top of page

Artículos sobre Ayuda Psicológica

  • 13 may 2021
  • 3 Min. de lectura

A manera de observación personal, me he dado cuenta que muchos de los casos que llegan actualmente a la consulta han vivenciado o experimentado un ataque de pánico, o incluso eso es lo que les hace acercarse a una consulta psicológica ya sea por cuenta propia o por indicaciones médicas, pues regularmente los pacientes, bajo una lógica de hechos, recurren al médico general, pues como es sabido un ataque de pánico se manifiesta mayormente de forma física. Quienes los han vivido y lo que se ha registrado de esta afección es que se experimenta la dificultad para respirar, hiperventilación, palpitaciones altas, mareos, dolor o molestia en el pecho o tórax; todo esto desde una lectura física, además aquello subjetivo como, temor a morir o desaparecer, necesidad de huir o salir corriendo, sensación de despersonalización.


Los ataques de pánico suelen experimentarse sin que propiamente este asociado a un detonante externo, como una acción o situación cotidiana. Aparecen súbitamente y de golpe, tal condición genera para quién los vive una enorme ansiedad, pues puede aparecer en cualquier momento, generando algunas otras condiciones como: inseguridades, ansiedad social, agorafobia (temor a espacios abiertos o descubiertos), entre otras.


Ésta afección se puede abordar desde distintas disciplinas, tanto corrientes psicológicas como desde la psiquiatría. Desde la corriente psicoanalítica se entiende que la persona no puede metabolizar un afecto desde la psique, y ésta es expresada a manera de descarga en el cuerpo, dando lugar solo a la sensación de muerte o angustia. El trabajo analítico permite en un primer momento manifestar desde las palabras la angustia que un ataque de pánico deja, dando lugar a ahondar sobre los contenidos más inconscientes del paciente, que en muchos de los casos posibilita una relación distinta tanto con el síntoma (ataque de pánico), como con los detonantes que lo causan, vivenciándolo de forma distinta. Una de las tareas analíticas es acompañar al paciente para ayudarle a metabolizar y digerir las experiencias internas que le abruman y que generan el ataque de pánico.


Sí bien es importante mencionar que una psicoterapia psicoanalítica regularmente es un proceso de largo plazo, hay que tener en cuenta que cada persona afronta los síntomas o sus padecimientos de maneras muy distintas a pesar de que sean muy similares las manifestaciones; además que se busca desde un inicio que la persona pueda localizar las causas o fuentes de angustia, que genere un sentimiento de control frente al síntoma, que pueda ser capaz de tener previsibilidad de los posibles detonantes o de la misma experiencia de ataque, además de propiciar sentido de consciencia de los recursos psíquicos con los que cuenta el paciente para enfrentar la angustia.


Conforme pasa el tiempo, vamos vivenciando una constante aceleración, todo se vuelve más rápido y no somos capaces (y no habría porque serlos) de estar a la par de esa aceleración, sin embargo va generando estragos en nuestra manera de relacionarnos con el mundo y con lo que habita en él, los espacios analíticos se vuelven espacios subversivos, espacios de desaceleración con apuestas a la creación de ritmos distintos; dando lugar a la angustia y ansiedades (elementos principales de los ataques de pánico), y a otras muchas manifestaciones de dolencias humanas. Todo ejercicio de autoconocimiento y reflexión propicia una relación, incluso lo llamaría apropiación, del cuerpo físico y sobre los contenidos psíquicos.


 
 
 

Actualizado: 6 jul 2021


ree
Mujer y lo femenino

Simón de Beuvoir, en el libro El segundo sexo utiliza la frase: “no se nace #mujer, se llega a serlo (2012)”. En este libro elabora una conceptualización de la #feminidad por medio de un análisis histórico, político, económico y social respecto a los significantes que giran alrededor de la figura femenina desde épocas prehistóricas. El concepto “devenir mujer” para #Beauvoir es el camino que la sociedad plantea y por el cual una mujer atraviesa para poder afirmarse en su feminidad. De aquí la especificidad de que no se nace, se llega a ser, el devenir es producto de una construcción social ya determinada en base a significantes establecidos Beauvoir (2012). A lo largo de la historia la significación de ser mujer o varón se agota en lo anatómico, sin embargo comprender la diferenciación sexual desde esta perspectiva deja el problema en las mismas condiciones.

