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Artículos sobre Ayuda Psicológica

  • 24 mar 2022
  • 3 Min. de lectura

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Hablar de #feminismo en nuestro país tiene diferentes matices, muchos reconocen la importancia de la desigualdad violenta y la urgencia de actuar frente a la crisis de género, para otros el feminismo es referente de rebeldía o inconformidad, por otro lado, están los que consideran el movimiento una exageración innecesaria, una medida alarmista para intentar llamar la atención. De diferentes maneras y con distintos impactos, el feminismo genera reacciones y nos alcanza a tocar en lo cotidiano y lo personal. Próximos al #8DeMarzo, fecha que conmemora la reivindicación de la mujer en la sociedad y la validación de sus derechos humanos, abordaremos la relación de la incomodidad con el feminismo, revisando los alcances e influencias en su práctica actual en la búsqueda de escenarios equitativos e igualitarios.


Pareciera que la propia palabra ya de entrada molestara, como sí al escuchar "feminismo" dentro de una conversación, se incomodara el ambiente de dialogo, así como con otros términos relacionados, al hablar de géneros, feminicidios o misoginia. ¿Por qué molesta tanto el feminismo? ¿Será que refleja esta realidad cómo si no hubiera forma de evadirlo? El feminismo incomoda porque cuestiona una serie de particularidades que nos constituyen como personas: las costumbres, las creencias, la identidad, la educación. Es cansado. Pero además de cansado, es necesario. El feminismo representa una confrontación en las dinámicas de poder, las estructuras que mantienen las condiciones de vida desiguales en las que vivimos, invita a reconocer, comprender y debatir estos modelos, y la invitación no es amigable, es una exigencia. Buscar la garantía de derechos humanos para las mujeres no es una opinión en la que se está de acuerdo o no, es lo legitimo.



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Hablar de feminismo no es sencillo pues en la búsqueda de cambios, se perciben afectados los intereses de los que son mayoritariamente privilegiados de mantener estas pautas. Para algunos hombres esto ha significado cuestionar lo que aparentaría como normativo, desde los beneficios y oportunidades hasta las mismas presiones a las que son impuestos. Esto es desmontar distintos escenarios que parecían inalterables para pensar si como hombre ejerzo o permito actos que violenten y vulneren u obtengo ventajas de estos modelos. Realizar este ejercicio claro que va causar incomodidad, implica asumir los fallos que se ignoraban, conlleva sentirse amenazados, juzgados o avergonzados. La incapacidad para elaborar este análisis podría tener diversas procedencias, entre perpetuar prejuicios, actuar las inseguridades, más un factor de gran peso tiene que ver con la dificultad para empatizar con vivencias a las que no se han enfrentado.


Decir que el feminismo incomoda solo a los hombres, sería falso e injusto. Para las mujeres el feminismo confronta la forma en la que se perciben en el día a día: cuestiona los gustos, las preferencias, la manera en la que aman y se relacionan afectivamente, interpela las razones por las que parecieran competir entre sí, analiza sus prioridades al momento de elegir y tomar decisiones, hasta la propia forma en la que se reconoce y valida ser mujer. El feminismo encara cuando estas conductas que tanto dominan, son repetidas entre sí. Reconocerse como mujer que replica las agresiones y restricciones que asechan a diario, regresa la imagen a forma de espejo con el recordatorio incomodo de que también sé es ignorante y en constante proceso de aprendizaje.


El movimiento no pretende educar personas o adoctrinarlas, demanda oportunidades para generar interés, resonar internamente en un conflicto social que nos compete a todos. Probablemente no todos los espacios serán los más convenientes para desarrollar un dialogo acerca de estos temas, es importante distinguir cuales son los mejores momentos para no desgastarse ni tratar de lidiar con ojos que no pretenden ver. Cuestionar las causas personales por las que se decide desarrollar estos diálogos, es necesario para distinguir el móvil detrás de la causa. Sí encontramos que el feminismo nos es incómodo entonces se requiere pensar por igual, en las maneras particulares para gestionar esa incomodidad en lo colectivo y lo personal.



