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Artículos sobre Ayuda Psicológica

  • 4 mar 2021
  • 3 Min. de lectura

La #saludmental durante la #pandemia, se ha visto afectada no solamente por el miedo que representa enfrentarnos a lo desconocido, sino también por la situación de confinamiento y la forma en que se han visto vulneradas nuestras relaciones sociales desde el comienzo de la enfermedad.


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COVID 19


A un año de distancia de que el primer caso de #COVID fue diagnosticado en México, la incertidumbre continúa y nos enfrenta a dificultades emocionales que pueden ir desde cuestiones individuales que despertaron o se hicieron más fuertes durante este periodo, hasta afectaciónes en nuestras relaciones íntimas, con nuestra #pareja, #familia, #amigos, #trabajo, etc. surge entonces la necesidad de preguntarnos cómo estamos en cuánto a nuestra #saludmental y sobre todo qué podemos hacer si es que alguna de estas situaciones se nos está saliendo de control.


La ciudad de México abrió un programa emergente de atención ciudadana enfocado en la #saludmental y en su cuidado, a través del Consejo Ciudadano De la ciudad de México, se puso a disposición de la sociedad un teléfono, el 55 55 33 55 33, mediante el cual la ciudadanía puede comunicarse en caso de presentar alguna emergencia de tipo psicológica, ya sea desde la necesidad de contención por alguna #crisisdeangustia, hasta la intención o la ideación de un #suicidio. A su vez se activó en el mismo número el llamado Chat de confianza mediante el cual las personas pueden ponerse en contacto con profesionales de la #psicología a través de WhatsApp.


El mes pasado se realizó la presentación de los datos que se adquirieron en el transcurso de la #pandemia, y es de llamar la atención la cantidad de llamadas y mensajes de la población que buscaba apoyo en cuanto temas de la #saludmental. Durante el 2020 y enero de 2021 se atendieron 35,357 llamadas. Dentro de los principales problemas emocionales que enfrentaban las personas encontramos en primer lugar la ruptura de la #pareja o problemas en la misma, seguido de contención por #crisisdeansiedad, posteriormente encontramos los problemas familiares, la #depresión y finalmente la fatiga pandemica.


El 65% de las llamadas fueron realizadas por mujeres, mientras que el 35% de ellas las realizaron hombres. Esto sigue siendo una señal de cómo nuestra cultura enseña a los hombres a guardar más sus #sentimientos.



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linea de ayuda

A pesar de que es un programa que inició siendo focalizado en la ciudad de México, resultó sorprendente la cantidad de personas qué llamaban de otros estados de la República, estando en los primeros lugares Jalisco, nuevo León, Guanajuato, A Veracruz y Puebla. Así como llamadas internacionales provenientes principalmente De Colombia, Perú, Estados Unidos y Argentina.


Por otro lado, el riesgo de cometer #suicidio ha sido otro de los principales problemas de las personas que acuden a solicitar auxilio porque temen por su #saludmental, en el periodo antes mencionado se atendieron más de 5000 llamadas de hombres y mujeres que consideraban el #suicidio. Las principales razones por las que decían estar ya desesperados era en primer lugar por una sensación constante de desesperanza, Seguido de los problemas familiares, los problemas en #pareja y la #depresión.


La #violencia también es otro tema que aumentó considerablemente desde el brote de la #pandemia. Ésta es llevada cabo principalmente por el cónyuge, concubino, o ex pareja en el caso de las mujeres y y en primer lugar por los hijos en el caso de los #adultosmayores. En el caso de la violencia ejercida hacia niños y niñas el 48% reportaba haber sido agredido por su madre Mientras que el 23% aseguraba haber recibido la agresión por parte de su padre, el resto de las llamadas se negaron a contestar a esta pregunta.


Del número de personas que solicitaron ingresar a una terapia el 48% de ellos fueron mujeres contra un 22% de hombres, y el rango de edad con mayor porcentaje de solicitud fue el de entre 31 y 61 años.


La #saludmental en México sigue siendo uno de los temas qué ha quedado pendiente tanto para los diferentes gobiernos que hemos tenido como para el personal de la sociedad civil quienes ven, o consideran que la salud mental no es una prioridad. Desafortunadamente así como la #pandemia nos encontró con un pobre sistema de salud en todo el país, también no se encontró con pocos recursos para el tratamiento de la salud mental.


Ésta línea de ayuda es solamente un ejemplo de lo que se puede hacer mediante los primeros auxilios psicológicos, esto es, la atención y contención de casos emergentes o en crisis en donde recibir este tipo de ayuda puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte de una persona.

 
 
 

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Los espacios familiares son de suma importancia.

