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Artículos sobre Ayuda Psicológica

  • 16 dic 2021
  • 4 Min. de lectura

Dentro de los trastornos emocionales encontramos a la #depresión, caracterizada por la sensación de tristeza constante, un estado de ánimo bajo, cambio o falta de expectativas hacia el futuro, entre otros síntomas que pueden llegar incluso a sentimientos o ideas suicidas. La depresión estacional, es aquella que se produce en algunas personas durante ciertas épocas del año. La más común es aquella que surge entre el periodo de otoño y de invierno, aunque también hay personas que la padecen durante la primavera y el verano.

La depresión estacional, se caracteriza por presentarse de manera aparentemente repentina aunque los síntomas pueden ser paulatinos, por ejemplo, una persona empieza a tener cambios en su estado de ánimo al inicio del periodo de otoño invierno, tales como, pérdida o aumento del apetito, sensación de pesadez o de cansancio la mayor parte del día, falta de #sueño y en general una decaída en cuanto a las #metas y posibles logros hacia el futuro.


Depresión Estacional

Es importante tomar en cuenta, que para el diagnóstico de este tipo de trastorno afectivo o del estado de ánimo, los síntomas tienden a desaparecer cuando el periodo estacional termina y no se mantienen de manera constante durante todo el año.

Los principales #síntomas son:


  • Sentirse #deprimido casi todos los días o durante gran parte del día.

  • Perder el interés en actividades que hasta hace poco llamaba nuestra atención.

  • Tener poca energía.

  • Cambios en la #alimentación, si se presenta más durante el periodo de otoño invierno, generalmente se acompaña de una ingesta excesiva de #carbohidratos, aunque también hay casos en los que se puede dar la pérdida de apetito.

  • Sentirse perezoso o inquieto la mayor parte del tiempo.

  • Cambios o dificultades para conciliar el #sueño.

  • Sentirse desesperanzado, con culpa, o con sentimientos de antipatía constantes.

  • Ideas recurrentes de muerte, #suicidio, o pensamientos de que se estaría mejor si ya no se estuviera en este mundo.

  • Presentar dificultades para concentrarse, prestar atención o hacer las actividades de trabajo cotidianas.


Las causas de la depresión estacional son todavía inciertas, algunas de las principales teorías apuntan a la alteración en nuestro ritmo circadiano, o como comúnmente lo conocemos, nuestro reloj biológico, ligado a que en la temporada de otoño y de invierno la luz del sol es de menor duración que en las estaciones de primavera y verano, por lo qué tendemos a asociar la falta de luz solar con sentimientos de tristeza o pesadez.

Otras teorías apuntan a que la depresión estacional puede tener su origen en la disminución de #serotonina, neurotransmisor que interfiere en nuestro estado de ánimo y que puede verse alterado con la falta de luz solar. De igual manera puede ocurrir con nuestros niveles de #melatonina, sustancia que nos ayuda a regular el sueño y nuestros periodos de atención y vigilia.

La depresión estacional se presenta de manera más común en mujeres que en hombres, y algunos de los factores de riesgo son: el tener antecedentes heredofamiliares de #depresión o de trastornos del estado de ánimo como la #ansiedad o el #trastornoBipolar, además, se considera un factor de riesgo entre más alejado del Ecuador esté nuestro lugar de residencia, ya que en temporadas de invierno los días son mucho más cortos, mientras que en verano, la luz del sol puede durar incluso varios días. Otro factor de riesgo es padecer de #depresión o algún otro trastorno afectivo.

Es importante distinguir la depresión estacional, con aquella tristeza que se puede llegar a tener durante las fiestas decembrinas, la llegada del #AñoNuevo, o reuniones familiares que pueden ser estresantes para algunas personas.

La depresión estacional tampoco está necesariamente relacionada con algún #duelo o una pérdida que se haya tenido durante alguna estación del año, por ejemplo, la pérdida de uno de los padres en fechas cercanas a la #navidad, la pérdida del empleo o algún cambio importante en nuestra situación económica ya que entonces se consideraría a la #depresión como parte o consecuencia del proceso de duelo por el que hemos atravesado y no como un proceso exclusivo de cierta época del año.

