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Artículos sobre Ayuda Psicológica

Actualizado: 7 mar 2023

El #duelo es la respuesta emocional de una persona ante la experiencia de una #pérdida. Es un proceso personal que involucra diferentes #emociones, comportamientos y está marcado por la propia naturaleza de la #pérdida, la historia y recursos de cada persona. Llega a estar presente durante diferentes etapas de la vida, desde el rompimiento de vínculos, procesos de enfermedad, cambios físicos o la #muerte. Se habla de fases o estadios que se transitan para encontrarse con la #aceptación y comprensión racional y emocional de que la #pérdida es inherente a la vida, dándole un sentido trascendente a la pena. En el proceso de #duelo existen diversos aspectos que posibilitan o impiden la elaboración de esta experiencia, especialmente por las características que rodean a la #pérdida. ¿Qué pasa cuando no hay certezas de que eso que se extraña no regrese? ¿Cómo se elabora un #duelo cuando no hay cuerpo que confirme la #pérdida de un ser querido? A esto se enfrentan los familiares y amigos de las víctimas de desaparición forzada.


pérdida

En #México, de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas o No Localizadas se desconoce el paradero de más de 100,000 personas, siendo #Jalisco el distrito que registra el mayor número de casos. El Comité contra la Desaparición Forzada y el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas e Involuntarias refieren que estas cifras son una muestra del prolongado patrón de impunidad en el país y de la tragedia que sigue ocurriendo cada día, mencionan que en muchos casos las #desapariciones no se denuncian por lo que el total de desaparecidos puede ir más allá de lo que se registra. La desaparición forzada pasó de ser un atentado selectivo a un malestar colectivo propiciado por la ausencia de instituciones capaces de regular los desajustes sociales.


La experiencia de #duelo para los allegados de #desaparecidos afronta dificultades como la incertidumbre, la impunidad y el atropello a los derechos de integridad humana. Los acompaña una serie de incógnitas en torno a la falta: la de la persona que no está, la de información confiable, la de insuficiencia de apoyo y búsqueda por parte del Estado y la ausencia de reparación y justicia del daño. Es así que se desarrolla un duelo suspendido a partir de supuestos y no de juicios de realidad que imposibilita la elaboración de la #pérdida, este proceso se extiende interminablemente prolongando el dolor psíquico. Se trata de un proceso no terminado, una vivencia que exceden las posibilidades del psiquismo. Impedido el duelo, el sujeto queda atrapado en un tiempo de repetición y ausencia (Arbizu, J., Cepeda, C., Kannt, M. 2020).


En Duelo y Melancolía (1917) #Freud define al #duelo como la "reacción a la perdida de la persona amada", afirmando que la realidad ha mostrado que el objeto amado ya no existe más, y por lo tanto comienza el proceso de quitar toda libido de sus enlaces con ese objeto, abandonar el objeto perdido para enlazarse con uno nuevo que no necesariamente opere como un sustituto de aquel. De acuerdo a #Freud, el #duelo se inicia a partir de la prueba de la realidad que confronta el sujeto de la inexistencia del objeto perdido, sin embargo, en el caso de personas desaparecidas esta prueba de realidad está ausente puesto que hay una inexistencia del cuerpo. Al no contar con el cuerpo se impiden los rituales culturales del funeral, el entierro o las ceremonias religiosas. Sin ellos se restringe la elaboración de la ambivalencia afectiva hacia la persona, se paraliza el reconocimiento público de la #muerte y la construcción de memoriales para honrar a la persona.


Duelo

Existen estudios acerca de las #patologías del #duelo, como el trastorno por duelo prolongado o el trastorno por duelo complejo persistente, sin embargo, son inapropiados para analizar el malestar de los allegados a las personas desaparecidas, pues parten de la idea de que existe un tiempo determinado para que el #duelo se considere patológico, que en el caso de la desaparición forzada puede prolongarse de forma imprecisa. Se ha señalado lo agraviante de asignar una patología a los familiares cuando no se toma en cuenta el tipo de pérdida y el contexto en el que sucede. Un concepto que puede emplearse para comprender la vivencia es el de pérdida ambigua: una situación en la que no se sabe si la persona se encuentra viva o muerta. La desaparición forzada se corresponde con el tipo de pérdida ambigua cuando las personas están físicamente ausentes, pero se mantienen psicológicamente presentes (Almanza, A., Hernández, R., Gómez, A. 2020).


En ocasiones la práctica clínica encasilla las respuestas y reacciones normales frente a la anormalidad de los eventos, emitiendo diagnósticos clínicos que invisibilizan los impactos en todas las esferas que componen la subsistencia de las víctimas. En esta amplia vivencia de las personas, se considera la perspectiva #psicosocial para comprender la singularidad de la desaparición forzada. La perspectiva #psicosocial acompaña a las personas en su camino de búsqueda y de #duelo, reconociendo su resistencia y conflicto por encontrar respuestas a la incertidumbre. Atravesar el #duelo es algo natural que las personas enfrentan en su vida, en cambio el proceso de #duelo ante la desaparición forzada es una búsqueda perpetua con destino incierto.


