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Artículos sobre Ayuda Psicológica

  • 28 abr 2022
  • 3 Min. de lectura

La violencia se encuentra latente en nuestras vidas en general y ésta es depositada en diferentes espacios cotidianos, siendo el #fútbol uno de los #deportes más populares a nivel mundial, este entorno no podía ser la excepción. El #fútbol atraviesa fronteras, géneros y creencias, para los aficionados es más que la expresión de un #deporte, el #fútbol es una forma de vida independientemente de las diferenciaciones sociales o económicas, une a la afición en la emoción, la energía en los partidos y la pasión desbordante de acompañar cada juego. Posibilita la disminución de las tensiones rutinarias así sea sólo por 90 minutos, al ser una forma de escape de otras realidades, el escenario del #fútbol puede llegar a potenciar emociones que no encuentran otras maneras de ser gestionadas. ¿Qué condiciones estructurales llevan a que la #violencia sea la ruta de salida en el futbol?


fútbol

Los lazos de grupo, conexión y pertenencia que existen entre los aficionados deportivos son de los más fuertes, comparados en similitud con los grupos políticos o la religión. En este tipo de agrupaciones se puede encontrar un común denominador, el fanatismo llevado al extremo, expresado tanto fuera como dentro de estos espacios. En las gradas de los estadios se encuentra una #identidad, la sensación de pertenecer, de ser reconocido socialmente y compartir un mismo interés. La pasión exacerbada que se viraliza en las tribunas no se queda ahí, se extiende a los lugares previos y posteriores a los encuentros, los aficionados apoyan en todo momento a su equipo, siguiendo su trayectoria, integrando la rivalidad a su vida cotidiana, desarrollando un sentido de territorialidad que le da valor a la exaltación de la fuerza. Los actos de #violencia en el futbol por grupos radicales están relacionados con el nivel de compromiso e identificación que el aficionado tiene con su equipo, como una forma de mostrar su lealtad, reafirmando su valía e# identidad.


La violencia en el #deporte es estudiada desde diferentes perspectivas teóricas. Para el psicólogo Jorge Garzarelli, la violencia se puede enfocar desde dos aspectos: el fanatismo y la agresividad. El fanatismo puede darse de forma personal o grupal y se presenta de forma contradictoria, por un lado, recoge deseos e #idealizaciones, pero por otro, esperanzas fallidas, decepciones, etc. que se proyectan en el ídolo, en el equipo o en el club. El modelo de Jhon Kerr explica los comportamientos #violentos como un intento de satisfacer las necesidades individuales, en el #fútbol la violencia se vería favorecida por la convergencia de individuos con las mismas necesidades. El antropólogo británico Jeremy MacClency matiza que el deporte no es un reflejo aislado de la sociedad, sino parte integral: "Debemos entender que el #fútbol no genera violencia por sí mismo. La genera una sociedad donde hay incertidumbre política, desempleo, pobreza, nacionalismos exacerbados que despiertan racismo y falta de educación. Toda esta presión contenida en la gente, toma escape en los partidos de fútbol".


Un estudio realizado por investigadores del Laboratorio de Neurociencia Social de la Universidad de Valencia en 2010, durante la final del Mundial de #Fútbol de Sudáfrica entre España y Holanda, mostró que los niveles de testosterona y cortisol de los individuos estudiados aumentaban significativamente durante el encuentro. Los autores trataron de conocer la respuesta hormonal ante el juego de #futbol, encontraron que el aumento de cortisol entre los aficionados durante el partido era interpretado como una respuesta adaptativa que los prepararía para afrontar y soportar las reacciones negativas de su entorno en el caso de perder el partido, representado como una amenaza para su identidad social, de ahí el incremento de cortisol, una hormona relacionada con el #estrés y la #ansiedad. Del mismo modo los niveles de testosterona, hormona relacionada con la competición social, aumentó preparándolos para defender o realzar su estatus social, haciendo más propensos a los sujetos a ver a los rivales como una #amenaza y como un compañero a aquel que pertenecía a la misma comunidad.


Existen diferentes perspectivas biológicas, sociales y contextuales para observar la violencia que se desenvuelve en torno al #fútbol. Son pocos los deportes que generan tanta pasión en sus aficionados, expresando en forma colectiva una emoción, mismas sensaciones que no tienen oportunidad de ser manifestadas en otros espacios, ya sea por la supuesta #masculinidad en juego o la #virilidad acompañada. Al ser estos grupos un medio para construir identidades colectivas, es necesario desarrollar espacios alternos para gestionar sentimientos, percibidos igual de validos como lo es la pasión en el #fútbol.


