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Artículos sobre Ayuda Psicológica


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Actualmente hemos escuchado hablar mucho sobre la #ansiedad y cómo puede afectarnos, pero ¿sabías que no siempre es mala?


La #ansiedad es un mecanismo adaptativo que nos ayuda a sobrevivir, la cual podemos definir como una preocupación anticipatoria hacia una posible amenaza. Por ello, la #ansiedad no es mala, pues cierto nivel de #ansiedad es necesario para sobrevivir y tener conciencia de los posibilidades de peligro a nuestro alrededor.


Todas las personas en algún momento hemos sentido #ansiedad y sentiremos #ansiedad en nuestras vidas. Al canalizarla de manera positiva, además de ser una advertencia ante posibles amenazas, es que puede servirnos como guía para tomar decisiones, como ayuda a enfrentar desafíos o seguir una meta, para liberar emociones y para identificar necesidades a cubrir pues también es una señal de atención y escucha.

 

¿Entonces, hay tipos de #ansiedad?


Mujer ansiosa.
Todas las personas en algún momento hemos sentido ansiedad y sentiremos ansiedad en nuestras vidas. Al canalizarla de manera positiva, además de ser una advertencia ante posibles amenazas, es que puede servirnos como guía para tomar decisiones.

Podemos decir que existe la #ansiedad adaptativa (normal), que es la que todos tenemos en algún momento, pero también está la #ansiedad patológica (desadaptativa) que es aquella que genera un malestar intenso, frecuente y duradero. Es dentro de este tipo desadaptativo que se encuentran otro tipo de componentes desde cambios importantes en la calidad del sueño, concentración y apetito, evitación y fatiga, hasta síntomas físicos intensos, hipersensibilidad, aislamiento o incluso ataques de pánico.


¿Y el #estrés?


Quizá pensemos que es igual o similar al estado de #ansiedad, sin embargo hay algunas diferencias. El #estrés es la reacción de nuestro cuerpo a un desafío o demanda, una respuesta de tensión física o emocional que puede provenir de una situación o pensamiento que nos haga sentir frustrados o nerviosos. Un #estresor o factor estresante puede ser algo que ocurre una sola vez o a corto plazo, o puede suceder repetidamente durante mucho tiempo.

 

¿Cuándo puedo pedir ayuda por la #ansiedad o el #estrés que experimento?


Siempre puedes acudir con un profesional #psicólogo para pedir apoyo si lo deseas, no es necesario esperar a sentir un gran malestar o experimentar una crisis, especialmente si notas que es algo que te está afectando en tu vida diaria. En el campo de la salud mental existen trastornos ocasionados por #ansiedad y también por factores de #estrés, por lo que la intervención de un especialista clínico para su diagnóstico y tratamiento es muy importante.


Acudir con un #psicólogo para iniciar un proceso de #terapia y educarte en el tema de #ansiedad por un profesional te ayudará a sentirte más tranquila o tranquilo, ya que entenderás lo que sucede en tu caso y por lo tanto, lo que necesitas.



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Lic. Karen Rodríguez

Psicóloga clínica

Asociación Libre Monterrey







 

 
 
 
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Aunque en la actualidad ha habido un gran avance respecto a la información que es transmitida en temas de salud mental, considerar informarnos con profesionales es indispensable si creemos que estamos teniendo problemas con nuestras emociones, con la finalidad de que nos ayuden a identificar lo que nos pasa, hacer un diagnóstico preciso y que nos oriente para obtener la ayuda que requerimos.


A pesar de que la mayoría de nosotros hemos escuchado el término #trastornodeestréspostraumático, pocos sabemos con exactitud a qué se refiere o qué síntomas se experimentan en el mismo como para identificar si lo estamos padeciendo e incluso, si alguien cercano a nosotros puede tenerlo.


Inicialmente, es importante saber que la angustia psicológica que aparece después de la exposición a un evento traumático o estresante es bastante variable en cada persona. En algunos casos, los síntomas pueden expresarse en ansiedad o miedo, sin embargo, muchas personas que han estado expuestas a un evento traumático o estresante también pueden exhibir ira y agresividad. Estas expresiones variables que se presentan después de la exposición a eventos catastróficos o aversivos han generado que se agrupen en varios trastornos: trastorno de apego reactivo, el trastorno de compromiso social desinhibido, el trastorno de estrés postraumático (TEPT), el trastorno de estrés agudo, los trastornos de adaptación y el trastorno de duelo prolongado.


Sin embargo, el que explicaremos con detalle es el #trastornodeestréspostraumático (TEPT), apoyándonos en El Manual Diagnóstico de los trastornos mentales en su quinta edición, mismo en el que incluye los siguientes puntos a cubrir para adolescentes, adultos y niños mayores de 6 años:


A.      Exposición a la muerte, lesión grave o violencia sexual, ya sea real o amenaza, en una (o más) de las formas siguientes:

1.       Experiencia directa del suceso (s) traumático.

2.       Presencia directa del suceso (s) ocurrido a otros.

3.       Conocimiento de que el suceso(s) traumático(s) ha ocurrido a un familiar próximo o a un amigo íntimo. En los casos de amenaza o realidad de muerte de un familiar o amigo, el suceso(s) ha de haber sido violento o accidental.