Bibliografía:


Arbizu, J., Cepeda, C. y Kannt, M. (2020) Duelo sin cuerpo. Experiencias con familiares de desaparecidos en el mar. IV Congreso Internacional de Psicología “CIENCIA Y PROFESIÓN”: Desafíos para la construcción de una psicología regional. Vol. 5 Núm. 7. https://revistas.unc.edu.ar/index.php/aifp/article/view/31684/32522


Almanza, A., Hernández, R. y Gómez-San Luis, A. (2020). Pérdida ambigua: madres de personas desaparecidas en Tamaulipas, México. Región y sociedad, 32, e1396. Epub 10 de marzo de 2021.https://doi.org/10.22198/rys2020/32/1396

  • 14 jul 2022
  • 3 Min. de lectura

Una de las grandes críticas sobre acudir a #terapia psicológica es cuando se dice que asistir solo implica hablar al#terapeuta y que eso no tiene ninguna finalidad o sentido, no aparenta ser provechoso.


Pareciera que emitir palabras o hablar puede hacerse con cualquier persona, no es razón por la cual deba pagarse a alguien más y se minimiza la función para la cual se solicita en algunos modelos de #terapia como principal elemento para que con ello puedan llevarse a cabo las técnicas por parte del#terapeuta para buscar la devolución al#paciente y con ello pueda darse el cambio ante la problemática que se vive.


Psicoterapia

La importancia de dar el espacio en la sesión de que quien acude a #terapia pueda hablar las cosas que vienen a su mente conforme vayan apareciendo, aún cuando parezcan sin sentido, vergonzosas e ilógicas proviene de lo formulado por #SigmundFreud, quien lo nombró como “asociación libre”. Este recurso del lenguaje, fue considerado por #Freud como el eje central para lo que nombró en sus inicios como “la cura por la palabra”.


Este método utilizado con mayor significación en la terapia con corte #psicoanalítico, en donde, el decir permite elaborar los puentes y conexiones que antes no se habían establecido, pues al hablar se considera como vía, en primer lugar de desahogo, más no el único ni principal, sino que en lo dicho es donde puede reelaborarse entre paciente y terapeuta lo que se ha percibido de una situación y encontrar los hilos emocionales que se desatan en ciertos momentos de manera constante por la correspondencia existente con estados previos acontecidos en nuestra historia personal.


Hablar implica #elaboración, es al poner en palabras el intento por comunicar y transmitir lo que en nosotros está, aquello con lo que se convive y nos acompaña día con día.


Es al hablar donde se efectúa una especie de responsabilidad en el reconocimiento de nuestras palabras, ya no adjudicadas a otros o encapsuladas solo en nuestro pensar, sin haber sido expuestas; es, al ser conferidas a otro (#terapeuta) donde se admite ser una parte de nosotros, de nuestro sentir, de nuestro actuar; y es así, que también damos posibilidad a quien acompaña en el proceso, a realizar las transformaciones con las distintas técnicas utilizadas para poder presentar lo mismo acontecido con diferentes perspectivas, lo cual permite ampliar el panorama, facilitar la reflexión, comprensión y aumentar el autoconocimiento para futuros momentos que puedan suscitar similares afectos y/o pensamientos.


Psicoterapia

El hablar es también una validación propia de que son importantes cuestiones que acontecen o se han pensado que se llegan a poner en la #terapia, donde por distintos envoltorios mentales o emocionales como el miedo, la vergüenza, la culpa, juicios morales propios o que se cree puedan suscitarse en el #terapeuta etcétera, no se había dado la posibilidad de expresarlo con otras personas. Se puede decir en términos sencillos que lo dicho, es lo reconocido, de lo que hemos podido ser conscientes y de lo cuál se busca hacerse cargo aún cuando implique dolor en su reconocimiento.


Sobre lo no hablado, no puede intervenirse. Habrá momentos en los que pueda percibirse conflictos o elementos clave para los objetivos establecidos en la #terapia, y esto puede ser marcado por el #terapeuta como señalamiento de que es necesario hablar de ello, lo cual invita al paciente a que dé apertura para explorar elementos significativos que puedan aportar información valiosa, y en todo caso, al ser evadida en su habla por parte del paciente, también podrá ser benéfico explorar el por qué de ello, las ideas que se susciten al rededor.


No siempre en las palabras se encuentra el núcleo directo del conflicto, pues en ocasiones, representan simbolismos o están encubiertas por elementos que sirven como armaduras para proteger lo que nos deja susceptibles, y por ello desplazado de nuestra conciencia.  



Si bien la#palabra no es la cura en sí misma, es el móvil por el cual se obtienen bastantes elementos para que en la exploración de lo que ocurre alrededor de lo que nos movilizó a acudir a terapia pueda ser visto, elaborado, comprendido y devuelto al paciente a fin de su progreso en autoconocimiento y mejora de resolución a situaciones futuras.