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Psicóloga Estefany Hernández

Atención psicológica a Adolescente y Adultos

Asociación Libre - Psicólogos en Guadalajara

 
 
 
  • 20 ene 2022
  • 3 Min. de lectura

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Sexting de forma segura

Las formas de relacionarse han evolucionado de la misma manera en la que han evolucionado las formas de comunicar, tratando de encontrar alternativas para sentir el contacto sin importar el tipo de vínculo o la distancia, el #sexting es cada vez más empleado como una manera de intimar entre personas desde diferentes contextos. Está opción de comunicación mediada por la tecnología permite posibilidades diversas, necesarias de entender para llevarla a la práctica de forma consciente y responsable. ¿Por qué es polemizada está elección? ¿Cuáles son sus implicaciones? ¿Es posible realizar sexting de forma segura? Desestigmatizar este tipo de prácticas favorece el aprendizaje del #autocuidado desde el punto del conocimiento, en lugar de la restricción que suele generar culpa.

Para dar contexto acerca de este término, se requiere clarificar ¿Qué es el sexting? Es una práctica que consiste en compartir texto, imágenes o videos de contenido erótico personal a través de medios digitales entre personas que voluntariamente consienten este intercambio como parte de su actividad sexual. Con el avance de los teléfonos inteligentes este formato ha evolucionado, desde las fotografías llamadas "nudes" a historias elaboradas o audios descriptivos, la creatividad y la imaginación es el límite. Es a través de la #tecnología que se encuentran las opciones más inmediatas y accesibles de #comunicación, por lo que emplearla para el sexting abre muchas posibilidades desde diferentes ángulos, hablemos inicialmente de las relacionadas con los aspectos favorables de la práctica.

Una de las posibilidades es encontrar formas de relacionarse cuando en el plano presencial se ve imposibilitado, en el que no es posible vivir la sexualidad de forma física descubriendo el contacto a través de la distancia, como en casos de limitaciones por la ubicación, en disidencias de orientación sexual o el contexto actual de pandemia. Por otro lado, es una manera en la que se puede explorar la autopercepción del cuerpo, reconociendo partes que no son tan observadas, descubriendo aspectos del cuerpo desde una apreciación diferente. En otro escenario, la #sexualidad en pareja se diversifica mediante el sexting, puede ser una manera de acercarse a la intimidad desde lo que se comparten o lo que ya se practica, no como un sustituto del sexo, sino como un acompañamiento para agregarle un extra a la vida sexual en pareja.



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Sexting como parte de la expresión de la sexualidad

Por su parte, es necesario considerar los perjuicios posibles de la práctica, siendo una de las más importantes la probabilidad de filtración de este contenido, distinguiendo las diferencias del efecto posterior a la filtración para una mujer y para un hombre, generando en el caso de las mujeres castigo social y culpabilidad como lo más inmediato. Otra posibilidad es que el sexting sea llevado a la práctica como una imposición u obligación, es indispensable entender las formas en las que es desarrollado de forma libre. El sexting es un ejercicio de la sexualidad consensuado, una posibilidad a espacios de juego compartido e intimidad. Presionar o coaccionar desde el chantaje o la manipulación para que alguien comparta este tipo de contenido es violento, así como ejercer culpa por desear practicarlo o no querer hacerlo. Al igual que en otras prácticas sexuales, que se tenga la opción disponible no implica que se deban de realizar.


Al tener los aspectos anteriores en claridad, planteemos las formas en las que se practica el sexting priorizando la empatía y el respeto. Los siguientes son puntos a considerar para llevarlo a cabo teniendo presente la idea de minimizar riesgos y de tener en mente al otro:


- Así como en cualquier otro tipo de acuerdo, la comunicación es crucial para llegar al consenso acerca de lo que se quiere, lo que no se quiere, encontrando puntos intermedios para ambas partes.

- Dentro de estos acuerdos pueden incluirse asuntos como si se debe borrar el contenido, si es posible guardarlo, y sí es así, por cuanto tiempo, de qué forma se puede almacenar o si existe la opción de que otra persona lo pueda ver.

- Tener en mente de qué manera va a recibir el mensaje la otra persona, preguntar si se encuentra en disposición o en un contexto adecuado antes de enviar.

- Utilizar aplicaciones seguras con encriptación de mensajes, que brinden la opción de autodestruir lo compartido o que no permitan el almacenamiento de contenido como Telegram o Snapchat.

- Tomar contenido que resguarde la identidad, puede ser cubriendo elementos propios del cuerpo o del espacio, así como borrar metadatos del contenido como lugar, hora o dispositivo con el que se tomó.

- La más importante, no hay sexting seguro sin #consentimiento.


#Sextear es una práctica cada vez más presente en la forma de interactuar y relacionarse entre personas de diferentes edades, es por ello la importancia de que la practica sea tomada como una decisión libre, informada y sin precipitaciones. Saber que así como existen posibilidades de riesgo, también hay estrategias para hacerlo de manera más responsable y segura.



