Cuando la vida en #pareja se encuentra sumamente desgastada y existe la posibilidad de no mantenerse unidos, la separación es una posibilidad que puede surgir e impactar de manera diferente a cada miembro de la #pareja. Puede existir la posibilidad de angustia ante la imposibilidad de cumplir con los estereotipos como: "hasta que la muerte los separe", la culpa de que quizá lo que se aportó durante el tiempo juntos fue “de mala calidad”, etcétera; o por otra parte, la oportunidad de volver a tener aliento de vida y soñar con una felicidad que no fue encontrada en esa relación.
El divorcio se vive de muchas maneras, para algunas personas significa un arduo proceso, para otros un alivio.
Freud (1917) en su texto de “Duelo y melancolía” expone el duelo como un proceso que no atañe únicamente a la pérdida de un ser querido, sino más bien a una abstracción equivalente a dicha pérdida.
Como cualquier pérdida, el #divorcio implica un duelo, el cual puede ser elaborado de manera distinta debido a los recursos que tiene cada uno de los miembros de la #pareja, y las emociones que evoca en cada psique se viven de manera diferente. Podemos decir que se trata de dos divorcios distintos. Porque mientras quien toma la decisión o es el primero en decirlo lo vivencia como el “abandonador”, quien no lo tenía considerado o le asustaba el pensarlo como una posibilidad y se le es planteado lo vive como el “abandonado”. Los #sentimientos que pueden despertar pueden ser variables, incluso algunos, como la tristeza, encubrirse por otros como el enojo para evitar sentirse expuesto y vulnerable. En el proceso de separación con frecuencia la #pareja creen descubrir horribles características en el otro y en la relación.
Parte del duelo que se crea durante la posibilidad de un #divorcio implica el desalojo a la posición en la que se encontraba, donde si bien no podía ser el lugar más satisfactorio o de impulso, conlleva el dolor que pueden tener deja el espacio, los sueños de los posibles planes a futuro e incluso la renuncia a la ilusión de que las cosas pudieran marchar de mejor manera o regresar a los primeros momentos agradables que se tuvieron en la formación de la #pareja. Es una decisión que supone la adaptación de los mismos miembros de la familia.
Y es que muchas de las parejas deciden unirse cegados en lo que captan del otro, que solo se hace en parcialidades, lo que hace feliz, y si existe algo malo se minimiza, quizá con el sueño que suele alimentarse en la familia, gran parte de la educación que se recibe por las mamás mexicanas: “él cambiará por amor”. En los hombres, aunque no se implanta tal cual la idea, se dice que, si en verdad la mujer lo quiere, cambiará y será eso que tanto ha buscado. Es en esta inadecuada valorización que existe ese porcentaje de una herida narcisista que se crea cuando la relación no se va por el camino esperado.
Cuando la elaboración de la situación vivida no tiene explicación en palabras y las emociones no son digeridas, el medio para poder dar un mensaje al exterior y quizá así ser captado por el que lo padece se vivencia en el cuerpo. Como decía Freud: lo que la boca calla, el cuerpo lo habla.
El proceso de separación se vuelve mucho más complejo cuando existen hijos de por medio, pues en el plano ideal, ambas partes deberían velar por el bienestar de éstos afrontándolo como adultos. En la vida real esto se lleva pocas veces a cabo, pues el dolor y los recursos para afrontar el #divorcio como una pérdida, puede contaminar el proceso llevando a los padres a posiciones complejas de buscar alianzas con los hijos para irse contra el otro o fomentar ideas en estos por el enojo o frustración que se tiene para que la relación se fragmente al igual que entre la pareja.
El #divorcio implica en los hijos la pérdida total o parcial de un progenitor, la pérdida de las rutinas familiares diarias, de símbolos y de tradiciones. A menudo las pérdidas también incluyen la escuela y el estatus socioeconómico, entre otras. A menor capacidad de afrontar el duelo, mayores conductas y situaciones de violencia en la separación se vivenciaran.
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