Psic Carolina López

  • 3 mar 2022
  • 3 Min. de lectura

Dentro de la práctica psicoterapéutica existen diferentes teorías, enfoques y tipos de tratamientos para abordar o trabajar con un paciente. Sin embargo, a pesar de estas diferencias, hay algunos puntos en común que todas ellas llegan a compartir, entre los cuales destaca: la importancia que se le presta a la relación terapéutica, que en todo trabajo clínico tiene lugar.


La relación terapéutica


Lo que conocemos como relación terapéutica, tiene sus inicios en un fenómeno observado y estudiado por #SigmundFreud, conocido como transferencia. Ya que desde sus primero trabajos clínicos comenzaba a observar que no era poco frecuente la aparición, por parte de sus pacientes, de sentimientos o emociones que afectaban directa, o indirectamente, el avance o progreso del tratamiento. Las cuales se mantenían durante todo el tiempo que éste tuviera lugar.


A grandes rasgos, la transferencia podría ser descrita como el conjunto de fenómenos que aparecen y que constituyen la relación del paciente con el #psicoanalista. Fenómenos que implican el desplazamiento de los afectos que surgen en el paciente durante un proceso analítico y son proyectados hacia el exterior, en este caso, hacia la figura del #analista. En donde, por lo regular, se puede hacer un vinculo entre la relación que alguien experimentó hacia objetos o personas; ambientes o cuidadores primarios, que tuvieron lugar en etapas previas de su desarrollo, es decir, la primera #infancia y que vienen a tener lugar al momento del proceso analítico.


Como mencionamos anteriormente, en un inicio, para #Freud, la transferencia seria mas o menos descrita como un caso particular del desplazamiento de afectos de una representación a otra. Es decir, que dentro de una relación terapéutica estaría teniendo lugar una constante actualización de experiencias afectivas, que vividas y sentidas en algún momento de nuestro pasado, tendrían incidencia en el presente, especialmente, en la relación y en la representación de la figura del analista. Lo que se revive en la transferencia, es la relación del paciente, con sus figuras #parentales. La cual puede estar atravesada tanto por sentimientos positivos como negativos; sentimientos que favorezcan el progreso del tratamiento o por el contrario, que impidan el avance del éste. Esto no quiere decir que fenómenos análogos, o parecidos a este, no estén teniendo lugar en otros espacios de nuestra vida, como pueden serlo: las relaciones de #amistad, laborales o de #pareja. Sin embargo el fenómeno de la transferencia, al ser uno de los pilares del trabajo psicoanalítico, es pensado en el marco de la práctica clínica.


transferencia

Este concepto de transferencia lo que trae consigo es la posibilidad de pensar las vivencias, y los conflictos #infantiles, como un prototipo de lo que en lo sucesivo marcará los modos de relación e interacción de nuestro mundo interno con el mundo externo. El fenómeno de la transferencia cobra vital importancia en la práctica #psicoanalítica, y en el trabajo #psicoterapéutico, en la medida en que estas formas de relación, acompañadas de experiencias previas, sentimiento y emociones, son actualizadas en la figura del #analista o del #terapeuta. Ya que este último, mediante el análisis o el trabajo terapéutico, será el encargado de poderle dar otro sentido a eso, que habiendo tenido lugar en el pasado, viene a actualizarse de manera constante en el presente.


Sin embargo, es importante señalar, que aquellos modos de interacción, afectos o emociones, que se actualizan en el presente, no necesariamente están enmarcados por hechos o acontecimientos que hayan tenido lugar de manera efectiva en la historia de las personas. No hablamos de hechos históricamente reales. Sino que apuntamos a otro tipo de historia y de realidad, a una que se mueve en otro registro, al que llamamos, #realidadpsíquica.


A diferencia de la realidad fáctica, la #realidadpsíquica, es una realidad que se engloba en los márgenes de quien la vive, en donde la percepción, que es individual, marcara la pauta de la historia que cada uno de nosotros cuenta. Esa realidad que es propia y dependiente de cada uno de nosotros, y que como hemos dicho, incide en nuestras formas de interacción y de #relación, es un tema a analizar en la mayoría de los procesos #psicoterapéuticos. Ya que una de las vías para poder incidir en nuestra percepción consiste, precisamente, en cuestionarnos por nuestra propia historia, por nuestras propias experiencias y por la forma en que hemos percibido el pasado. En la medida en que hacemos una relectura de nuestro pasado es que podemos incidir en nuestro presente. Comprender o entender algunos momentos que hemos vivido ayuda a darles otro significado. Si la forma de percibir el entorno cambia, la manera en que nos relacionamos también lo hace. Y todo este proceso puede tener lugar a partir del análisis y del trabajo de la relación terapéutica, de ahí su importancia.

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