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Artículos sobre Ayuda Psicológica

  • 1 abr 2020
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 17 mar 2023


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Aparición de ansiedad durante la cuarentena

En estos días he observado diversas reacciones ante la alerta del #COVID19 y con ello los cambios en nuestra rutina que se han instalado poco a poco hasta la promulgación del gobierno y un llamado a la necesidad de #aislamiento de la mayoría de la población con el fin de intentar prevenir la saturación de hospitales de personas infectadas por el #virus. Las reacciones que se despiertan en la gente van desde las polarizadas como: Compras de pánico, abandono de mascotas, compartir noticias falsas, y caer en un estado de total #angustia en donde el #miedo y la necesidad de supervivencia están desbordados y tienen efectos en el cuerpo.


Otra reacción radical e igualmente desmedida es la negación de la vulnerabilidad que transitamos como #humanidad y #sociedad. Ante la globalización que en la actualidad vivimos es innegable que todos podemos estar expuestos ante la infección o a ser una vía para poder transmitirlo a otros con mayor vulnerabilidad dentro de los rangos que propone la Secretaria de Salud como: estar embarazada, tener un recién nacido, ser mayor de sesenta años o padecer alguna enfermedad crónica. Ante esta reacción estas personas no toman ninguna medida de prevención y van caminando con un sentimiento de inmunidad u omnipotencia ante el virus.


Claro está que lo que describimos es una ilustración de cómo nos defendemos ante nuestros miedos más profundos, uno de ellos es: la muerte o el desvalimiento. Bien dice Freud(1930) que no tenemos inscripción de la experiencia de nuestro origen y de la muerte, por tanto necesitamos historias que nos promuevan un sentido mítico y necesario para situarnos en un lugar como individuos, ya que el humano al ser un cuerpo que no se acaba en lo meramente orgánico, no solo sobrevive con alimento, sino que necesita al otro para poder pertenecer al orden de lo vivo. Es decir nuestra doble naturaleza biológica y social nos hace seres complejos en donde nuestra supervivencia no depende de nosotros mismos, al contrario nos hace seres dependientes de lo social.


Pereña (2011) argumenta que el estado de desamparo en el que nacemos despierta la agresividad en las personas, ya que el otro a la vez es objeto de satisfacción como de frustración. Este estado lo describió #Freud(1930) en su obra como un desvalimiento originario en donde las necesidades sólo pueden ser satisfechas por otro que empatice tanto con nuestras necesidades físicas como afectivas. El cachorro humano en sus inicios necesita para crecer todo un ambiente que le promueva seguridad, esto va cambiando con el tiempo. Sin embargo aquí el punto de traer el término del desvalimiento tiene la intención de intentar darle un sentido entre muchos otros a estas reacciones radicales. El miedo al desamparo es uno de los más profundos que produce angustias relacionadas a la posibilidad real que se experimentó en nuestros primeros encuentros con la vida y lo qué ahí se inscribió en nuestro cuerpo en relación con nuestra propia experiencia con el otro encargado de nuestra supervivencia.


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Tener miedo y ansiedad es normal ante la contingencia por COVID-19

Muchos pensaran: pero si ya no somos bebés, y es cierto. Sin embargo las experiencias de nuestra primer infancia nos dejan huellas muy profundas que pueden quedar registradas como sensaciones a las que nos son fácil darles una salida mediante la palabra. Lo inconsciente tiene las cualidades de ser atemporal y aespacial, por tanto el sentido del tiempo y espacio se organiza de formas distintas a las medidas por un calendario o un reloj. El tiempo propio se organiza de distinta manera en cada uno de nosotros dependiendo de nuestra particularidad histórica, a esto se enlazan otros aspectos que tienen que ver con nuestra pertenencia a una cultura.


Freud(1930) en sus escritos del malestar de la cultura ilustra de manera puntual que nuestra búsqueda de la felicidad absoluta y los ideales que nuestra cultura nos impone para lograrlos están muy lejos de nuestro poder humano, y nos devuelve nuestra imagen mortal que muchas veces nos provoca sufrimientos. La imbricación de lo biológico y lo social pareciera una imposibilidad que nos guía ante diversas frustraciones puesto que al carecer de un registro de la experiencia de la muerte y mantener estos rituales lo más posible alejados, nos provocan la ilusión de inmunidad ante ella, sólo cuando la muerte de alguno de nuestros seres queridos, la enfermedad o alguna amenaza de la naturaleza nos recuerdan que somos humanos y lo que nos sostiene en la vida también forma parte del orden natural de lo transitorio. Para este autor existen tres recordatorios de nuestra condición: el cuerpo propio que tiene una caducidad y esta expuesto a la enfermedad, las violentas reacciones de la naturaleza que forman parte de su orden y la complejidad de nuestra vida anímica que constantemente choca con los ideales culturales que aspiran muchas veces hacia la desmentida de lo que somos en pro de una “evolución.” Podría pensarse que el avance tan rápido de lo tecnológico nos promueve el pensamiento de poder parecernos a las máquinas o a los dioses caracterizados por la omnipotencia, inmortalidad, omnisapiecia, y omnipresencia.


