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Artículos sobre Ayuda Psicológica

Actualizado: 8 mar 2020


soledad adolescente

No una soledad que ellos busquen, si no una soledad que se siente si uno se detiene a observar. Se ve en la escuela, en las calles, en los diversos grupos, incluso en casa.


Los jóvenes están muy solos ya que es común que no se les escuche. No hay lugar para ellos en las calles, en la comunidad, en los parques; pareciera que su único lugar al que se les delega es a la escuela, otro espacio en el que muchas veces tampoco hay oídos atentos o formas de externar desacuerdos..


Están solos porque se les teme, se les ve en manada y provocan hastío, asco, desagrado: "ahí vienen los pubertos", "ay, esos adolescentes ruidosos", "que se cayen los chavitos". Y se les relega de los espacios comunes por no ser tolerados en su ruido, olor, apariencia y demanda.


Aparecen en las escuelas como tercos, flojos, que todo les da igual. No se ve al joven que pregunta, que busca buenos maestros, que cuestiona las reglas para entenderlas o porque les parecen injustas (y muchas veces tienen razón), no se les ve como personas que sienten cosas más allá de sus hormonas, que están confundidos por que el mundo en sí es confuso y no porque sean jóvenes.


Se les mira como "calenturientos", no como enamorados, como capaces de amar porque "¿Ellos que van a saber del amor?" se toma su cuerpo como un arma que puede dañar a los adultos o a sí mismo. Se les ve como una amenaza que hay que callar o de la que se tiene que huir.


Jóvenes solos con sus dudas, con adultos a su alrededor comportándose como niños. Con padres ocupados 24/7, con quienes hay que agendar una cita para hablar. Padres que interrogan y que no preguntan por conocerlos, si no sólo por saber. Jóvenes cuestionados en sus decisiones por un desconocido que se dice llamar adulto.


Chicos con cambios en su vida, su cuerpo, su gente. A la deriva. Apoyados en otros que están pasando por lo mismo y que, ante la duda comunal, se soportan. Voltean con esperanza de encontrar adultos acompañantes de su sentir, no inquisidores de su identidad, adultos que escuchen sin necesariamente tener una respuesta.


Pero, ¿qué problemas pueden surgir de esto? Primeramente, el atender este tipo de situaciones no sólo porque nos acarree problemas a los demás, si no porque es NUESTRA responsabilidad. Y claro, porque estos adolescentes son NUESTROS. Y no como una pertenencia, si no como parte de nuestra comunidad. El dejarlos solos es corroborarles el desamparo. Decirles entre líneas que definitivamente su sentir y sus vidas no nos significan nada, que hemos soltado la cuerda. Dejarlos solos con su crecer, sus dudas y sus confusiones es corroborarles que no hay mirada que los mire a ellos, que no son suficiente.


¿Qué le genera al adulto la vida de los jóvenes? Sin duda ANGUSTIA. Tal vez por no saber qué hacer, tal vez porque le asusta, tal vez porque le genera algo que todavía no tiene nombre.


Tal vez les genere un recuerdo. Un recuerdo de una adolescencia apelmazada. Una juventud que se pasó de largo o se vivió apresurada por tener que crecer ya que así tenía que ser.


A otros tal vez les genere envidia, porque ellos tienen más oportunidad de vivir cosas que yo ya no porque soy viejo, ya no me va.


Otros puede ser que simplemente esperen el momento de poder acercarse y tal vez no hacer nada más que quedarse y no desertar. Y eso ya es bastante.


Y así, los jóvenes solos, en estado abandonados, en una negligencia por no atenderlos. Donde hay que abrir espacios donde nos miremos y tal vez así podamos reconocernos.


Actualmente hay pocos espacios donde los adolescentes puedan estar o ser escuchados por los adultos a su alrededor.
soledad adolescente


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Actualizado: 8 mar 2020


Quiero ser madre, pero tengo miedo. Miedo porque se supone que debería de cumplir con las expectativas de “ser madre”: Dejar todo por mi hijo, sacrificar mi vida en todo momento, ser buena y bondadosa. Y es aterrador, ¿qué tal que no puedo lograrlo?