4.       Exposición repetida o extrema a detalles repulsivos del suceso(s) traumático(s) (p. ej., socorristas que recogen restos humanos; policías repetidamente expuestos a detalles del maltrato infantil). Nota: no se aplica la exposición a través de medios electrónicos, televisión, películas o fotografías, a menos que esta exposición esté relacionada con el trabajo.

 

Un hombre cubriendo su rostro por ansiedad.
Los síntomas del TEPT pueden expresarse en ansiedad o miedo, sin embargo, muchas personas que han estado expuestas a un evento traumático o estresante también pueden exhibir ira y agresividad.

B.      Presencia de uno (o más) de los síntomas de intrusión siguientes asociados al suceso(s) traumático(s), que comienza después del suceso(s) traumático(s):

1. Recuerdos angustiosos recurrentes, involuntarios e intrusivos del suceso(s) traumático(s). Nota: En los niños mayores de 6 años, se pueden producir juegos repetitivos en los que se expresen temas o aspectos del suceso(s) traumático(s).

2. Sueños angustiosos recurrentes en los que el contenido y/o el afecto del sueño está relacionado con el suceso(s) traumático(s). Nota: En los niños, pueden existir sueños aterradores sin contenido reconocible.

3. Reacciones disociativas (p. ej., escenas retrospectivas que incluyen breves intrusiones visuales o sensoriales como son flashbacks) en las que el sujeto siente o actúa como si se repitiera el suceso(s) traumático(s). Nota: En los niños, la representación específica del trauma puede tener lugar en el juego.

4. Malestar psicológico intenso o prolongado al exponerse a factores internos o externos que simbolizan o se parecen a un aspecto del suceso(s) traumático(s).

5. Reacciones fisiológicas intensas a factores internos o externos que simbolizan o se

parecen a un aspecto del suceso(s) traumático(s).

 

C.      Evitación persistente de estímulos asociados al suceso(s) traumático(s), que comienza tras el suceso(s) traumático(s), como se pone de manifiesto por una o las dos características siguientes:

1. Evitación o esfuerzos para evitar recuerdos, pensamientos o sentimientos angustiosos acerca o estrechamente asociados al suceso(s) traumático(s).

2. Evitación o esfuerzos para evitar recordatorios externos (personas, lugares, conversaciones, actividades, objetos, situaciones) que despiertan recuerdos, pensamientos o sentimientos angustiosos acerca o estrechamente asociados al suceso(s) traumático(s).

 

D.      Alteraciones negativas cognitivas y del estado de ánimo asociadas al suceso(s) traumático(s), que comienzan o empeoran después del suceso(s) traumático(s), como se pone de manifiesto por dos (o más) de las características siguientes:

1. Incapacidad de recordar un aspecto importante del suceso(s) traumático(s) (no a factores como una lesión cerebral, alcohol o drogas).

2. Creencias o expectativas negativas persistentes y exageradas sobre uno mismo, los demás o el mundo (p. ej., “Estoy mal,” “No puedo confiar en nadie,” “El mundo es muy peligroso,” “Tengo los nervios destrozados”).

3. Percepción distorsionada persistente de la causa o las consecuencias del suceso(s) traumático(s) que hace que el individuo se acuse a sí mismo o a los demás.

4. Estado emocional negativo persistente (p. ej., miedo, terror, enfado, culpa o vergüenza).

5. Disminución importante del interés o la participación en actividades significativas.

6. Sentimiento de desapego o extrañamiento de los demás.

7. Incapacidad persistente de experimentar emociones positivas (p. ej., felicidad, satisfacción o sentimientos amorosos).

 

E.       Alteración importante de la alerta y reactividad asociada al suceso(s) traumático(s), que comienza o empeora después del suceso(s) traumático(s), como se pone de manifiesto por dos (o más) de las características siguientes:

1. Comportamiento irritable y arrebatos de furia (con poca o ninguna provocación) que se expresan típicamente como agresión verbal o física contra personas u objetos.

2. Comportamiento imprudente o autodestructivo.

3. Hipervigilancia.

4. Respuesta de sobresalto exagerada.

5. Problemas de concentración.

6. Alteración del sueño (p. ej., dificultad para conciliar o continuar el sueño, o sueño inquieto).

 

F.       La duración de la alteración (Criterios B, C, D y E) es superior a un mes.

 

G.     La alteración causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

 

H.      La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., medicamento, alcohol) o a otra afección médica.

 

Es importante mencionar que los síntomas no siempre aparecen de inmediato y generalmente, se hacen presentes dentro de los primeros 3 meses después del trauma, aunque puede retrasarse más, incluso hasta años para que se cumplan todos los criterios para el diagnóstico y ello, puede denominarse “expresión tardía”.


