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Artículos sobre Ayuda Psicológica

  • 1 oct 2018
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 7 sept 2019



Siempre que una persona asiste a su primera sesión de psicoterapia llega con un motivo expresado como una historia no resuelta que cuenta de cierta manera sobre cómo se sintió y cómo ha intentado resolverlo, así como, las personas que a su alrededor le han dicho cómo se ve desde afuera y cosas que no alcanza a ver por sí misma.

El poder tener diferentes perspectivas nos ayuda a construir esa historia y a pensar que tal vez hay otros puntos de vista que no hemos visto. Eso pasa no sólo en la sesión, sino también en la vida, vamos interactuando con personas distintas en nuestra vida que nos dan un reflejo de nuestra vida y de su propia vida, que nos permite comparar las distintas maneras de vivir, reaccionar y pensar. Saber lo que los otros opinan o expresan al respecto de nosotros nos ayuda a cuestionar y completar los puntos ciegos que siempre van a existir pero que gracias a que los llenamos podemos tener contacto a esa realidad que construimos entre todos.

Cuando una persona no puede integrar las visiones de los otros a su perspectiva se encontrará constantemente con conflictos de comunicación con los otros, ya que no puede concebir que exista otra visión que la propia. Cuando tenemos otros puntos de vista podemos ver las otras cosas que pasaron alrededor que no percibimos antes y que también son importantes. Dependiendo de cómo me vaya enterando de ellas y las vaya acomodando podré reconstruir mi historia por una más congruente.

Las personas no tenemos tantos recuerdos de nuestra infancia como los vividos, tenemos los más significativos y tenemos las historias que nos cuentan aquellos que nos rodean, eso también se va a integrar a nuestra historia personal. “Eres muy problemático”, “No sabes lo que quieres”, “Nunca escuchas”, “Eres muy simpático”, “Estás chiflado”, son algunas frases que impactan en la vida de una persona y en su autoconcepto.

En conclusión, ¿qué se busca en el pasado y por qué es tan importante? Buscamos acontecimientos relevantes, aprendizajes, interpretaciones, lo que para mí es el amor, un amigo, un trabajo, ser una mujer, un hombre, una mamá, una hija, un papá, un hermano… y todo eso que es importante para mi presente y mi futuro, puesto que mi manera de vivir o entender mi existencia tiene que ver con esas experiencias. Gracias a que podemos tener acceso a esas experiencias del pasado, que podemos replantearnos las respuestas de preguntas en mi vida. Todo eso hace importante al pasado.

  • 14 may 2018
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 7 sept 2019



Cargas emocionales

Las cargas emocionales son recuerdos, ideas, sentimientos que permanecen a pesar de nuestro deseo de dejarlas atrás y no nos permiten sentirnos tranquilos y estables.

Una carga emocional puede generarse tanto por sucesos pasados, como por situaciones en el presente que nos generan angustia, miedo, ansiedad.

La intensidad con la que se vive una carga emocional no tiene que ver con la magnitud de lo que sucedió sino en cómo éste suceso es vivido por la persona.

Algunas se presentan en el cuerpo como enfermedades como colitis, gastritis, afecciones dermatológicas, intestinales, cardiacas o respiratorias.

Otras suelen presentarse como una sensación de no ser suficiente, de no ser feliz o estar todo el tiempo cansado, de sentirse todo el tiempo bajo tensión o ser aplastado por las situaciones incluso si son sucesos cotidianos a los que nos enfrentamos en nuestro día a día.

Podemos darnos cuenta de la intensidad y magnitud de nuestras cargas cuando intentamos vivir nuestra vida y sentimos que es sumamente pesada, no me quiero levantar, no deseo hacer ninguna actividad o siento que todo me cuesta mucho trabajo, tengo miedo de hacer cosas que deseo hacer, en general tener la idea o sensación de que algo me está deteniendo y me estanca en una sensación de inmovilidad o sobrecarga.

Para poder descargar aquello que me impide continuar y vivir mi vida plenamente tenemos que reconocer y analizar cuál es la fuente de ésta carga.

Dificultades con nuestros padres, hijos o pareja, sucesos del pasado que me hicieron daño y me provocaron mucho sufrimiento, conflictos laborales, separaciones familiares o divorcios, accidentes, enfermedades todas éstas situaciones pueden ser sucesos que podemos estar cargando en nuestro interior y que continuamente se presentan en nuestros pensamientos impidiéndonos hacer lo que deseo hoy o en el futuro.

Pero, ¿qué podemos hacer si me estoy dando cuenta que si tengo una carga emocional?

El primer paso es aceptar que algo está sucediendo en mí y que deseo hacer algo al respecto, tomar consciencia de que algo me lastima y me detiene y que necesito ayuda implica un gran valor y fortaleza, y solo aquellos que puedan dar el primer paso pueden seguir el camino hasta la tranquilidad.

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