top of page

Artículos sobre Ayuda Psicológica

  • 2 sept 2021
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 17 mar 2023


ree

Es cierto que en un primero momento la formulación de preguntas que impliquen al sujeto como un agente activo de su entorno no aparece con claridad como demanda de un proceso terapéutico. Lo que encontramos en las primeras sesiones son relatos que tratan de explicar lo que la acontece a esa persona en la actualidad, las primeras sesiones se muestran catárticas y las culpas son repartidas en los otros que rodean el entorno del sujeto.

Encontramos en la mayoría de las personas que deciden iniciar psicoterapia un malestar asociado a sus sintomatología, ésta sintomatología interfiere de alguna manera en proceso adaptativos que vivencia el ser humano que participa en sociedad.

La persona que llega al consultorio es un sujeto que principalmente sufre por sus síntomas y no da cuenta sobre el origen de los mismos, es un sujeto que al no comprender la razón de su padecimiento comienza a formularse preguntas acerca de su malestar, ¿cómo este malestar influye en su tránsito por la vida cotidiana, relaciones familiares, apreciación del entorno y auto concepto?

Aquel que llega por primera vez a un consultorio de atención psicológica, se pregunta cuál será el camino para tratar de desanudar la problemática y malestar que vivencia. ¿Cómo poder resolver su condición sintomática?

El camino para el tratamiento es hablar de su padecimiento, hablar de sí mismo, hablar de lo que aqueja, lo que duele, lo que preocupa, lo que gusta, lo que incomoda. La única regla del espacio analítico “hable de lo que quiera” “diga todo aquello que le venga a la cabeza”.

Sin embargo es difícil para la persona que asiste por primera vez hablar de aquellos afectos, circunstancias, percepciones que quizá nunca se ha permitido decirlas en voz alta. El terapeuta se muestra primero; como un depositario del malestar y en un segundo momento ya avanzado el proceso terapéutico, como aquel que devuelve la responsabilidad de la condición sintomática de aquel de porta el discurso.


La labor del sujeto es poner en juego su propia palabra, analizarla y desfragmentarla y lo que ella conlleva de afectos ocultos en frases y pensamientos, la labor del terapeuta es escuchar y devolver su discurso, interpretar en un movimiento de ida y vuelta en donde la palabra del sujeto rebota en el terapeuta.


Durante la primera sesión se espera que el terapeuta reciba, se espera que el analizante desfragmente su discurso como pueda, se espera que uno sea depositario y el otro depositante de afectos, miedos, historias, memorias…. deseos.

Se espera que se inicie el establecimiento de un vínculo que pondrá las condiciones para la vivencia de la experiencia del análisis. Ese escenario, ese espacio donde cohabitan dos personas en una misma experiencia.

 
 
 

La participación del padre es de suma importancia. Uno de los momentos de relevancia es en el juego de sus hijas e hijos.
La paternidad compartida implica jugar.

A propósito del día del padre reflexioné sobre los padres de familia en consulta con el psicólogo infantil respecto a que es más común ver a las madres de familia llevar a sus hijos a las sesiones psicológicas con el especialista, justificando al esposo o padre por su horario laboral o sus ocupaciones. Mientras que en algunas ocasiones la madre pide permiso en su trabajo o bien se hace el espacio si es ama de casa para llevar a su hijo o hija al psicólogo infantil, a veces hasta buscando cómo hacerle con los demás hijos, pensando si los pueden llevar consigo o buscando quién pueda apoyarla en el cuidado de estos mientras ella sale de casa. Entonces, ¿dónde queda la parentalidad compartida?