En estos momentos nos encontramos de frente ante el reordenamiento de tales formas en las que hemos vivido automáticamente sin sentarnos a cuestionarlas de manera profunda. Lo primero es que nuestro cuerpo puede enfermar y el poco poder que tenemos ante lo que amenaza nuestra vida y tranquilidad y la de nuestros seres queridos. Esto puede promover angustias sobre la caída de nuestras creencias cotidianas de nuestra invulnerabilidad y nos devuelven nuestras vestiduras humanas que necesitan de grandes cantidades de reflexión, modestia y humildad para intentar conservarnos lo mejor que se pueda. Si bien es importantísimo luchar por la individualidad esto no excluye al cuidado del otro. Estos encuentros con los otros nos proveen de posibilidades para constituir nuestra propia existencia y dotarla de experiencia y continua reinvención puesto que lo que nos queda claro con estas vivencias actuales es que la única constante es el cambio. También es importante recordar que sin los otros no podemos tener una existencia dichosa, sin el otro al igual que sin el alimento no sobrevivimos, es importante cuidar lo individual puesto que esto apunta hacia los demás. Así que no queda más que hacer lo propio asumiendo que esto pueda tener un impacto más allá de uno. Y ¿Qué es lo propio? Aquí entran los recursos creativos que cada persona se imponga como calmantes de sus angustias, dice Freud (1930) que existen poderosos calmantes que nos ayudan a soportar las adversidades de la vida: “… poderosas distracciones, que nos hagan valuar en poco nuestra miseria; satisfacciones sustitutivas, que la reduzcan, y sustancias embriagadoras que nos vuelvan insensibles a ellas. Algo de esto es indispensable.” (Freud, 1930, 75.)


Además del diálogo en un espacio terapéutico con alguien donde podamos intercambiar palabras que nos produzcan calma o reflexión. Opto por sugerir las satisfacciones sustitutivas que provee el arte, que al ser producto de la creación humana son lugares de encuentro con algo de lo que nos conmueve profundamente en nosotros a partir de una pieza musical, un escrito, pintura, una película, etc. Eso que la imagen que otro plasma mira de mí mismo y me permite crearme un lugar en donde sea posible reinventarme en el mundo. Habrá personas que se vuelvan a la ciencia, o a la religión que también promueven la ilusión y nos reducen las angustias. Con ello quiero defender el término ilusión como algo con tanta fuerza que nos empuja hacia la vida y que proviene del deseo #humano.
















  • 29 may 2019
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 8 mar 2020


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La #OMS considera #adolescencia al periodo de desarrollo comprendido entre los 10 y 19 años de edad​, siendo la parte inicial de la adolescencia o #pubertad comprendida entre 9 - 10 años en las #niñas y a los 11 en los #niños llegando a los 14-15 años; La adolescencia media y tardía se extiende, hasta los 19 - 25 años de edad (para algunos especialistas).


La adolescencia conlleva tanto #cambiosfísicos, psicológicos y sociales, los cambios físicos en la adolescencia por supuesto son los más evidentes sin embargo, poco se habla sobre las implicaciones de éstos en la #vidaemocional y social del adolescente.


¿Cuáles son los cambios físicos en la adolescencia?

  • Un aumento en la estatura

  • La grasa corporal y la masa muscular se redistribuye dependiendo del sexo.

  • Aparición del acné y las espinillas en la zona del rostro

  • Aumento en el olor del sudor volviéndose mucho más fuerte

  • La voz cambia y se vuelve más aguda en las mujeres y más ronca en los hombres.

  • Empieza a salir vello en diferentes zonas del cuerpo como axilas y zona genital, así como en el rostro, piernas y brazos en el caso de los hombres

  • Hay un crecimiento de los senos y aparece la menarquía o primera menstruación.

  • Hay un importante aumento de los genitales tanto en los testículos como en el pene y se produce la primera eyaculación.

¿Cómo afectan los cambios físicos en la adolescencia?


Un estirón intenso, años sin crecimiento, aumento de peso, delgadez importante, torpeza al correr o hacer deportes, enamoramientos intensos y frecuentes, aunque pueden ser resultados visibles o cambios físicos en la adolescencia "normales" para cada individuo puede llegar a ser vividos con grandes montos de angustia, temor o incluso de forma hipersexualizada.


Y es que en este último tema en donde se pone el acento al hablar de los cambios físicos de la adolescencia ya que la llegada del desarrollo sexual es precisamente la llegada de "lo sexual", y lo sexual siempre generará una particular expectativa social y familiar, así como también un reacción intensa para el mismo adolescente, después de todo, será la primera vez que se enfrentará al intenso impulso y al cambio radical de su #cuerpoymente.


