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Positividad, optimismo y amarse a uno mismo


¿Cómo amarse a sí mismo?

En la actualidad, algunas veces tener dudas es algo que se percibe como poco alentador. Más de un paciente ha mencionado en la consulta que su objetivo es "poder amarse a sí mismo" e incluso, algunos de ellos han referido que les tomo meses de terapia aprender a quererse a sí mismos tanto como se ama a los demás. Y aunque, es algo que la mayoría lo coloca como meta de tratamiento, el "aprender a" es una acción tan difícil como necesaria.


El empezar a percatarse cómo se habla a uno mismo cuando no se encuentra rodeado de los otros, es un ejercicio interesante para trazar la línea del auto concepto.


No obstante, socialmente las personas optimistas, creativas, con éxito, entre otras muchas cualidades que son vistas como fuente a aspirar por su gran positivismo, suelen generar inquietud ante la persona que funciona como espectador. Algunas veces, los comentarios negativos se exteriorizan por medio de la voz crítica de sí mismo, entendiendo que estas cualidades positivas que no se tienen le impide amarse por completo y de alguna forma puede que la persona considere que si no se aman a sí mismos difícilmente habrá un amor profundo con los otros.



Algunas veces, los comentarios negativos se exteriorizan por medio de la voz crítica de sí mismo, entendiendo que estas cualidades positivas que no se tienen le impide amarse por completo y de alguna forma puede que la persona considere que si no se aman a sí mismos difícilmente habrá un amor profundo con los otros.

De alguna forma, las frustraciones a nivel personal, familiar o social pueden tornarse agobiantes o pesadas debido a la visión de que todo cambiaría "si se fuera más positivo" - que, aunque hay cierta verdad en que la manera de ver las cosas sí modifica el proceso de llevarla- el obligarnos a ver positivismo donde es difícil hace sentir una presión inmensa. De tal manera que, el propósito de amarse a sí mismo se mantiene en una línea muy delgada entre ser positivo y tener una autoestima balanceada. Tanto ser positivo como negativo, así como el amarse a sí mismo se trata de interpretar la experiencia, de cómo se traduce y la relación que se genera con uno mismo en este viaje. Si bien, algunas experiencias pueden hacernos pasar malos ratos la prevalencia de los mismos es el elemento que será brújula en esta evaluación.


La positividad excesiva no es el conflicto central, sino la rigidez e inflexibilidad ante las sensaciones que se atraviesan y por lo que quizá, la salida de manera paradójica es mantenerse en esta experiencia placentera. Pero, ¿cómo es que sabemos que hay miedo, dolor en el alma o la tristeza que lo produce? ¿Cómo sabemos que está ahí? ¿Cómo se siente o cómo se palpa? Me parece que difícilmente responderemos a estas preguntas, comenzando porque es algo inmaterial, lo cual desde un primer momento nos hace humanos. Pero un comienzo beneficioso es dudarlo, en cuanto aparece la duda, se genera la curiosidad. Si dudamos de sentirnos cómodos y seguros, seguramente algo está pasando con nosotros que pone en juego la respuesta.


Ciertamente, no podemos huir de nosotros mismos, pero podemos intentar conocernos un poco, entrarle a la duda y que, aunque la respuesta genere miedo, posibilitará un poco de libertad, la libertad de elegir, de conocer, de decidir si conservar lo que tenemos o construir cosas nuevas, pero sobre todo la libertad de sentir y sentirnos.







Lic. Cynthia González

Psicoterapeuta

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