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Artículos sobre Ayuda Psicológica


Brindis, uvas, fin de año. año nuevo.
Un aspecto importante a considerar para obtener el éxito y alcanzar nuestros propósitos de año nuevo, se relaciona con nuestro estado emocional.

Terminó el 2021 y con él llegan las tradiciones envueltas para iniciar el año de la mejor manera posible. Una de ellas busca visualizar los propósitos con la intención de alcanzarlos dentro del año en curso; muchos de estos se ven rodeados en cambiar los hábitos alimenticios, emprender algún proyecto, cambiar el estilo de vida, etc., No obstante, prepararse tanto física como mentalmente para iniciarlos o realizarlos no es nada sencillo.


Algunas personas se percatan que durante el año les fue difícil concluir lo deseado, puesto que dejaron en el olvido aquellos propósitos que se habían planteado durante las fiestas. Un estudio de la Universidad de Scranton en Pensilvania menciona que, tan solo el 8% de las personas logran cumplir sus hábitos, proyectos o propósitos de fin de año; incluso, reflejan estadísticamente que la deserción se hace presente en las primeras semanas de enero; pero, ¿Por qué es tan difícil realizar algo que deseamos conscientemente?


Primeramente, habría que enfatizar en la definición de la palabra 'propósitos' puesto que aborda la intención de realizar una acción o de concluir un objetivo. Sin embargo, algunos de ellos se encuentran alejados de la situación actual debido a que son cambios de hábitos muy drásticos a la vida que solemos tener, ya sea obtener un nuevo empleo, mejorar los ingresos o mantenerte en forma. Por tal motivo, existen mayores dificultades en cumplirlos, generalmente aparecen algunas reacciones de estrés o frustración por no efectuar sus propósitos como se había pensado.


Uno de los aspectos importantes en el éxito de los hábitos o propósitos se relaciona con nuestro estado emocional y que, a pesar de ser conscientes de nuestras metas existen factores que desconocemos acerca de nosotros mismos, tales como, la historia personal, valores y creencias acerca del mundo interno y externo.


Sin embargo, existen algunas recomendaciones a la hora de poner en acción nuestras metas:


Se escribe la palabra plan
Para conseguir nuestros propósitos es indispensable plantearse objetivos realizables y elaborar un plan.

1) Aterrizar tus planes: Inicialmente habría que organizar las ideas para establecer un plan de acción, es decir, enfocar los propósitos deseados dentro de un plan a corto, mediano o largo plazo, estableciendo y analizando las implicaciones que requerirán para llegar a él.


2) Objetivos realizables desde el primer día: establecer una rutina o hábitos que van relacionados con la meta o propósito principal nos ayudará a fomentar día con día un paso para el cambio, recuerda que cambiar una acción o hábitos de años de un día para otro, resulta irrealizable.


3) Ser flexible: Muchas veces modificar algunos hábitos puede resultar una sensación de fracaso o estancamiento, sin embargo, ser flexibles con nosotros mismos implica modificar el plan en caso de no tener éxito, en analizar en qué falló y en entender que el proceso es un aprendizaje.


4) Contar con una red de apoyo: cumplir algún propósito en diversos momentos requiere el apoyo de un grupo de personas con las que exista la confianza y la seguridad a la hora de emprender un proyecto o hábito.


Finalmente, si nos percatamos de que el cambiar resulta difícil y esto nos genera una incomodidad con nosotros mismos o nuestro alrededor, es importante no dejar de lado estas emociones, consultándolas cuando lo consideremos pertinente.



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Psicóloga Cynthia González





Referencias.

Brain, S. (2021). New Years Resolution Statistics - Statistic Brain. Retrieved 14 January 2021, from https://www.statisticbrain.com/new-years-resolution-statistics/

 
 
 
  • 23 dic 2021
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 7 mar 2023


Una mujer en psicoterapia.
¿Cuándo termina un tratamiento? Esto puede variar, siendo importante evaluar si los objetivos terapéuticos fueron alcanzados.

Acudir al psicólogo es una de las tantas maneras de cuidarnos y procurarnos, tener un espacio para ti y tus necesidades, en donde el terapeuta acompaña en este descubrimiento para tratar de buscar vías para transformar nuestro mundo interno.


Inicialmente, al comenzar un tratamiento psicológico, muchos de los pacientes llegan con metas establecidas o aspectos que les parecen importantes y que fueron detonantes en su elección de asistir; todos con el objetivo de que esto ya no ocurra o darle un sentido a lo que está pasando.


