para su curso, por esto, profesionales de la salud mental mencionan que el proceso de #duelo sano transcurre hasta los 2 años después de la #pérdida, considerando de gran importancia lo vivencial en cada persona.


El profesor y escritor Robert A. Niemeyer menciona que, ante características como intensos sentimientos de culpa, pensamientos de suicidio, desesperación extrema, inquietud o depresión prolongadas, síntomas físicos, ira incontrolada, dificultades de funcionamiento personal-social o abuso de sustancias, suelen presentarse durante todo el proceso de #duelo, sin embargo, dependiendo de su intensidad o duración será necesario acudir a buscar un apoyo profesional de la salud mental.


Considerando que el proceso de #duelo no tiene fecha de caducidad cada persona a partir de su individualidad deberá buscar la manera cálida de transitar este proceso considerando ser consciente de la #pérdida, el desahogo de las emociones, sentimientos y sensaciones que lo ocasionan y en todo lo que estas se manifiestan en la vida cotidiana para con toda esta información reconstruir una vida en la que la que la #pérdida sea parte de la historia, pero no la protagonista de la vida.



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Lic. Krystal Alonso

Psicóloga Clínica

 
 
 
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