Sobre inicios y finales; la cuestión técnica de la interpretación
- Esther SolĆs
- 25 nov 2021
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 2 feb 2022

ĀæQuĆ© caracteriza lo traumĆ”tico? Desde sus primeras experiencias clĆnicas frente a los casos de histeria, #Freud intuĆa la presencia (y grado de importancia) de lo traumĆ”tico en la gestación, evolución y resolución de la neurosis. En Estudios sobre la histeria lo ubica en el terreno de la materialidad fĆ”ctica, es decir, el trauma siempre era Real, siempre de Ćndole sexual, siempre seducciones y abusos, pero ĀæQuĆ© ocurrĆa cuando no? ĀæQuĆ© pasaba cuando no habĆa un trauma Real en la historia clĆnica del paciente? Es asĆ que Freud mueve la operatividad del #trauma del orden de lo factico material al orden de lo simbólico material, uno de los grandes descubrimientos de Freud (que posteriormente lo llevarĆa a formular teóricamente el Edipo) fue que el trauma se puede imaginar.
#Deluze no se equivoca, siguiendo a #Lacan, al mencionar que lo caracterĆstico del fantasma es su función encubridora de la nada. Esa nada de donde emerge lo traumĆ”tico para condicionar la constitución de un sujeto. Nos dice claramente que el estatus imaginario del trauma no lo vuelve menos traumĆ”tico, y por tanto sus consecuencias no serĆ”n menos reales.
En la vida (y por consecuencia, en la clĆnica tambiĆ©n) pocas cosas tienen un estatus traumĆ”tico tal como lo son los inicios y los finales.
Si nos dejĆ”ramos guiar por la asociación simplista de sentido, dirĆamos que hay una relación clara a modo de metĆ”fora del nacimiento y la muerte. No me opongo a esta lectura, pero me parece que contiene en sĆ misma una función encubridora de lo que en la prĆ”ctica nos encontramos frente a los inicios y los finales, algo inenarrable sobre ello.
ĀæQuĆ© se encubre? La ausencia de significante, en tĆ©rminos concretos, de lo que al sujeto le significa su nacimiento y su muerte. Con esto quiero decir que en el āinicioā y el āfinā de la historia personal del sujeto no hay significante que pueda ser nombrado, sea por el sujeto mismo o por los otros. Esto nos darĆa indicios de su carĆ”cter traumĆ”tico en el terreno de lo material factico, pero ĀæY lo material simbólico?
Allà encontraremos que lo traumÔtico no tiene que ver con el acontecimiento/objeto en sà (con lo factico), sino con la reminiscencia de lo que aconteció/estuvo en algún momento. Con esto, lo auténtico traumÔtico es lo que sucedió, lo que retorna, no lo que sucede.
ĀæHacia dónde se retorna? ĀæHacia su inicio o hacia su fin? Me parece que para comprender esta contradicción sobredeterminada habrĆa que voltear al regreso de Steve de Las Pistas de Blue y Evangelion 3.0 + 1.0 Thrice upon a time.
Curioso me pareció que el video de Steve se viralizarĆ” como lo hizo. Steve, siendo el personaje de un programa infantil educativo, logro apaciguar la angustia encarnada en los cuerpos de la población que ronda de entre los 20 y 30 aƱos, con un mensaje cuyo contenido no es menos que precario. Un simple āsigue adelante, no te rindasā conmovió a los y las de mi generación de una forma profunda, y solo me queda preguntarme ĀæPor quĆ©?
Lo mismo me sucedió a mi particularmente viendo Evangelion 3.0 + 1.0 Thrice upon a time, la misma sensación que me surgió al ver el video de Steve, una especie de euforia grotesca que pronto devino en tristeza nostÔlgica, de nueva cuenta ¿Por qué?
Me parece que este sentir se relaciona Ćntimamente con esta contradicción sobredeterminada del inicio y el fin.
Steve se fue de Las Pistas de Blue y no regreso jamĆ”s. En la serie (desconozco si en la realidad) dejo a cargo del programa a āsu primoā mientras se iba a la universidad. Pocas series sobreviven a un cambio de protagónico tan radical como lo fue este. Sin embargo, la popularidad es irrelevante, lo que se juega en el mensaje de Steve no es su partida del programa, es su retorno y su semblante; Steve ha dejado de ser Steve, asĆ como nosotros y nosotras hemos dejado de ser niƱos y niƱas. El retorno de Steve nos juega a modo de espejo nuestro propio retorno a la infancia, mĆ”s allĆ” de eso, nuestro retorno propio de la infancia a nuestra adultez. En un triple movimiento Steve nos regresa a nuestros dĆas de Las Pistas de Blue para ver desde allĆ nuestra condición actual y regresarnos de vuelta con algo inacabado, algo que no se puede elaborar. Curioso que la función principal del video haya sido ponerle fin a la historia de Steve y que lo que haya causado haya sido darle continuación.