Las primeras entrevistas sirven para conocer aspectos de diferentes áreas del paciente, muchas veces; algunos terapeutas optan por establecer metas, marcar objetivos o en dado caso señalar aspectos relevantes y que consideren pudieran ser las primeras cosas en las que habría que trabajarse. Este camino suele ser toda una experiencia nueva para el paciente y conforme se avance el tratamiento se irán desanudando diversos aspectos y dando claridad al paciente.


Sin embargo, llega un momento después de todo tratamiento en donde el paciente y el terapeuta alcanzan a visualizar cambios notables y disminución en sus síntomas; algunas veces, los pacientes pudieran cuestionarse: “¿Cuándo termina esto?” Y, aunque, como bien dicen, la respuesta varía de caso en caso, es importante contemplar que todos los objetivos terapéuticos van orientados a un desarrollo óptimo de herramientas para enfrentar las situaciones del afuera, es por ello, que cuando se comienza a visualizar mejores recursos, tanto el paciente como el terapeuta pudieran ir hablando sobre el tema del cierre.


dos personas dándose una despedida.
Sea cual sea el motivo por el que se haya pensado el finalizar o pausar un tratamiento, es importante darlo a conocer en la sesión, despejar dudas o explorar las diversas posibilidades para continuar con él, si así se desea.

Por otra parte, pensar en las finalizaciones de tratamiento suelen ser vistas como una victoria tanto para el paciente como para el terapeuta. Y, aunque muy pocas veces se aborde sobre ellas, es importante pensar que todo paciente que llega a consulta, espera disminuir su sintomatología y tener una mejora notable. Es importante mencionar que seguiremos siendo nosotros mismos, solo que, con una visión, escucha y herramientas distintas para afrontar los diferentes escenarios.



No obstante, muchas veces, hay finalizaciones prematuras causadas por condiciones relacionadas con el paciente, el terapeuta o ambientales. Estas finalizaciones pueden estar vinculadas con cambios de domicilio, posibilidades económicas, motivos institucionales o resistencias propias al tratamiento. Es por ello que es importante mencionarlo como un elemento más dentro del tratamiento, ya que algunas veces puede estar relacionado con otros elementos que se ponen en juego en la sesión; como lo es, la resistencia propia de continuar con el proceso.


Finalmente, sea cual sea el motivo por el que se haya pensado el finalizar o pausar un tratamiento, es importante darlo a conocer en la sesión, despejar dudas o explorar las diversas posibilidades para continuar con él, si así se desea. Recuerda que, en todos los casos, el terapeuta está para poder trabajar en las dificultades que tengamos y que todas las inquietudes pueden ponerse sobre la mesa para un mejor avance en tu tratamiento.



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Lic. Cynthia González

Psicóloga clínica

 
 
 
  • 16 dic 2021
  • 4 Min. de lectura

Dentro de los trastornos emocionales encontramos a la #depresión, caracterizada por la sensación de tristeza constante, un estado de ánimo bajo, cambio o falta de expectativas hacia el futuro, entre otros síntomas que pueden llegar incluso a sentimientos o ideas suicidas. La depresión estacional, es aquella que se produce en algunas personas durante ciertas épocas del año. La más común es aquella que surge entre el periodo de otoño y de invierno, aunque también hay personas que la padecen durante la primavera y el verano.

La depresión estacional, se caracteriza por presentarse de manera aparentemente repentina aunque los síntomas pueden ser paulatinos, por ejemplo, una persona empieza a tener cambios en su estado de ánimo al inicio del periodo de otoño invierno, tales como, pérdida o aumento del apetito, sensación de pesadez o de cansancio la mayor parte del día, falta de #sueño y en general una decaída en cuanto a las #metas y posibles logros hacia el futuro.


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Depresión Estacional

Es importante tomar en cuenta, que para el diagnóstico de este tipo de trastorno afectivo o del estado de ánimo, los síntomas tienden a desaparecer cuando el periodo estacional termina y no se mantienen de manera constante durante todo el año.

Los principales #síntomas son:


  • Sentirse #deprimido casi todos los días o durante gran parte del día.

  • Perder el interés en actividades que hasta hace poco llamaba nuestra atención.

  • Tener poca energía.

  • Cambios en la #alimentación, si se presenta más durante el periodo de otoño invierno, generalmente se acompaña de una ingesta excesiva de #carbohidratos, aunque también hay casos en los que se puede dar la pérdida de apetito.

  • Sentirse perezoso o inquieto la mayor parte del tiempo.

