¿Alguna vez has experimentado la sensación de que no mereces cosas que tienes o has logrado? Esta sensación no es solo en referencia de pertenencias materiales, es también experimentado por muchas personas en alcances en puestos de trabajo, insuficiencia de experiencia laboral o preparación académica para aplicar a determinadas vacantes, relaciones de amistad o de pareja que se piensan como muy buenas y que no se tienen cualidades suficientes para que se pueda ser querido por esa otra persona.
Esto es conocido como #síndromedelimpostor. Para entender el por qué del nombre, se puede comenzar por definir que es un síndrome: es un conjunto de rasgos o características distintivas que se presentan juntas. Al hablar de impostor se hace referencia a que se actúa como algo que no es, se hace pasar por otro, que se actúa con falsedad.
El nombre fue utilizado por primera vez en 1978 y es también conocido como fenómeno del impostor o síndrome de fraude. Hablar del #síndromedelimpostor no hace referencia a un trastorno.
Esta sensación es bastante común a nivel mundial y es algo que afecta tanto a hombres como mujeres en diferentes estratos económicos. No es exclusivo a cierta edad o condición social, es sabido que muchas personas que son percibidas por otros como exitosas o con grandes potenciales, incluso empresarios o celebridades, las cuales ellos no se vean así mismos de esta forma.
¿Cuáles son las características que se pueden presentar?
Esto puede variar o presentarse de diferentes maneras, sin embargo se muestran algunos ejemplos que las personas pueden llegar a experimentar cuando atraviesan esta sensación del #síndromedelimpostor:
Incapacidad para valorar las capacidades y logros personales.
Temor a intentar aplicar a situaciones novedosas por falta de certeza en la preparación
Tendencia al perfeccionamiento
Pensamientos negativos sobre sí mismo
Autoexigencia y expectativas propias elevadas
Sensación de ser incompetente y dudar sobre sí mismo
Voz interna de devaluación y desaliento
Desvalidar los cumplidos o reconocimientos que hacen otros
Pensar que puedes ser descubierto y las personas te rechacen
Nunca sentirse satisfecho con los resultados
Tipos de impostor
En la clasificación que reconoce Valerie Young se encuentran 5 tipos de actuaciones del Síndrome del impostor que serán resumidos a continuación:
El perfeccionista: Los objetivos y expectativas que se plantea son muy altos para las circunstancias actuales o el tiempo propuesto y es así que posiblemente no se cumplen, lo cual refuerza la creencia interna de no ser lo suficientemente bueno. Si el logro se alcanza aún se siente una insatisfacción con el desempeño considerando que pudo haberse hecho mejor.
Súperpersona: A diferencia del perfeccionista el enfoque no está solamente en un ámbito, si no que este tipo de impostor compromete su tiempo en realizar múltiples logros para por medio de ello buscar el reconocimiento que otras personas puedan decirle y no la voz interna de apreciación. Difícilmente se relaja en el tiempo libre, hay una constante en buscar cosas por hacer para reiterar la valía.
Talento natural: Una de las concepciones que se tiene es que la grandeza es un don innato, por lo que no se siente bien si hay que trabajar duro para conseguir una meta. La desvalorización viene por ver que es necesario esforzarse por llegar a donde buscas y que no tienes las herramientas para que se dé de forma natural.
El ávido individualista: El éxito implica conseguir las cosas haciendo todo bien por ti mismo, sin recibir ayuda de otros; de hacerlo ya no podría ser un éxito, al recibir o solicitar ayuda pueden pensar que otros descubren que es un impostor.
El experto: Las personas pueden verlo como un experto en su área, pero el impostor puede que no lo vea así, que ese título no es merecido. Considera un umbral de experiencia que no se ha alcanzado y quizá no se alcance. Los logros muchas veces se asocian a suerte, fortuna o como que se está engañando. Se dedica mucho tiempo al aprendizaje constante llegando a ser como una obsesión.
Autoevaluación del síndrome del impostor
La autora Sandi Mann (2019) en su libro que lleva de nombre #Síndromedelimpostor, ofrece en uno de los apartados un test de autoevaluación para que pueda identificarse si el síndrome se encuentra presente. Estas son 5 de las preguntas que se consideran en dicho test:
Cuando haces algo bien, ¿hasta que punto es probable que lo menosprecies porque no era gran cosa (por ejemplo: era fácil, cualquiera podía hacerlo, no era nada especial?
Cuando no haces algo bien, ¿qué probabilidad hay de atribuir el fracaso a tu falta de habilidad o a no haber trabajado lo suficiente?
¿Qué importancia tiene ser la persona más inteligente para algo que te importa mucho?
¿Qué probabilidad hay de que te centres en lo que NO se ha hecho bien, en lugar de lo que SI has hecho bien?
¿Cuántas veces no se inicia un proyecto por miedo al fracaso?
Las respuestas se encuentran clasificadas entre 4 posibilidades para que la persona pueda ir reflexionando sobre la forma en la que se percibe a sí mismo. El propósito es comenzar a reconocer el sistema de devaluación y exigencia que se tiene y buscar encaminarse a ser más paciente y comprensivo consigo mismo. Por ello es importante explorar las reglas que internamente se juegan para crear este sistema de Síndrome del impostor, las cuales la mayoría de las veces está basada en la palabra “debes”.
Además de reconocer el funcionamiento interno que opera, es de suma importancia reconocer las causas externas que han figurado para la formación del síndrome del impostor, ya que esto no se construye de forma inmediata ni autónoma, hay factores externos relacionados a los estilos de crianza, relaciones familiares y circunstancias sociales que se encuentran involucradas, las cuales pueden indagarse acompañadas de un psicólogo que refleje circunstancias de las cuales esta voz interna y reglas fueron teniendo forma y que hoy en día se repiten por cuenta propia. Es algo completamente normal que al menos el 70% de la población ha experimentado por lo menos una vez en su vida. Lo importante es reconocer que no estás solo ni eres el único, existen muchos profesionales de la salud que pueden ayudarte a lograr ser más paciente contigo mismo y comprensivo.
Psic. Carolina López
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