La depresión estacional, no es producto exclusivamente de dificultades que podamos tener con nuestra #pareja, #familia, amigos o seres queridos en general ya que tiene tiene que ser un estado de ánimo recurrente y que se presenta solamente durante alguna de las estaciones del año. Es importante tomar en cuenta que existen factores detonantes para una #depresión que pueden venir derivados de alguna situación de vida, por lo que para considerar el diagnóstico de depresión estacional los síntomas deben ocurrir solamente en cierto periodo del año y que no sean despertados por algún imprevisto o situación extraordinaria.


Depresión estacional

En el caso de que ya hayamos descartado lo antes mencionado, es importante estar alertas a los síntomas característicos de la depresión estacional, sobre todo a que no vayan en aumento para que no lleguen a salirse de control, llevándonos a un estado de #depresión mayor o de ideas y planeación suicidas. Si la fatiga se vuelve cada vez más crónica, la sensación de tristeza o de pérdida de la esperanza va en aumento, será necesario consultar a un especialista de #SaludMental para que nos apoye y nos pueda asesorar sobre el mejor tratamiento a seguir.

Otros elementos a los que tenemos que estar atentos son un exceso retraimiento social, el abuso en el consumo de alguna sustancia, problemas en el trabajo o la aparición de otros trastornos como la #ansiedad, lo que nos llevaría a considerar a la depresión estacional como algo de lo cual deberemos ocuparnos a la brevedad para mejorar nuestra calidad de vida.

Dentro de los tratamientos recomendados para la depresión estacional y su manejo, encontramos principalmente a la #psicoterapia como forma de canalizar y analizar los aspectos psicológicos de este tipo de #depresión, en algunos casos se requiere también la ayuda o el apoyo de algún medicamento de uso temporal y supervisado por un psiquiatra para que nos apoye a disminuir los síntomas que estén resultando más incipientes o molestos. La terapia ocupacional y la cognitivo conductual también suele ser de utilidad para este tipo de trastornos. Lo más importante es reconocer los síntomas a tiempo y estar atentos de que éstos no incrementen o se agudicen.



  • 14 may 2019
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 8 mar 2020



La fatiga fácil es un síntoma de ansiedad infantil.

¿Te has preguntado si algunas de las cosas que hace tu hijo pudieran ser ansiedad? ¿Cómo? ¿Un niño con ansiedad? Efectivamente. La ansiedad puede manifestarse a cualquier edad, sin embargo las maneras varían un poco según la edad. A continuación veremos una lista de síntomas que pudieran asociarse con ansiedad en la infancia:

Dolor de cabeza. Pueden manifestarlo de manera verbal o podemos ver cómo están irritables y se tocan su cabeza constantemente, se acuestan o buscan abrazos de manera continua. Es importante preguntar si les duele su cabeza y descartar cualquier otra causa médica.

Inquietud o impaciencia. Los niños en ocasiones pueden demostrarlo con berrinches, preguntas repetidas en poco tiempo y llanto desesperado al no comprender qué ocurre o cómo solucionarlo.

Dificultad para estar con personas nuevas. Expresado con llanto, se aferran a la ropa de mamá o papá, silencio, aislamiento y evitar sitios nuevos.

Fatiga fácil. Juegan menos o duermen más, periodos más cortos dedicados a las actividades cotidianas, dificultad para poner atención a lo que hacen, así como dificultad para continuar motivados en el juego.

Preocupación constante por agradar. Frases comunes son "¿Lo estoy haciendo bien?" "¿Así?" "¿Me revisas, maestra?", para asegurarse que lo realizado cumple las expectativas del adulto.

Nerviosismo y timidez. Se manifiesta como aislamiento y evitación a hablar con los demás, así como preferencia por quedarse en un lugar seguro. Prefiere quedarse solo o con mamá que jugar.

Dolor de estómago frecuente. Es frecuente que aparezca en la escuela en momentos angustiantes para el niño, sobre todo si se dan situaciones de acoso escolar o dificultades para el aprendizaje. Por lo que es importante también una exploración física y clínica de otros factores.

Miedo a dormir solo. Prefieren dormir en el cuarto de los padres o hermanos y se les dificulta conciliar el sueño si no se sienten seguros.

Tensión muscular. Posturas tensas, dolores musculares y contracturas frecuentes, tics.

