Una situación muy común en los padres que se separan es el miedo de destruir a los hijos durante el proceso de divorcio o separación.
Las fantasías alrededor de este fenómeno van desde que los hijos serán señalados por sus amigos, que perderán el rol masculino o femenino, que estarán resentidos con alguno de los padres (o ambos), la ilusión de formar una familia será destruida, que son los únicos afectados, etcétera. Además, la angustia de criar a un hijo en solitario, las adecuaciones económicas que surjan, el proceso legal de custodia, los sentimientos de culpa y las circunstancias particulares del caso, se suman a la realidad del divorcio. Muchas de estas ideas pueden terminar siendo una realidad y es por eso que es tan importante prestar especial atención a nuestra manera de proceder al respecto para poder ayudar a cada uno de nuestros hijos a elaborar la situación según su propia subjetividad.
En primer lugar, no se puede hacer a un lado el proceso personal de adaptación a la nueva etapa, el cual será distinto para cada persona, debido a que el divorcio se puede presentar en distintos momentos del proceso de ruptura, es decir, habrá quienes aún no lo hayan asimilado y habrá quienes ya tengan claro el porqué de la separación. Habrá quienes necesiten hablar más y quienes prefieran no compartirlo con terceros. Mientras más confusa sea la situación para uno mismo, más complicado será hablarlo con los hijos de una manera receptiva a sus necesidades. Por eso es importante darnos la oportunidad de pensarlo y vivirlo, para poder reconocer los momentos en los que necesitemos ayuda.
Una vez que como padre pueda comprender cómo se está afrontando la situación será más sencillo entender que, aunque no sea tan sencillo para los hijos comprender las razones, ellos entienden lo que ha ocurrido y que esto representa cambios en su vida. Es importante que ambos padres hablen con el hijo y que la historia que se comparta con ellos 1) sea una historia que coincida por ambas versiones y 2) no se mezcle con emociones de pareja respecto a la ruptura. Es importante no mentir debido a que esto aumenta la angustia en el hijo.
Por último, es importante ser sensibles a las necesidades reales de cada uno de los hijos, sus preocupaciones principales giran en torno al miedo de perder a alguno de sus padres y sentirse responsables de la separación. Cada hijo puede reaccionar de manera distinta y comprender lo que lleva al hijo a sentirse y reaccionar de esa manera puede hacer la diferencia para brindarle la ayuda necesaria.
Cada una de estas recomendaciones son muy generales y permiten tener una guía que oriente a los padres a poner atención a los factores que pueden llegar a afectar a los niños de una manera más significativa, para así poder tomar decisiones más conscientes al respecto. Es importante también, reconocer cuando la situación nos está rebasando y necesitamos orientación profesional al respecto.
No esperes a que pase mucho tiempo, si tienes alguna inquietud respecto a cómo esto está afectando a tus hijos acude a una sesión de valoración, no le hace daño a nadie.