Pensé en que tan común es para el padre de familia justificar su inasistencia en las entrevistas a padres con el psicólogo infantil por su trabajo o bien escucharlos decir que se hicieron un espacio para asistir, pero no cuentan con información relevante sobre sus hijos, como gustos, disgustos, motivo de consulta, sintomatología, horarios de sueño, comida, tareas, recreación, etc. ¿Qué nos dice esto? ¿Dónde está el padre en la crianza de los hijos? O mejor dicho ¿qué se piensa del ejercicio del padre en el desarrollo de los hijos? Al parecer dentro de la sociedad no se visualiza la parentalidad compartida y se observa una inclinación hacia la mujer y su ejercicio como madre y cuidadora y al hombre solo como proveedor económico.

ree
La función del padre implica sostener a sus hijas e hijos.

Es tan frecuente escuchar, en la consulta con el psicólogo infantil, y observar que se tiene la concepción sobre que es la madre de familia quien es la que se encarga de la crianza y educación de los hijos mientras que el rol del padre es salir a trabajar. También que si la madre de familia cuenta con un empleo es su deber al llegar a casa hacerse cargo de los hijos y ponerse al corriente sobre su día y llevar a cabo los pendientes que se pudieron a ver acumulado en los quehaceres domésticos aunado a actividades de los hijos. Mientras que se escucha al fondo a un padre cansado por el ejercicio laboral y a veces molesto si no se encuentran hechas las cosas en casa o si lo hijos no concluyeron con algún pendiente escolar. Culpabilizando a la madre por no haber cumplido con su “obligación”.


Socialmente aún existe el prejuicio respecto a los roles del hombre y la mujer. Hombre encargado de salir a trabajar y ser el sustento económico de la casa, mujer encargada de los quehaceres domésticos y el cuidado de los hijos. También la mujer si quiere o desea salir a trabajar debe ser una actividad extra debido a sus otras dos obligaciones. Es tan injusto para ambos padres de familia ya que al momento de tener a los hijos se piensa que la parentalidad es compartida y que son ambos padres de familia quienes deben estar al cuidado de los hijos y participar en su desarrollo y educación. Pero en la práctica vemos que no es así.


ree
Es importante que el padre ayude a sus hijos e hijas a dar sus primeros pasos.

Dentro de la psicoterapia con niños, el psicólogo infantil, ve la importancia que tiene la participación del padre dentro de su desarrollo y educación. Que logre comunicarse con sus hijos, salir a jugar, que les muestre el mundo a través de sus ojos. También la importancia del padre esta ligada con la concepción y el rol del hombre en la sociedad, en la casa como padre y esposo, afuera como individuo y trabajador.

Mostrar que el hombre es sensible también, que puede llorar si esta triste, cansado, feliz o alegre. Que el hombre puede y debe participar en los quehaceres domésticos de casa, no como ayuda sino como una responsabilidad compartida con los miembros de un hogar. Que un padre debe estar presente en los logros y en las derrotas de los hijos para acompañarlos y ayudarles a metabolizar sus emociones. Es importante y esencial para el psiquismo de los niños.


ree
Dar afecto a los hijos e hijas es una vivencia gratificante.

También que el padre y la madre deben estar presentes en cada paso de los hijos para ayudarles en su crecimiento, desarrollo, conocimiento de su mundo circundante y sobre todo para implicarse en sus vidas y mostrarles como debe ser una parentalidad compartida. Los roles sanos del hombre y la mujer, del padre y la madre.


Entonces que pasa cuando no es así. Vemos a hombres siendo adultos inmersos en el mismo círculo de su infancia, siendo esto algo positivo o negativo. Si bien no es unidireccional sino multifactorial el como se va conformando el psiquismo a través de su propia historia de vida y la historia familiar. Tiene un gran peso en su vida y como la vive. Por ello les dejo algunas recomendaciones a los padres de familia para implicarse en el cuidado y desarrollo de sus hijos como parte de la parentalidad compartida.


Mostrar con el ejemplo el rol del hombre en la sociedad.

