El #duelo es la respuesta emocional de una persona ante la experiencia de una #pérdida. Es un proceso personal que involucra diferentes #emociones, comportamientos y está marcado por la propia naturaleza de la #pérdida, la historia y recursos de cada persona. Llega a estar presente durante diferentes etapas de la vida, desde el rompimiento de vínculos, procesos de enfermedad, cambios físicos o la #muerte. Se habla de fases o estadios que se transitan para encontrarse con la #aceptación y comprensión racional y emocional de que la #pérdida es inherente a la vida, dándole un sentido trascendente a la pena. En el proceso de #duelo existen diversos aspectos que posibilitan o impiden la elaboración de esta experiencia, especialmente por las características que rodean a la #pérdida. ¿Qué pasa cuando no hay certezas de que eso que se extraña no regrese? ¿Cómo se elabora un #duelo cuando no hay cuerpo que confirme la #pérdida de un ser querido? A esto se enfrentan los familiares y amigos de las víctimas de desaparición forzada.
En #México, de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas o No Localizadas se desconoce el paradero de más de 100,000 personas, siendo #Jalisco el distrito que registra el mayor número de casos. El Comité contra la Desaparición Forzada y el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas e Involuntarias refieren que estas cifras son una muestra del prolongado patrón de impunidad en el país y de la tragedia que sigue ocurriendo cada día, mencionan que en muchos casos las #desapariciones no se denuncian por lo que el total de desaparecidos puede ir más allá de lo que se registra. La desaparición forzada pasó de ser un atentado selectivo a un malestar colectivo propiciado por la ausencia de instituciones capaces de regular los desajustes sociales.
La experiencia de #duelo para los allegados de #desaparecidos afronta dificultades como la incertidumbre, la impunidad y el atropello a los derechos de integridad humana. Los acompaña una serie de incógnitas en torno a la falta: la de la persona que no está, la de información confiable, la de insuficiencia de apoyo y búsqueda por parte del Estado y la ausencia de reparación y justicia del daño. Es así que se desarrolla un duelo suspendido a partir de supuestos y no de juicios de realidad que imposibilita la elaboración de la #pérdida, este proceso se extiende interminablemente prolongando el dolor psíquico. Se trata de un proceso no terminado, una vivencia que exceden las posibilidades del psiquismo. Impedido el duelo, el sujeto queda atrapado en un tiempo de repetición y ausencia (Arbizu, J., Cepeda, C., Kannt, M. 2020).
En Duelo y Melancolía (1917) #Freud define al #duelo como la "reacción a la perdida de la persona amada", afirmando que la realidad ha mostrado que el objeto amado ya no existe más, y por lo tanto comienza el proceso de quitar toda libido de sus enlaces con ese objeto, abandonar el objeto perdido para enlazarse con uno nuevo que no necesariamente opere como un sustituto de aquel. De acuerdo a #Freud, el #duelo se inicia a partir de la prueba de la realidad que confronta el sujeto de la inexistencia del objeto perdido, sin embargo, en el caso de personas desaparecidas esta prueba de realidad está ausente puesto que hay una inexistencia del cuerpo. Al no contar con el cuerpo se impiden los rituales culturales del funeral, el entierro o las ceremonias religiosas. Sin ellos se restringe la elaboración de la ambivalencia afectiva hacia la persona, se paraliza el reconocimiento público de la #muerte y la construcción de memoriales para honrar a la persona.
Existen estudios acerca de las #patologías del #duelo, como el trastorno por duelo prolongado o el trastorno por duelo complejo persistente, sin embargo, son inapropiados para analizar el malestar de los allegados a las personas desaparecidas, pues parten de la idea de que existe un tiempo determinado para que el #duelo se considere patológico, que en el caso de la desaparición forzada puede prolongarse de forma imprecisa. Se ha señalado lo agraviante de asignar una patología a los familiares cuando no se toma en cuenta el tipo de pérdida y el contexto en el que sucede. Un concepto que puede emplearse para comprender la vivencia es el de pérdida ambigua: una situación en la que no se sabe si la persona se encuentra viva o muerta. La desaparición forzada se corresponde con el tipo de pérdida ambigua cuando las personas están físicamente ausentes, pero se mantienen psicológicamente presentes (Almanza, A., Hernández, R., Gómez, A. 2020).
En ocasiones la práctica clínica encasilla las respuestas y reacciones normales frente a la anormalidad de los eventos, emitiendo diagnósticos clínicos que invisibilizan los impactos en todas las esferas que componen la subsistencia de las víctimas. En esta amplia vivencia de las personas, se considera la perspectiva #psicosocial para comprender la singularidad de la desaparición forzada. La perspectiva #psicosocial acompaña a las personas en su camino de búsqueda y de #duelo, reconociendo su resistencia y conflicto por encontrar respuestas a la incertidumbre. Atravesar el #duelo es algo natural que las personas enfrentan en su vida, en cambio el proceso de #duelo ante la desaparición forzada es una búsqueda perpetua con destino incierto.
Bibliografía:
Arbizu, J., Cepeda, C. y Kannt, M. (2020) Duelo sin cuerpo. Experiencias con familiares de desaparecidos en el mar. IV Congreso Internacional de Psicología “CIENCIA Y PROFESIÓN”: Desafíos para la construcción de una psicología regional. Vol. 5 Núm. 7. https://revistas.unc.edu.ar/index.php/aifp/article/view/31684/32522
Almanza, A., Hernández, R. y Gómez-San Luis, A. (2020). Pérdida ambigua: madres de personas desaparecidas en Tamaulipas, México. Región y sociedad, 32, e1396. Epub 10 de marzo de 2021.https://doi.org/10.22198/rys2020/32/1396
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