Ésta interrogante aparece producto de la escucha de las pacientes y la insistencia en su discurso sobre las referencias a los avatares que la sociedad impone a los estatutos de ser mujer, principalmente en forma de quejas y reproches dirigidas ésta.

También en la recurrencia de casos de pacientes en que la #maternidad es vivida de forma conflictiva y provoca malestar, por conflictos asociados al embarazo, al nacimiento y al crecimiento de los hijos y por último, en diversas formas de padecer que presentan las pacientes y que implican cuestionamientos respecto a su identidad sus lazos afectivos y de lo #femenino. En estos casos el reproche no se encuentra dirigido a la referencia de la madre, no es a la #madre propiamente, ni a la maternidad, se trata más bien de un padecer que remite a la concepción freudiana de la feminidad que no agota los posibles caminos hacia el devenir mujer.


ree
Lo femenino y la modernidad

Serán estas referencias a ser madre, este malestar asociado a la maternidad y estas formas de padecer los vínculos que las conducen a interrogar desde la experiencia clínica la articulación de los caminos que conlleva lo femenino en la teoría psicoanalítica.

El enigma de la feminidad, aun nos alcanza en la contemporaneidad y pareciera que brinda precisamente en esta época la posibilidad de cuestionar lo femenino tanto en un plano social como psíquico.

#Freud presenta la feminidad como un devenir y no como un ser (1931), esto quiere decir que al menos en el plano psíquico la niña deviene mujer por lo cual para comprender la feminidad y lo que engloba antes tendríamos que comprender los caminos que una niña tiene que transitar para llegar a ser mujer. Para definir este camino, el psicoanálisis tiene un recorrido ya estableido que vale la pena revisar.


#Lacan expone en el seminario Aun (1972-1973) que la mujer no existe, si esta no existe…entonces ¿tendría que inventarse?. La propuesta de las nuevas aportaciones del psicoanálisis contemporáneo al tema de la feminidad apuntan a cuestionar tanto a nivel social y psíquico lo femenino, es decir, el rol de la mujer y como este se ha trasformado por las exigencias económicas y políticas, así como la vivencia psíquica del significante de ser mujer.

El psicoanálisis clásico en su estudio de la feminidad determinó que el camino para devenir mujer se compone de tres variantes, podría decirse de tres caminos para acceder la feminidad, sin embargo las tres vías que propuso Freud rayan en los síntomas neuróticos y específicamente en la mayoría de las recurrencias de la histeria.


ree
Devenir mujer en psicoanálisis

Por otro lado, Lacan refiere que la mujer no es la histeria (1972-1973), es decir la feminidad no está representada por la neurosis, avanza un poco más que Freud, proponiendo que la mujer tiene otro tipo de goce que se aleja del significante fálico debido a no tener un signo que la inscriba, por lo cual no existe. No habla de “La mujer” sino de “Una mujer” equiparando el devenir femenino con la práctica del psicoanálisis “caso por caso” y dándole peso a la particularidad de cada sujeto sea femenino o masculino, por lo anterior antes mencionado me pregunto. ¿De qué manera influye el dispositivo psicoanalítico en el proceso de acompañamiento para devenir en Una mujer?

Cuando una mujer llega al consultorio y se cuestiona por su feminidad y el camino que ha recorrido para alcanzar su “ser mujer” es porque aún no ha encontrado el significante que la defina en el plano psíquico, ¿Qué puede hacer la clínica psicoanalítica ante esta condición?

El devenir mujer, es el recorrido que habrá que hacerse para encontrar un significante que se inscriba como signo de la feminidad ¿qué inferencia podría tener el dispositivo psicoanalítico o la vivencia de la experiencia del psicoanálisis en el descubrimiento de este signo que inscriba la feminidad?

Lacan dice que la mujer no existe. Si la mujer no existe entonces ¿podría inventarse? Y si así fuera ¿una experiencia analítica podría dar lugar a esa invención?



Bibliografía.

· Jacques Lacan. (1958-1959). El deseo y su interpretación. Seminario 6. Argentina: Paidós.

· Jacques Lacan. (1972-1973). Aun. Seminario 20. Argentina: Paidós.

· Beauvoir, Simone. (2012) “El segundo sexo”. Argentina. Edit. De bolsillo.

· Freud Sigmund (1931) “Sobre la sexualidad femenina” Vol XXI Editorial: Amorrortu Barcelona.

· Freud Sigmund (1924) “El sepultamiento del complejo de Edipo” Vol XIX Editorial: Amorrortu Barcelona.