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Psicóloga Estefany Hernández

Atención Psicológica para Adolescentes y Adultos

Asociación Libre - Psicólogos en Guadalajara

 
 
 
  • 9 dic 2021
  • 3 Min. de lectura

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Cuidado con las señales de alerta o redflags

Hace poco la tendencia en redes sociales acerca de las #redflags tomo impulso para señalar aquellas conductas, gustos o hábitos que podrían ser indicios de #alarma en una persona, como una conjunción de signos preventivos de que podría ser desfavorable relacionarse con alguien. Se habla de ellas como una especie de previsión, así como las banderas rojas que se encuentran alrededor de un camino peligroso o en construcción para alertar a las personas del cuidado al transitar, el termino hace referencia a los riesgos a los que hay que estar alertas para identificar si son un #peligro eventual en una relación. Es un concepto que puede ser utilizado en diferentes tipos de vínculos desde relaciones familiares, de amistad, sexoafectivas o laborales, y aunque se impulsaron con un tono divertido entre memes y bromas, la realidad es que las red flags pueden tanto encasillar comportamientos como pueden ayudar a reconocer personas perjudiciales o con ideales opuestos a los personales.


Mientras que para algunos identificar que una persona es desorganizada o impuntual puede pasar como algo sin mucha relevancia, para otros esto puede ser una señal acerca de la manera en la que dirige su vida en general, pues lo que para ciertas personas es un problema para otros puede no ser así, entonces ¿Qué es lo que hace a una conducta una red flag? Sin importar el tipo de relación, la interacción entre dos personas conlleva un proceso de ajuste mutuo, se puede dar entre comportamientos que son molestos para la otra parte de la relación, por ejemplo, una negociación puede apoyar a lidiar con rasgos incomodos que son hasta cierto punto tolerables, sin embargo hay puntos personales con los que no hay medida de acuerdo. La clave particular es la claridad que se tenga acerca de estos puntos que son innegociables y de que tan importante o intensa sea la diferencia de pensamiento, hay ideologías personales con las que no hay lugar a debate acerca de que tanto se puede dejar de pensar de cierta manera, como integrar movimientos sociales o la religión que se profesa, pues son convicciones particulares que marcan la identidad.



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No normalicemos o romanicemos las conductas violentas.

Identificar que comportamientos no pueden ser tolerados tiene que ver con atender esa sensación interna de que algo no está marchando bien, de que esa persona genera sensaciones confusas. Sí por mucho tiempo se normalizaron conductas #violentas en las relaciones personales, atender a esta señal interna puede ser complicado de percibir. Viralizar el tema de las red flags ayuda a #visibilizar este tipo de conductas invalidas que para algunas personas puede ser más difícil de leer. Es común que después de terminar relaciones conflictivas exista culpa por no haber podido detectar antes las señales de que ese vínculo no era sano, sin embargo en el momento en el que se establecen esas relaciones, influyen diferentes circunstancias y contextos que son diferentes a los que la experiencia ha dejado, ayudando a percibirlo de forma diferente. La sensación de culpa puede llegar a bloquear el aprendizaje y la toma de acciones de autocuidado, el acompañamiento de un #terapeuta puede apoyar a hacer más visibles estas señales ocultas, para aprender nuevas formas de relacionarse.


Por otro lado, la tendencia en redes sociales llega a encasillar algunos comportamientos, evitando que se nombren esas conductas molestas que tienen opción de ser dialogadas, uno de los principales recursos para desarrollar puntos de encuentro. La predisposición a la conducta del otro hace desechable el vínculo y es un obstáculo para identificar qué es eso que causa #malestar. Diferenciar entre una señal de advertencia y una señal de desafío no es sencillo y es un trabajo constante de autoconocimiento de límites en las relaciones afectivas. Es importante estar atentos de los puntos en los que se cede de manera incondicional, y de cuando se hacen esperando algo equitativo a cambio, pues la espera de compensación pesa sobre la relación.


Ser conscientes de lo que gusta y disgusta en una relación y como eso puede ir variando con el tiempo y de una relación a otra, reconocer las propias red flags que se prenden al relacionarse afectivamente con una persona y hablar sobre todo ello exponiendo esa parte interna, son diferentes formas de afirmarse de manera satisfactoria y sana dentro de un vínculo.




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Psic. Estefany Hernández

Atención psicológica a niños, adolescentes y adultos.

Asociación Libre - Psicólogos en Guadalajara



 
 
 
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