Pensar que cosas feas le van a pasar a los seres queridos. Principalmente aquellos con los que se sienten más seguros, sin importar si es la mascota, un amigo o los padres.

Como vemos, en ocasiones podemos confundir síntomas de ansiedad con "berrinches" o pataletas, pensar que el niño está mimado o malcriado y dejarlo pasar. Muchos de estos síntomas pueden ser resultado de alteraciones del estado de salud física, por lo que es importante realizar una evaluación médica o neuropsicológica cuando se tiene sospecha.

  • 12 mar 2018
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 17 mar 2023


Síntomas de la dinámica familiar

A continuación explicaremos lo que es un síntoma en psicología y cuales son algunas de sus funciones, así como el porqué se dice que un hijo es el síntoma de la relación familiar o la relación de pareja y los focos a los que debemos prestar atención.

¿Qué es un síntoma?

Antes que nada debemos saber que los síntomas se generan de manera inconsciente, o sea que no nos damos cuenta de que está sucediendo y no surgen a voluntad.

Un síntoma es la forma de poner en evidencia que algo no está funcionando como debería en nosotros mismos o en nuestro entorno, y al no poder expresarlo con palabras, ya sea por no entender lo que está sucediendo, porque las situaciones son muy intensas o porque no estamos familiarizados con las propias emociones, lo actuamos o mejor dicho, lo representamos para poder verlo y buscar una solución o simplemente comprender lo que pasa.

Gracias a los síntomas, se puede llegar a obtener lo que deseamos pero de una manera que podríamos calificar como "negativa", por ejemplo conseguir atención en forma de regaños, de mantenernos enfermos o de parecer débiles e indefensos.

Otra de las funciones de los síntomas es la de ser una defensa contra aquello que no estamos preparados para afrontar.

Pero también una persona puede jugar un papel de síntoma de otra u otras personas, por ejemplo los hijos pueden ser el síntoma de la relación de una familia.

¿Qué significa que un hijo es el síntoma de la relación?

Los hijos pueden ser aquellos que expresan los problemas que existen dentro de la familia pero, como mencionamos anteriormente, no lo hacen por medio de las palabras, sino de su propio cuerpo, su comportamiento, sus actitudes, entre otras.

Y esto es lo que hace que pensemos que esos síntomas son a causa del mismo niño y no de la relación que existe con quienes lo rodean.

Es posible que dentro de la familia existan situaciones que no se han resuelto o que no se han hablado o explicado de la mejor manera a los niños y estos las perciban pero no logren comprenderlas, lo que facilita el surgimiento de un síntoma a manera de denuncia, de que hay algo ahí que no se ha comprendido o que esta generando incomodidad en el niño.

Las circunstancias en las que el niño nace propician que ese niño se viva como síntoma o no. Un ejemplo de esto pueden ser los padres que creen que tener un hijo es la solución a sus problemas. Mientras que lo que realmente pasa es que se le deposita a ese niño toda la responsabilidad de reparar la relación que ya estaba rota antes de que el siquiera llegara. Es posible que el niño no este enterado de eso, sin embargo la carga y la responsabilidad si las percibe y esto puede enfermarle al no saber que es lo que se espera de él y si es que lo sabe, el no poder cumplirlo también lo puede llevar a generar síntomas.

Puede también el hijo síntoma estarse defendiendo de la agresión que los padres están ejerciendo sobre él. Por ejemplo la agresividad o el rechazo hacia los padres puede ser una manera de buscar su independencia a causa de la sobreprotección.

Estos son algunos de los síntomas que podemos observar en ellos:

  • Alteraciones en el estado de ánimo.

  • Ansiedad

  • Depresión.

  • Necesidad excesiva de atención y aceptación.

  • Alergias.

  • Bajo rendimiento académico.

  • Acoso escolar o Bullying (tanto víctima como victimario).

  • Enuresis.

  • Encopresis.

  • Dificultades para concentrarse.

  • Conductas que no coinciden con su edad.

  • Agresividad.

  • Autolesiones.

  • Estrés.

Si detectamos alguno de estos síntomas en nuestros hijos o en nosotros mismos es muy importante acudir a un proceso psicoterapéutico en donde se involucre tanto a los padres como a los hijos, ya que para lograr una mejoría es necesaria la participación de todos.

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