  • Cambios o dificultades para conciliar el #sueño.

  • Sentirse desesperanzado, con culpa, o con sentimientos de antipatía constantes.

  • Ideas recurrentes de muerte, #suicidio, o pensamientos de que se estaría mejor si ya no se estuviera en este mundo.

  • Presentar dificultades para concentrarse, prestar atención o hacer las actividades de trabajo cotidianas.


Las causas de la depresión estacional son todavía inciertas, algunas de las principales teorías apuntan a la alteración en nuestro ritmo circadiano, o como comúnmente lo conocemos, nuestro reloj biológico, ligado a que en la temporada de otoño y de invierno la luz del sol es de menor duración que en las estaciones de primavera y verano, por lo qué tendemos a asociar la falta de luz solar con sentimientos de tristeza o pesadez.

Otras teorías apuntan a que la depresión estacional puede tener su origen en la disminución de #serotonina, neurotransmisor que interfiere en nuestro estado de ánimo y que puede verse alterado con la falta de luz solar. De igual manera puede ocurrir con nuestros niveles de #melatonina, sustancia que nos ayuda a regular el sueño y nuestros periodos de atención y vigilia.

La depresión estacional se presenta de manera más común en mujeres que en hombres, y algunos de los factores de riesgo son: el tener antecedentes heredofamiliares de #depresión o de trastornos del estado de ánimo como la #ansiedad o el #trastornoBipolar, además, se considera un factor de riesgo entre más alejado del Ecuador esté nuestro lugar de residencia, ya que en temporadas de invierno los días son mucho más cortos, mientras que en verano, la luz del sol puede durar incluso varios días. Otro factor de riesgo es padecer de #depresión o algún otro trastorno afectivo.

Es importante distinguir la depresión estacional, con aquella tristeza que se puede llegar a tener durante las fiestas decembrinas, la llegada del #AñoNuevo, o reuniones familiares que pueden ser estresantes para algunas personas.

La depresión estacional tampoco está necesariamente relacionada con algún #duelo o una pérdida que se haya tenido durante alguna estación del año, por ejemplo, la pérdida de uno de los padres en fechas cercanas a la #navidad, la pérdida del empleo o algún cambio importante en nuestra situación económica ya que entonces se consideraría a la #depresión como parte o consecuencia del proceso de duelo por el que hemos atravesado y no como un proceso exclusivo de cierta época del año.

La depresión estacional, no es producto exclusivamente de dificultades que podamos tener con nuestra #pareja, #familia, amigos o seres queridos en general ya que tiene tiene que ser un estado de ánimo recurrente y que se presenta solamente durante alguna de las estaciones del año. Es importante tomar en cuenta que existen factores detonantes para una #depresión que pueden venir derivados de alguna situación de vida, por lo que para considerar el diagnóstico de depresión estacional los síntomas deben ocurrir solamente en cierto periodo del año y que no sean despertados por algún imprevisto o situación extraordinaria.


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Depresión estacional

En el caso de que ya hayamos descartado lo antes mencionado, es importante estar alertas a los síntomas característicos de la depresión estacional, sobre todo a que no vayan en aumento para que no lleguen a salirse de control, llevándonos a un estado de #depresión mayor o de ideas y planeación suicidas. Si la fatiga se vuelve cada vez más crónica, la sensación de tristeza o de pérdida de la esperanza va en aumento, será necesario consultar a un especialista de #SaludMental para que nos apoye y nos pueda asesorar sobre el mejor tratamiento a seguir.

Otros elementos a los que tenemos que estar atentos son un exceso retraimiento social, el abuso en el consumo de alguna sustancia, problemas en el trabajo o la aparición de otros trastornos como la #ansiedad, lo que nos llevaría a considerar a la depresión estacional como algo de lo cual deberemos ocuparnos a la brevedad para mejorar nuestra calidad de vida.

Dentro de los tratamientos recomendados para la depresión estacional y su manejo, encontramos principalmente a la #psicoterapia como forma de canalizar y analizar los aspectos psicológicos de este tipo de #depresión, en algunos casos se requiere también la ayuda o el apoyo de algún medicamento de uso temporal y supervisado por un psiquiatra para que nos apoye a disminuir los síntomas que estén resultando más incipientes o molestos. La terapia ocupacional y la cognitivo conductual también suele ser de utilidad para este tipo de trastornos. Lo más importante es reconocer los síntomas a tiempo y estar atentos de que éstos no incrementen o se agudicen.



 
 
 
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