  • Normalizar la externalización de las emociones como parte de salud emocional

  • Mostrar que los juegos y gustos no tienen orientación sexual

  • Que los quehaceres del hogar son parte del orden y la higiene que se reparte entre los miembros de una casa

  • Que el hombre y la mujer pueden salir a trabajar y al regresar a casa ambos pueden permitirse descasar y atender a los hijos en conjunto

  • Fomentar el respeto a todos los seres humanos y seres vivos

  • Que la crianza no es obligación ni trabajo de la mujer sino de ambos padres de familia.


ree





Lic. Yuridia Recio

Psicoterapeuta

 
 
 

ree
¿Cómo amarse a sí mismo?

En la actualidad, algunas veces tener dudas es algo que se percibe como poco alentador. Más de un paciente ha mencionado en la consulta que su objetivo es "poder amarse a sí mismo" e incluso, algunos de ellos han referido que les tomo meses de terapia aprender a quererse a sí mismos tanto como se ama a los demás. Y aunque, es algo que la mayoría lo coloca como meta de tratamiento, el "aprender a" es una acción tan difícil como necesaria.


El empezar a percatarse cómo se habla a uno mismo cuando no se encuentra rodeado de los otros, es un ejercicio interesante para trazar la línea del auto concepto.


No obstante, socialmente las personas optimistas, creativas, con éxito, entre otras muchas cualidades que son vistas como fuente a aspirar por su gran positivismo, suelen generar inquietud ante la persona que funciona como espectador. Algunas veces, los comentarios negativos se exteriorizan por medio de la voz crítica de sí mismo, entendiendo que estas cualidades positivas que no se tienen le impide amarse por completo y de alguna forma puede que la persona considere que si no se aman a sí mismos difícilmente habrá un amor profundo con los otros.



Algunas veces, los comentarios negativos se exteriorizan por medio de la voz crítica de sí mismo, entendiendo que estas cualidades positivas que no se tienen le impide amarse por completo y de alguna forma puede que la persona considere que si no se aman a sí mismos difícilmente habrá un amor profundo con los otros.

De alguna forma, las frustraciones a nivel personal, familiar o social pueden tornarse agobiantes o pesadas debido a la visión de que todo cambiaría "si se fuera más positivo" - que, aunque hay cierta verdad en que la manera de ver las cosas sí modifica el proceso de llevarla- el obligarnos a ver positivismo donde es difícil hace sentir una presión inmensa. De tal manera que, el propósito de amarse a sí mismo se mantiene en una línea muy delgada entre ser positivo y tener una autoestima balanceada. Tanto ser positivo como negativo, así como el amarse a sí mismo se trata de interpretar la experiencia, de cómo se traduce y la relación que se genera con uno mismo en este viaje. Si bien, algunas experiencias pueden hacernos pasar malos ratos la prevalencia de los mismos es el elemento que será brújula en esta evaluación.


La positividad excesiva no es el conflicto central, sino la rigidez e inflexibilidad ante las sensaciones que se atraviesan y por lo que quizá, la salida de manera paradójica es mantenerse en esta experiencia placentera. Pero, ¿cómo es que sabemos que hay miedo, dolor en el alma o la tristeza que lo produce? ¿Cómo sabemos que está ahí? ¿Cómo se siente o cómo se palpa? Me parece que difícilmente responderemos a estas preguntas, comenzando porque es algo inmaterial, lo cual desde un primer momento nos hace humanos. Pero un comienzo beneficioso es dudarlo, en cuanto aparece la duda, se genera la curiosidad. Si dudamos de sentirnos cómodos y seguros, seguramente algo está pasando con nosotros que pone en juego la respuesta.


Ciertamente, no podemos huir de nosotros mismos, pero podemos intentar conocernos un poco, entrarle a la duda y que, aunque la respuesta genere miedo, posibilitará un poco de libertad, la libertad de elegir, de conocer, de decidir si conservar lo que tenemos o construir cosas nuevas, pero sobre todo la libertad de sentir y sentirnos.



ree




Lic. Cynthia González

Psicoterapeuta

 
 
 
bottom of page