Bibliografía

Zambrano, W. (20 de agosto 2021). Perfil del barrista de un equipo de fútbol: pasión, odio y amor. https://www.javeriana.edu.co/pesquisa/perfil-del-barrista-de-un-equipo-de-futbol-pasion-odio-y-amo/

López Frías, F. J. (2012). Neuroética y deporte. ¿Una difícil relación? Contrastes. Revista Internacional De Filosofía, 18(1). https://doi.org/10.24310/Contrastescontrastes.v18i1.1221

Sobrados León, M. (2012). Fútbol, pasión y violencia: comunicando fanatismo desde los medios. En J. Fernández Sanz, A. Rubio Moraga, C. Sanz Establés, Prensa y periodismo especializado 5 (pp. 33-43). Asociación De La Prensa De Guadalajara. https://idus.us.es0´p09/bitstream/handle/11441/31564/20151202161421163.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Actualizado: 2 feb 2022

Sobre la necesidad de la intersección de la ética en análisis y la regulación institucional de la clínica psicológica.





Regulación ética en la labor del psicólogo, psicoterapeuta y psicoanalista.

El horrible caso de #GabrielVallejo en #Guadalara #México es el síntoma de la deficiencia estructural en dos términos concretos; en la incompetencia de las autoridades de impartir justicia en la mayoría de los casos de violencia de género y en la deficiencia sistémica de una adecuada regulación de la práctica clínica/terapéutica.

¿De qué caso hablo?

No pretendo entrar en los escabrosos detalles del caso, solo delinear la problemática que este implica.

En diciembre del año 2020, se denunció por medio de #redessociales y de las vías pertinentes de justicia al “psicoanalista” (nótese las comillas bajo la que se nombra) Gabriel Vallejo de varios #crímenes; #Pederastia, #violación, coacción y #amenaza son los que se encuentran hasta arriba de la lista perpetuados contra #pacientes y gente cercana a Vallejo.

Es totalmente reprobable que esto se de en cualquier caso, sin embargo, el agravante preocupante de todo esto es de la posición que ocupaba el victimario frente a sus víctimas; a saber, una posición de #poder como “profesional de la #saludmental”.

Este caso abre el espacio para cuestionarse la necesidad de una #regulación que, institucionalmente hablando, salvaguarde la integridad de los y las pacientes frente a prácticas poco éticas de clínica psicológica.

¿Acaso es que no existan estas instituciones que ayuden a regular las prácticas clínicas? Si las hay, desde privadas (como el colegio de #psicólogos, conformado por el gremio) hasta públicas (como la propia secretaria de #salud), sin embargo, su presencia en la resolución de este tipo de problemáticas brilla por su ausencia, así como su posicionamiento frente a otro tipo de “practicas terapéuticas” que no es menos que simplista.

Esto es importante en el contexto propio del #psicoanálisis, que dentro de la esfera de #profesionistas esta visto con malos ojos, y el caso Vallejo no ayuda en dar una buena imagen a la #sociedad civil.

¿Qué hacer entonces?

La propuesta de una reforma a las legislaturas en materia de salud mental siempre se ha encontrado a flote en el debate entre #psicólogos y #psicólogas, sin embargo, la perspectiva carece de un verdadero cambio en mejoría de la regulación de las prácticas clínicas. En su mayoría las propuestas emergentes están orientadas a tecnologías individualistas y atomistas, especialistas en sentido de que quienes deben regular este tipo de prácticas sean los mismos quienes las practicas, a saber los psicólogos y psicólogas clínicas. Esto causa una alienación que no permite el correcto distanciamiento de lo hecho por uno mismo, y entonces se desvalida por completo cualquier otra visión, en especial la del paciente.

Innumerables casos ha habido de pacientes que denuncian practicas terapéuticas cuestionables y que el mismo gremio intenta justificar (los motivos son varios, no los abordaremos aquí), quitándole validez al paciente en su sentir y su determinación dentro del mismo proceso democratizador de la práctica clínica.

Mi posicionamiento es el tratar de empatar y abrir espacio al psicoanálisis (y su postura frente al otro) en esta democratización/politización.

Es entonces pertinente mencionar la dimensión ética en psicoanálisis, dejándonos de lado estas interpretaciones estériles e idealistas que pretenden condensar dicho campo en la famosa frase “La ética del buen decir” que poco o nada tiene que aportar. La #ética en psicoanálisis tiene que ver con la #escucha del otro, y como esta escucha no es un mero acto pasivo, sino activo. Es así que la ética del psicoanálisis no tiene que ver solo con el analista, sino con el paciente también, y viceversa.

Es preciso no ceder a esta idea burguesa de que el paciente no contiene determinación en “el camino de la #cura”, puesto que es bien sabido que dentro del consultorio el paciente va delimitando la práctica del #terapeuta, en un sentido #inconsciente claro está. De ahí que sucedan estas intervenciones que no son captadas por el paciente por infinidad de motivos, cosa que causa un decurso en la práctica del terapeuta hacia otro lado.

Es esta posición la que propongo traducir al terreno material de la #política. Que esta determinación en primera cuenta inconsciente devenga consciente y pueda ser articulada en #quejas, #dudas, #sugerencias sobre la práctica clínica del psicólogo, y que este a su vez se cuestione su propia práctica, tomando distancia a partir de un comité que emita una visión descentrada de cierto tipo de técnicas terapéuticas.

El camino propuesto no es fácil, pero cuando se habla de la clínica nada es realmente fácil.



Atención psicológica a adolescentes y adultos

Asociación Libre - Psicólogos en Guadalajara




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