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Artículos sobre Ayuda Psicológica

Actualizado: 8 mar 2020

  1. El VIH es el Virus de Inmunodeficiencia Humana que afecta directamente nuestro sistema inmune, el encargado de defender a nuestro cuerpo de las enfermedades.

  2. Actualmente uno de los mayores temores que existen respecto al VIH como una condición de vida es el estigma y autoestigma, es decir, todas esas ideas y prejuicios falsos al rededor del virus que pueden afectar directamente la manera en la que las personas se relacionan cuando escuchan el diagnóstico.

  3. Hace algunas décadas, el virus era desconocido en su forma de transmisión y manifestación sintomática, por lo que surgieron muchos mitos como una forma de cuidarse y defenderse del miedo.

  4. El VIH se transmite a través de fluidos como sangre, semen, secreciones vaginales y leche materna, los cuales deben entrar al fluido sanguíneo por una herida reciente, genitales, boca y ojos. Por lo tanto, no se transmite por besos o abrazos, lágrimas o sudor.

  5. VIH y SIDA no es lo mismo, el primero se refiere al virus que se puede adquirir y el segundo, al Síndrome (conjunto de síntomas) de Inmunodeficiencia Adquirida que se observa en una etapa avanzada y no tratada.

  6. Realizarse la prueba es una manera de prevenir el SIDA ya que una prueba rápida se encarga de detectar los anticuerpos hacia el VIH y de esta manera se puede comenzar un tratamiento.

  7. El tratamiento con antirretrovirales disminuye considerablemente la carga viral por lo cual una persona con buen apego a tratamiento puede vivir una vida normal.

  8. Los estigmas alrededor del VIH mayormente son provocados por la falta de información, por lo cual informarse puede salvar vidas y vínculos.

  9. Existen instituciones y asociaciones civiles dedicadas a la detección, tratamiento e información de la condición de VIH.



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Actualizado: 8 mar 2020

Ya pasó un año más y con él, 365 días y "oportunidades" de hacer las cosas diferentes. Muchos comienzan a tener sus preparativos para las festividades y otros (como yo) comenzamos a reprocharnos todos esos propósitos y sueños no cumplidos, nos invade la desesperanza, la culpa, la vergüenza y el desaliento.

Por mi mente pasa la pregunta "¿cómo cumplir mis metas?" y "¿cómo le hace la gente (obviamente la que cumple sus metas) para no perder el interés y cumplir SUS METAS?"... no tengo respuestas porque el malestar emocional y la pena por mí mismo es mayor.

"¿Qué son la metas y quién las pone?" o "¿cómo llegamos a elegir lo que es una meta para nosotros mismos?" El año pasado tenía como meta bajar algunos kilos y tener una vida más saludable. Supongo que lo cumplí, bajé algunos kilos en los primeros meses del año (kilos que después recuperé), y efectivamente mi estilo de vida es un poco más saludable, sin embargo sigo atrasado para lo que debería.

"Lo que debería"... "¿Por qué esa tiene que ser una meta para mí?", pensaba todas estas preguntas y llego a la conclusión apresurada de que algo debe estar mal para que no pueda cumplir mis metas, tal vez quien está mal soy yo. Tal vez no soy suficientemente bueno para vivir en esta época donde todos están cumpliendo sus sueños, aman su trabajo, tienen una hermosa familia, viajes, dinero, oportunidades y yo solamente me tomo fotografías intentando aparentar un avance que no existe, no estoy satisfecho, no me gusta mi vida, no me gusta lo que he hecho, las decisiones que he tomado y más que nada NO ME GUSTAN LOS RESULTADOS Y ESTOY CANSADO.


Los inicios y los finales traen consigo una gran dosis de auto-observación y evaluación y eso a veces puede llegar a abrumarnos. No únicamente los inicios de año, sino, los nuevos trabajos, las nuevas relaciones, los nuevos lugares y las nuevas oportunidades y cada vez que sucede vivimos un proceso de acomodación dentro de nosotros.


Un problema común es que hemos aprendido a tener miedo a los cierres o inicios, ya que únicamente en estos momentos aumenta la presión de voltear a verse a uno mismo y nos encontramos con juicios, expectativas, reproches y más.


El objetivo de este artículo no es deprimirte ni recordarte las ocasiones en las que tú u otros se han sentido miserables, sino de plantear una variable que tal vez no habías pensado anteriormente pero que si le pones atención podría ayudarte a responderte cómo cumplir tus metas este año.