Me recuerda mucho a esta idea errónea de la psicologĆa hegemónica sobre como cerrar ciclos trae paz y bienestar, cuando en la prĆ”ctica pareciera que trae tristeza y angustia.
Steve nos interpela en un discurso que bajo otras condiciones no serĆa efectivo, no evocarĆa ningĆŗn afecto. Me parece que la razón por la que es efectivo es porque a esas alturas Steve ya no habla desde un nombre propio, estĆ” haciendo semblante del Gran Otro. Hablar sobre universidad, prĆ©stamos estudiantiles, facturas, ācosas de la vida adultaā es lo que coloca a Steve como un semblante ajeno de lo vivido en carne propia por la generación de entre los 20 y 30 aƱos. Esta experiencia ominosa de lo adulto que retorna desde la infancia es lo mismo que sucede en Evangelion.
Shinji tardo 26 aƱos (lo mismos aƱos que tengo yo) en hacer ālas cosas bienā, en elegir correctamente al final del tercer impacto. Shinji rechaza la libertad y la instrumentalización humana en favor de estar vivo, de que todos y todas estĆ©n vivos. Lo que nunca pensĆ© ver, al final Shinji no estĆ” solo y miserable.
Evangelion termina donde comenzó. Uno no reconoce a Shinji (como al inicio del anime) porque ha dejado de serlo. Curiosamente, parece que el mensaje de Steve también puede aplicar a la historia de Shinji.

Con esto me gustarĆa plantear que el movimiento dialectico del inicio y fin puede observase formalizado a modo de interpretación. Ver el video de Steve (y la Ćŗltima pelĆcula de Evangelion a titulo personal) tuvo una función de interpretación en la subjetividad de los de mi generación.
Freud nos distingue claramente entre interpretación y construcción, una sirviendo aisladamente y otra a modo de conjunto. La construcción se forma a partir de varias interpretaciones previas del contenido que el paciente trae a sesión. Sin embargo, y siguiendo el texto de Freud de Construcciones en anĆ”lisis, la diferencia entre una y otra es su operatividad y determinación. La construcción se presenta a modo de relato ārescatadoā de aquello que el paciente habla en su discurso y parece no darse cuenta; Freud equipara el trabajo de construcción en anĆ”lisis con el de un arqueólogo que se encarga de rescatar aquello olvidado. Bajo este sentido, las construcciones se le presentan al paciente a modo āespeculativoā, abierto al juicio del paciente, quien en Ćŗltima instancia darĆ” el visto bueno o malo de lo ārescatadoā por el analista.
En contraposición la interpretación por su condición aislada, solo se emplea a un elemento que en transferencia (y contratransferencia, claro estÔ) adquiere una relevancia abrumadora. Mientras la construcción espera ser afirmada o desestimada, la interpretación ejerce un movimiento inconsciente casi de inmediato. Recordemos que Lacan nos dice que la función del lenguaje no es informar (construcción), sino evocar (interpretación).
Lo anterior es importante, porque habrÔ que admitir que mientras la construcción nos habla de un ejercicio de reflexión del sujeto, la interpretación nos habla de una movilización del sujeto, algo que lo descoloca en las coordenadas de su deseo y posibilita el acto.
Quienes hacemos clĆnica, sabremos que mayoritariamente trabajaremos en el nivel de la construcción, alentando al paciente a la reflexión de su historia personal, y que pocas veces habrĆ” lugar para una interpretación. Por eso mismo es problemĆ”tico escuchar colegas que hablan todo el tiempo de interpretación en la clĆnica, como si en todo el acto analĆtico se jugara un sentido Ćŗltimo, oculto. Esta tendencia de pensamiento llega a la peligrosa dimensión de la sobreinterpretación, en el que el espacio clĆnico adquiere un ambiente protopsicótico donde todo tiene un sentido oculto que necesita ser descubierto, al grado de ser persecutorio.
Justo la operatividad de la interpretación viene de que es una suspensión simbólica (del sentido), no se transmite de un yo a un yo (como en la construcción), sino de inconsciente a inconsciente. Hay actos, gestos, palabras que fungen como interpretaciones en sesión. Recordemos las anĆ©cdotas de la propia Dolto que decĆa con orgullo no saber que habĆa hecho para dar resolución a los sĆntomas de sus pacientes infantiles. Algo del acto es lo que se juega en la interpretación, algo que queda inconsciente, sin un inicio y sin un fin.
Atención psicológica a adolescentes y adultos
Asociación Libre - Psicólogos en Guadalajara