La expresión de los síntomas puede variar en intensidad por varios factores y estos están asociados a las condiciones individuales de cada persona antes del suceso traumático, es decir, sus rasgos de personalidad, la presencia de trastornos de personalidad ya diagnosticados, los recursos emocionales para afrontar adversidades, las redes de apoyo con las que cuente, entre otros aspectos.


Finalmente, si haz identificado que puedes cumplir con estos criterios o incluso, que alguien cercano a ti lo hace, estarán experimentando un nivel de malestar emocional importante, que seguramente ha generado pensamientos asociados a que nunca se va a poder tener una vida normal, que ya no se podrá ser feliz, entre otros, sin embargo, ello puede tratarse a través de la psicoterapia y no como una forma de eliminar el suceso difícil por el que se atravesó, sino para aprender a vivir con ello de una mejor forma.



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Lic. Carolina Villarreal

Psicóloga clínica

Asociación Libre Monterrey

 
 
 


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¿Qué pasa cuando uno de los padres se desentiende de los hijos?

El divorcio es la acción de disolver el vínculo matrimonial a través del ámbito legal, sin embargo, para la psicología representa un duelo, debido a que implica el proceso de sufrimiento emocional luego de la ruptura de una relación de pareja. Este tipo de eventos no solo suelen ser complicados para quienes tenían el vínculo como cónyuges, sino que son también un proceso difícil para todos los integrantes de la familia. 


En este punto, me parece importante aclarar que, aunque se utiliza la palabra #divorcio, este impacto emocional aparece independientemente de que la pareja que se separa haya decidido o no, contraer matrimonio durante su vida juntos, así como en los #hijos que procrearon. Es necesario reconocer que en muchas situaciones el #divorcio o la separación pueda ser la opción más viable para contribuir a cuidar la integridad física y/o emocional de los integrantes de la familia, por lo que la intención del escrito no es juzgar ésta decisión ya que incluso, las ideas asociadas a que la pareja permaneció junta por no causar un daño emocional, pueden propiciar lo mismo que un divorcio, más bien, lo que se pretende es reflexionar sobre los aspectos que pueden incrementar el impacto en los #hijos o, por el contrario, mitigarlo cuando se determina esto.


Estos aspectos de los que hablamos están relacionados en gran medida a la forma en que los #padres manejan la situación, por tanto, es primordial recurrir a tratar de abordarla con la mayor madurez que sea posible, reconociendo inicialmente que el rol y la responsabilidad como padre o madre permanece ante esta decisión y que es posible e incluso favorecedor seguir trabajando en conjunto para ayudar a que las repercusiones ante la separación sean menores. 


¿Qué pasa cuando uno de los padres se desentiende de los hijos?, es común la presencia de tristeza, también puede haber una imagen ambivalente hacia la figura parental que no está, por una parte, añoranza, pero también enojo y ello, incidir en sus relaciones futuras, sin embargo, también en lo inmediato es posible que el progenitor activo en su función pueda tener sensaciones de culpa y buscar resarcir a través de una sobreprotección, con excesivo cuidado y compensando materialmente a fin de que cubrir carencias afectivas, no obstante, por el contrario pudiera haber una figura intolerante ante el cansancio de estar cubriendo individualmente la responsabilidad. 


Otro aspecto importante es tener comunicación con los #hijos cuando ya se tiene establecida firmemente la decisión a fin de darla a conocer, explicarles el hecho de que representará cambios en la dinámica familiar que habían tenido hasta el momento y que requerirá de cierto esfuerzo de todos para alcanzar su adaptación, sin embargo, cuidar la información que se proporciona es primordial pues se debe saber hasta dónde están listos para escuchar, lo cual seguramente no incluye lo que sucedió entre sus padres adultos pues los hijos infantes o adolescentes carecen de la madurez emocional que evite el que se involucre y genere alianzas con algún progenitor a través de la sensación de injusticia, malestar, molestia e incluso, rechazo hacia la otra figura parental y aunque no se esté fomentando que se comuniquen mentiras, tener precaución en lo que se pueda decir es importante, así como en las posibles conversaciones o discusiones que lleguen a existir frente a ellos o cerca. 


Dicho comportamiento en un adulto puede ser difícil cuando se está atravesando por un período complicado en su vida que le está involucrando dolor, tristeza, enojo y otras emociones, pero trabajarlo individualmente a través del apoyo de una #psicoterapia puede beneficiar enormemente la forma en cómo se maneja ante los hijos ya que estos en muchos momentos llegan a tener dudas, tristeza, ansiedad, confusión, culpa y enojo y ello contribuir a que como adultos se actúe en función a esto y seguir perjudicando las relaciones que se tienen con estos. Por tanto, tener apoyo a nivel familiar resulta una opción viable ya que ayudaría a los padres con la forma en que se requieren ir abordando las temáticas, pero también podría beneficiar a los hijos para el acompañamiento y transitar este episodio de mejor manera. 


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Lic. Carolina Villarreal

Psicóloga clínica


 
 
 
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