La relación con nosotros mismos es algo que estamos acostumbrados a ignorar, ya que asumimos que es algo que está dado, que el amor propio se consigue de manera natural con el solo hecho de no dejar que lo malo me afecte en la vida, sin embargo, la manera en que nos tratamos va más allá de eso.


¿Te acuerdas de aquel amigo que tienes muchos meses o años sin ver y que cuando se vuelven a ver se siente raro, como si se hubieran distanciado o algo no estuviera bien? Pues eso puede llegar a pasarnos también en la relación con nosotros mismos.


Las mejores relaciones son aquellas a las que les damos un lugar en nuestra vida y nos esforzamos por cuidar y respetar.


Te invito a que el día de hoy notes esas metas no cumplidas y aquellas que has logrado y veas el papel que han jugado el amor propio, el autocuidado y el respeto a ti mismo.

Piénsalo, tal vez encuentres algunas respuestas desde ahí.



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Actualizado: 8 mar 2020

Al empezar todo esto me sentía solo, sin energía para hacer la más mínima cosa. Levantarme cada mañana para salir al mundo y enfrentar todo lo que me esperaba en el exterior era una tortura. Me dijeron varias personas que era depresión, que tenía que tener cuidado porque después de una separación, no solo se te rompe el corazón sino también te puedes perder a ti mismo, perder la cabeza en el proceso.


Antes de este momento pensé que la depresión era como un mito, algo que les da a las personas que son débiles y sobre todo, solitarias. Nunca he sido solitario, pero sí en ocasiones nervioso, ansioso e inseguro sobre todo cuando era adolescente.


Cuando estaba en la relación con mi ex (que difícil decirle aún ahora "ex") aún a pesar de los problemas, consideraba que era algo que toda relación tiene. Iba a todos lados, quería constantemente estar juntos y.... todo terminó.


No supe con exactitud qué me pasó, inicialmente comencé a conocer gente, salir e incluso tener relaciones ocasionales con otras personas, pero no podía dejar de querer saber qué estaba haciendo, cómo se sentía, con quién salía y sobre todo, me dolía profundamente ver la felicidad en la que vivía y paulatinamente caí en la tristeza, soledad y vacío en la que veía mi vida. Era una locura, obviamente algo estaba muy mal, yo sentía que no podía más.


Así llegó la depresión, sin aviso y sin yo saberlo, comenzó con la desesperación constante de contactar, de buscar, de reclamar, luego en el caer en cuenta de la locura que estaba haciendo, en las plática interminables, en el aislamiento, la falta de apetito y el insomnio. Comencé a faltar a todos lados, a no cumplir con mis promesas y a fallar en las tareas y proyectos que tenía.

Comencé a bajar de peso, a temblar y sudar, a salir y caer en excesos. No más diversión, sino necesidad y frustración.


Uno de mis mejores amigos me dijo que algo estaba pasando, en ese momento no le hice caso ¿quién se creía para decirme que debería de ir a un psicólogo? Jamás lo había necesitado y no iba a dejarme vencer por esta situación.


Al paso de los días la idea ya no fue tan alocada, por más que me esforzaba la depresión seguí ahí. Con vergüenza, derrota y un poco de escepticismo comencé a buscar ayuda profesional y aunque inicialmente me sentí desorientado y dudoso, me repetía que vale perder más la batalla que la guerra.


Me dijeron que tenía que utilizar mi "red de apoyo", nunca había pensado realmente que parte de mi familia, mis compañeros más cercanos y mis amigos pudieran ser consideras como un apoyo. Se supone que uno tiene que salir por su propia cuanta de la tristeza, de la depresión ¿no es así?

Comencé a evaluar realmente quieres eran mis personas de confianza y me di cuenta que algunos miembros de mi familia y amigos realmente no los conocía y por su forma de pensar o de expresarse no me generaban la confianza como para pedirles un favor de este calibre: salir al cine, ir a ver un partido a algún bar, incluso pedir ser acompañado a una fiesta familiar, ¿eso es algo que las personas normales hacen sin necesidad de apoyo no?


Me he sentido mejor, he comenzado a sentir menos el dolor, la depresión cede y aunque a veces regresa, no me siento solo.


No sé si comenzar a salir "formalmente" con alguien, sinceramente no creo hacerlo pronto, mis amigos dicen que la depresión me dejó una dolorosa enseñanza sobre mi mismo y que es que no lo puedo todo y que tengo el derecho también de estar triste, de sentirme mal y buscar mi bienestar.


Jamás pensé estar escribiendo algo así y menos a estas alturas de mi vida, pero aprendizaje es aprendizaje y no hay mejor maestra que la vida ¿no crees?



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