¿Cómo puedo manejar los cambios físicos en la adolescencia sin caer en estereotipos o superficialidades?


Los cambios físicos son inevitables, aparecerán en diferente medida e intensidad pero habrán de llegar, es importante normalizarlos, hablar como todos y cada uno de nosotros habrá de pasar por ese cambio, que es normal y entendible tener dudas, #angustia y #miedo, y sobre todo fomentar que se tenga información fidedigna y profesional que el adolescente pueda consultar.


Si tienes más preguntas no dudes en preguntar a profesionales, ya sea médicos, #psicólogos o #psicoterapeutas especializados en per-adolescentes y adolescentes. Todos estamos para ayudarte y mejorar la calidad de vida de tu #familia y tu adolescente.

  • 28 may 2019
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 8 mar 2020


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5 motivos para ir a terapia psicológica

Ir al #psicólogo, ir a terapia, asistir a terapia psicológica son algunas de las formas a las que nos referimos cuando pensamos en recibir atención por parte de un #psicólogo clínico o psicoterapeuta.

Existen múltiples razones por las cuales una persona decide tener su primera sesión de terapia psicológica, estos motivos dependen mucho del tipo de terapia psicológica que se solicite, es decir, si se solicita la atención para un niño, adolescente, adultos, pareja o bien, una familia.

En este artículo me centraré en abordar lo que considero que serían los 5 motivos principales por las cuales una persona adulta solicita terapia psicológica por primera vez:

1. Mis #pensamientos o #sentimientos están fuera de control.

Pensamientos. Si te la pasas constantemente pensando, tratando de analizar cada pequeño detalle de una conversación o de la actitud de una persona o centrándote en cada aspecto de una situación buscando un sentido o una intensión, si no puedes dejar de pensar en algo que pasó hace tiempo como si fuera reciente, te conviene muchísimo asistir a terapia psicológica. No poder dejar de pensar genera altos niveles de estrés y ansiedad, es sentirse fuera de control.

Sentimientos. Intensos exabruptos de #ira, no poder dejar de #llorar o sentirse #triste, sentirse fuertemente frustrado ante cosas insignificantes, sentir #miedo ante situaciones imaginarias o cotidianas, cuando nuestros sentimientos se encuentran desbordados o incluso, ni siquiera podemos identificarlos y solo aparece #angustia o #ansiedad necesitamos buscar ayuda profesional a través de la terapia psicológica o psicoterapia.

2. Me centro en el pasado a tal grado que siento que no puedo continuar.

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Infidelidad, depresión, ansiedad.

No poder olvidar sucesos de nuestra #infancia, #adolescencia o situaciones como fallecimientos, pérdidas materiales, despidos, situaciones como #infidelidad, conflictos familiares o de #pareja. Muchos hablan de un tiempo determinado para recuperarse de una pérdida o de un hecho que fue traumático, sin embargo considero que para cada persona es diferente la forma en la que nos recuperamos, cuando una persona busca terapia psicológica porque está centrado en el pasado regularmente han pasado meses e incluso años que ha tratado de recuperarse con sus recursos y el apoyo de su entorno, no debe ser considerado como una debilidad o falla en el carácter sino considerar que las implicaciones de esa situación afectaron profundamente el autoconcepto y la idea misma de la vida que se tenía hasta ese momento.

3. Siento que no tengo #autoestima o no me conozco a mí mismo.

Sentirse perdido, desvalorado, minimizado, que nuestra opinión no es tomada en cuenta, sin o con pocas capacidades o habilidades, si nos encontramos centrándonos constantemente en aquello que no podemos lograr sin darnos cuenta de nuestros puntos positivos implica que mi autoconcepto está menguado, es decir, que nuestra autoestima o valía persona está minimizada. Cuando una persona no se conoce a sí mismo o cuando se siente menos la forma en que se trata a si mismo (y cómo permite que los otros lo traten) puede llegar enfermiza, con tendencia a complacer o disculparse constantemente.

4. Termino repitiendo patrones.

Muchas personas que van por primera vez a terapia psicológica mencionan que constantemente se meten en problemas o relaciones interpersonales con características similares que les hacen daño pero que, no saben con exactitud como fue que terminaron en esa situación (relaciones de pareja abusivas, sometimiento por parte de un miembro de mi familia o trabajo), cualquier relación o situación que te genere daño o dolor debes cuestionarte si necesitas terapia psicológica realizada por un especialista para poder encontrar las posibles fuentes de estos patrones repetitivos.

5. Siento que no tengo un plan o que no puedo tomar decisiones.

Por último, cuando nos vemos inmovilizados a generar un #plan o tomar una #decisión importante y que a pesar de tener información no podemos hacer coincidir nuestros sentimientos o pensamientos buscar terapia psicológica puede llegar a ser un elemento para poder abordar de forma más neutral, entendiendo lo que pensamos y sentimos en realidad.

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