Volteo a ver a mi propia madre y recuerdo que ella se cansaba, que a veces se ocupaba, o incluso, que no quería hacer algunas cosas. Y ahí entraba mi papá a hacer relevo algunas veces, otras tantas decían que estaban cansados; y si, me imagino que ser padres no es nada sencillo.


Alrededor todos dicen que es una bendición, que es una etapa hermosa de la vida de toda mujer, etc, etc. Yo pienso que sí, pero también pienso en mi trabajo, en mi cuerpo, en mi pareja y en lo económico. No nada más es lo bonito, sino todo lo que eso conlleva. Supongo que si todos viéramos nada más lo difícil de la parentalidad nadie quisiera ser padre. Supongo que el deseo ayuda a aliviar un poco eso, supongo que uno aprende que cumplir lo que uno desea tiene un costo, y que a veces se va pagando poco a poco y otras veces de golpe.


Me da ilusión el embarazo, el cómo irá creciendo, los ecos, las visitas al doctor y demás. Pero también tengo dudas de los cambios en mi peso, de que todo vaya saliendo bien, me da miedo perder el cuerpo que tengo ahora, ¿ese se recupera? Tener un bebé deja marca y no estoy segura de que esa se quite.


Y es que nadie habla de eso, me parece que las madres tienen pocos espacios para quejarse. Si es común que se quejen de su pareja, de la casa, pero de los hijos de pronto parece como algo horroroso, como si nos convirtiéramos en “malas madres” nada más de pensar y añorar aquella vida que teníamos antes de encargar familia. Pero la realidad es que son cambios complejos de vivir, son cambios que forman duelos, y todo duelo lleva un dolor y una despedida.


Lo he hablado con mamá. Me dice que es normal sentirse así, que muy pocas hablan de lo mal que se sienten a veces o de los sentimientos encontrados en esta etapa. Me dice que las madres a veces se acostumbran a callar lo que sienten porque creen que con eso pueden lastimar, y no. Todo lo contrario, esos sentimientos pueden construir un vínculo.


Quisiera que mi hijo tenga a una madre que pueda ver llorar y reír, a una madre que reconozca cuando está cansada en lugar de hacer las cosas a la fuerza, que se siente a jugar, aunque no sepa, que lo regañe porque lo quiere y no que le compre todo para que no se enoje. Una madre que no lo sepa todo y que sepa preguntar o delegar a alguien que conozca la información. Una mamá que acepte sus errores para que también pueda aceptar los de él. Una madre que se cuestione sobre su vida, que imagine y dude, para que él también pueda dudar, una madre que lo comprenda en sus períodos difíciles porque ella ha podido salir de ellos, una mamá que cumpla por ella misma sus expectativas para que no se las encargue a su descendencia. En fin, una madre más humana y no de cartón. Una madre que lo ame por sobre todas las cosas porque ella sabe amarse igual, alguien que no le cobrará las renuncias que tuvo que hacer para tenerlo, en fin, una madre que se hace cargo de lo que desea y reconoce que madre e hijo pueden coexistir sin que uno de ellos desaparezca al otro.


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Actualizado: 8 mar 2020

Antes de tener internet ¿era mejor?


El #internet, #celulares, #tablets o computadoras son elementos de apoyo y de información y no son un peligro en si mismo para niños y adolescentes, sin embargo, también tiene consecuencias y #peligros como toda interacción. El fundamento de todas las acciones de riesgo o peligros a los que se puede enfrentar un #niño o #adolescente en internet es que hay una tendencia a evaluar las consecuencias de sus actos en línea de forma diferente a lo que realiza en la "vida real". Existe una percepción de libertad y "falta de responsabilidad" al subir una opinión en #Facebook o #Twitter, enviar un texto hiriente o una fotografía por #Whatsapp, etc. Me parece que eso tiene que ver principalmente que como generación, tanto padres como maestros priorizamos o solo nos enfocarnos en los actos que puedan generar daño "real" o físico a nuestros hijos, sin embargo, todos debemos tener consciencia de que toda actividad mal regulada o no supervisada en internet puede llegar a consecuencias desastrosas a nivel moral y emocional o incluso, #riesgo real y físico por mantener poca supervisión o entendimiento de los peligros de internet.