¿Cómo tomar distancia? ¿Cómo sostener la realidad #familiar cuando se encuentra en constante presencia? ¿Cómo seguir la cuarentena? Dudas que se presentan de forma emergente en muchas personas durante los recientes eventos que nos han obligado a mantenernos en casa el mayor tiempo posible.

Si bien es cierto que la interacción familiar (entendamos “familiar” no como lo consanguíneo, sino como lo cercano, como lo más íntimo que se puede expresar con compañeros de casa, pareja, amigos, familiares, etc.) es importante para cualquier persona, también habrá que admitir que puede llegar a volverse difícil sostener dicha interacción, pero ¿Por qué? habrá que entender esta “realidad familiar” como lo entendía Freud, una dupla que consta de un objeto (utilizare el nombre menos conceptual de figura, en el cual cualquier persona puede embonar con un rol especifico como el de pareja, amigo, padre, madre, etc.) y de un afecto (aquí lo llamare sentimiento o emoción, que es lo que sentimos por la figura en específico). Esta realidad familiar se ve permeada por una suerte de energía psíquica que determinara la relación entre figura y emoción. En Freud esta energía se conceptualiza como pulsión, pero ¿Cómo verlo en nuestra vida cotidiana? Propongo verlo en términos espaciales, en términos de distancia.

La distancia la entenderemos en dos sentidos; en un sentido físico y en un sentido psíquico. Es pues la distancia física ese espacio que podríamos denominar como “nuestro”, ajeno a toda “intrusión” externa de terceros. Es ese lugar (tiempo y espacio) para nosotros en donde podemos estar a solas y darnos nuestro tiempo para poder volver posteriormente a esta “realidad familiar”. La distancia psíquica puede ser entendida como ese momento de “paz mental” en donde evitamos preocuparnos/estresarnos por situaciones cotidianas, propias de la “realidad familiar”. Son estos dos rasgos los que posibilitan un óptimo equilibrio mental. A propósito de la distancia, hay un ejemplo conocido del propio Freud, el famoso Fort Da, en donde un pequeño familiar de Freud jugaba a arrojar un juguete y regresarlo con un pequeño cordón atado, en donde se jugaba el vaivén simbólico de la ausencia-presencia. Es pues esta distancia el equivalente maduro (neurótico, dirían algunos) de esta reminiscencia infantil, este juego de “estira y afloja” que permite que la realidad familiar pueda ser sostenida por la persona.

¿Qué sucede cuando una situación cotidiana nos sobrepasa y nos sentimos estresados o angustiados? Tomamos distancia de esta situación, ya sea realizando una actividad recreativa o pensando en cualquier otra cosa que no nos cause estas reacciones aversivas. Una vez que nos sentimos equilibrados o recargados (este uso de una palabra energética, no es gratuito) podemos volver a la realidad que nos es familiar, volver a la cotidianidad.


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Pasatiempos o actividades extras en individual son necesarias

En la actualidad, es el #trabajo, el estudio, las actividades recreativas lo que ayuda a que una persona pueda tomar distancia de su realidad familiar, a tomar distancia de sus lazos afectivos, pero ¿Qué sucede cuando se anulan estos desfases de distancia? ¿Qué pasa cuando no puedes tomas distancia de esta forma? Es pues este el escenario contemporáneo de una pandemia mundial y medidas sanitarias de confinamiento lo que complejizan tomar distancia de esta realidad familiar.

No es fortuito que se incrementen los casos de ansiedad debido a la cuarentena, en donde las personas no pueden tomar distancia de su realidad familiar por el confinamiento. Se vuelve una situación tensa entre los miembros de un mismo espacio físico cuando hay constante interacción entre ellos sin los espacios de distancia (afectiva-espacial) necesaria. Las peleas familiares se vuelven más constante, los desacuerdos con los roomies, las tensiones con la pareja, etc.

Pero ¿Qué se puede hacer? La apuesta seria la construcción de un espacio que ayude a tomar distancia. Muchos psicoterapeutas recomiendan el “time out” que consta de tomarse un tiempo fuera para evitar la angustia de una situación dada, para posteriormente volver a ella y resolverla. Otros recomiendan el uso de un diario que ayuda a crear una narrativa de esas tensiones de la realidad familiar que ayudan a la creación de una distancia (una distancia a través de la palabra escrita). Por mi parte recomiendo el reconocimiento de esta ausencia de distancia dentro de la realidad familiar, que posteriormente permitirá pensar la distancia en sí misma, porque para poder tomar distancia primero hay que saber en dónde estamos parados. El espacio de reflexión es también un espacio posible para poder tomar distancia de los demás, pero no para alejarnos, sino para poder volver con ellos.


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Psic. Gabriel Chávez Sánchez

Psicólogo de niños, adolescentes y adultos

Asociación Libres - Psicólogos en Guadalajara

 
 
 
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