· Freud Sigmund (1924) “algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos” Vol XIX Editorial: Amorrortu Barcelona.

· Freud Sigmund (1932-1936) “Conferencia sobre la feminidad” Vol XXII Editorial: Amorrortu Barcelona.

· Karen Horney. (1990) “Psicología femenina” Edit. Alianza. Madrid.


 
 
 
  • 29 abr 2021
  • 3 Min. de lectura

ree
Tener pareja en la modernidad es un reto.

En una ocasión una terapeuta me comentó durante una conversación acerca de relaciones de pareja, una frase que se quedó en mí de forma significativa: "no hay vínculo sin riesgo". Y es que vincularnos emocionalmente con otra persona nos expone #vulnerables, entre el rechazo, la falta de garantías reciprocas, la incertidumbre o la vergüenza, existen diferentes formas en las que la vulnerabilidad se hace presente en pareja. Mostrarse o ser vulnerable suele ser señalado como algo indeseable, algo que se pretende no sea visto por otros, a pesar de ello y de forma paradójica, es la misma vulnerabilidad la que posibilita entrar en contacto con vínculos humanos satisfactorios y significativos.


¿Será que existe algo en las personas que si otros saben o ven de ellos no los hará merecedores de un vínculo? Está idea social de la vulnerabilidad asociada a la debilidad, refuerza el pensamiento de que, para ser suficientemente buenos, la parte vulnerable necesita ser ocultada, disimulada ante los demás para ser dignos de ser vistos. Sin embargo, cuanto menos #auténticos nos relacionamos menos probabilidades tenemos de acercarnos a relaciones humanas #genuinas, por lo que para ser vistos, necesitamos dejarnos ver.



ree
Parejas saludables y afectivamente responsables.

Al entender como inherente la parte vulnerable de nuestra persona, se puede dar paso a la #introspección para cuestionarse, ¿Qué es eso que me hace sentir vulnerable? ¿Qué significa para mí la vulnerabilidad? Para responder, se requiere de la validación y tolerancia para que el entendimiento sea hacía la comprensión, pues resultaría ilusorio tener compasión por otros si hacía adentro nos vemos con indiferencia. Verse vulnerable en pareja no sólo implica poder relacionarnos con nuestra propia vulnerabilidad, implica también permitirse escuchar y acoger la vulnerabilidad del otro. Al no vernos con honestidad, corremos el riesgo de reproducir la evitación y el rechazo que se realiza individualmente.



La expresión y sentimiento de vulnerabilidad se experimenta de distinta forma entre hombres y mujeres, las normas y expectativas de la #cultura y la distinta educación que hemos recibido por #género, influyen en su manifestación. Mientras que para los hombres la expresión de vulnerabilidad no está consentida, son aspectos como el orgullo o el #machismo los que llegan a determinar su exteriorización. Para las mujeres en cambio, aunque el sentimiento y expresión de la vulnerabilidad tampoco este permitido de forma explícita, el entendimiento es con mayor empatía y es esperado que la gestión de las emociones sea llevada por sí mismas o en compañía de otras mujeres. En los contextos de pareja, la visión de la vulnerabilidad pone de relieve estas características distintas, si en suma colocamos habilidades carentes para la comunicación, nos encontramos con estados de incomprensión que mantienen la negación de la vulnerabilidad en los vínculos de pareja.



ree
Vulnerabilidad y vínculo en la pareja

Para transitar la vulnerabilidad es necesario entenderla como una exposición emocional, como la sensación de incertidumbre de mostrarnos sin certezas movidos por la valentía, reordenando así el sentido de la vulnerabilidad, de lo vergonzoso, lo incomodo o débil, hacía lo necesario, lo esencial para vivirnos auténticos para nosotros mismos y para los demás. El valor de renunciar al ideal de lo que debemos ser, para vernos y ser vistos como realmente somos es lo que permite verdaderas conexiones. Amarse y amar al otro como es, con la comprensión de la vulnerabilidad, constituye uno de los grandes #desafíos para las relaciones de pareja. Atender la #vulnerabilidad como la medida más precisa de valentía y consideración, nos permite dejarnos ver, nos permite creer que somos suficientes y merecedores de vínculos afectivos sanos y satisfactorios.


Sobre el autor:

ree


Psic. Estefany Hernández

Atención a niños, adolescentes y adultos

Asociación Libre - Psicólogos en Guadalajara

 
 
 
bottom of page