A continuación, presento los que han sido considerados como los principales riesgos o peligros a los que los niños y adolescentes pueden llegar a enfrentarse al momento de encontrarse navegando en internet o bien, interactuando en línea por diversos dispositivos electrónicos como podrían ser celulares, tablet, computadoras o videojuegos.


#SEXTING. Actualmente uno de los peligros más frecuentes y ya tipificados a nivel legal en México, es el sexting el cual es el envío de contenidos de tipo sexual (principalmente fotografías y/o vídeos) producidos generalmente por el propio niño o adolescente, a otras personas por medio de teléfonos móviles (principalmente). "Juegos", retos o las primeras vinculaciones amorosas y la intensidad que los adolescentes pueden llegar a sentir el despertar su sexualidad pueden ser terreno fértil para que un niño o adolescente envíe material sexual confiando en el remitente y sin medir las consecuencias morales y emocionales.

ACOSO CIBERNÉTICO O #CYBERBULLYING. Constantes mensajes hirientes, burlas, llamadas, creación de páginas o memes con contenido que menosprecia o amenaza a un niño o adolescente es considerado cyberbullying. Desafortunadamente la imagen que tenemos de bullying es de un niño o adolescente que golpea, grita o insulta en la escuela a un compañero, sin embargo, realmente y a la fecha precisamente porque es más difícil de detectar y regular, estos actos que hieren y aíslan a otro pasaron a enviarse como indirectas, mensajes "anónimos" o aislamiento en en grupos escolares o insultos en grupos privados en ambientes cibernéticos o en línea.

#GROOMING. Uno de los más grandes peligros que implican riesgo real para los menores de edad. Grooming se refiere acciones deliberadamente emprendidas por un adulto a través de Internet con el objetivo de interactuar con un menor de edad y crear un vínculo emocional que haga "bajar la guardia" y ganar la confianza del niño o adolescente y poder abusar sexualmente de él, esto puede ser no solo a través de fomentar la revelación de información para poder tener interacción física con el niño o adolescente, sino también para obtener material pornográfico de ellos.

SECUESTRO, EXTORSIÓN O AMENAZAS. Compartir constantemente la ubicación, subir fotografías con el uniforme de la escuela o clubes de actividades extracurriculares, realizar invitaciones masivas y públicas puede llevar a colocar en riesgo al niño o adolescente que no toma conciencia que la vida en línea es hoy día, una de las principales formas utilizadas para poder rastrear o entender los movimientos de una persona. Es necesario prevenir y mantener todo perfil o información como privada, así como comprobar solicitud de amistad o la identidad de quien sigue las fotos o perfiles en diferentes redes sociales.

#AISLAMIENTO EXTREMO POR LA PRIORIZACIÓN DE LA VIDA EN LÍNEA. Juegos, entretenimiento, películas o incluso contacto con amigos de forma ilimitada, puede generar aislamiento de un niño o adolescente, volviéndose poco activos y #aislados. La vida en línea puede llegar a ser más satisfactoria y cómoda que la vida real que siempre estará llena de angustias y conflicto, sin embargo, regularmente cuando el aislamiento extremo sucede, es por la falta de habilidades sociales para interactuar, por lo que es prioritario fomentarlas en el niño o adolescente.

BAJA TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN Y ADICCIÓN A INTERNET O AL USO DE APARATOS ELECTRÓNICOS. La #adicciónainternet o a aparatos electrónicos fue recientemente tipificado como una situación epidémica en la generación de niños y adolescentes actuales al rededor del mundo. Imposibilidad de "desconectarse", estados de #ansiedad o #agresividad si se plantea la posibilidad o indicación de que no pueden usar celulares o no tienen conexión a internet pueden ser algunos signos de adicción o baja tolerancia a la frustración.


La recomendación para los padres es que se hable claramente del peligro, se pregunte si conocen los riesgo y si pueden explicarlos. Hablar con ellos sobre el #peligro tal cual y como se hiciera sobre no salir de noche a solas para encontrarse con un extraño. Cuando se tienen dudas o ya se ha detectado alguno de estos peligros en la vida en línea del niño o adolescente, se recomienda asistir con un psicólogo clínico o psicoterapeuta para entender las implicaciones del problema y asesorarse sobre los siguientes pasos a seguir.

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