top of page

Artículos sobre Ayuda Psicológica

  • 30 nov 2023
  • 3 Min. de lectura

Una gran cantidad de personas nos hemos realizado este cuestionamiento y sugiero que una respuesta acertada, es que sí, sin embargo, esto es variante en cada ser humano ya que en menor o mayor medida los #estadosemocionales que presentamos influyen en nuestro día a día, incluyendo en la realización de las tareas escolares o laborales, en la forma en que reaccionamos con los demás, en el cumplimiento de actividades como el ejercicio físico, en si decidimos o no

salir a cenar con los amigos o incluso dar un paseo con tu mascota y por supuesto en nuestros hábitos alimenticios, pues a partir de ello a veces se deja de comer o incluso, también llegamos a

excedernos.

En su libro ¿Tengo #inteligenciaemocional? Manel Guell define una emoción como “una respuesta del cuerpo ante un determinado estímulo” y ejemplifica mencionando que si encontramos a una persona que apreciamos y que hace tiempo no vemos, ese sería el estímulo y, la respuesta emocional posiblemente sea de sorpresa y después de alegría. Entonces, considerando así que en nuestra vida diaria nos enfrentamos a múltiples situaciones tanto agradables como desagradables, debemos tener en cuenta que las emociones que llegamos a experimentar son variadas pues podemos pasar de la alegría, a la tristeza, enojo e incluso al estrés o a la ansiedad de forma rápida y en ocasiones, sin amplias nociones de qué hacer con ello que estamos sintiendo. En conclusión, suele haber un cúmulo de emociones que incluso pueden potenciarse por el hecho de haber atravesado por sucesos personales adversos a lo largo de nuestra vida y que no logramos sobrellevar, por ejemplo, los relacionados con procesos de duelo por pérdidas familiares, rupturas amorosas, frustraciones diarias del entorno escolar o laboral e incluso por el contexto actual en el que vivimos y en el que se destaca un ritmo de vida acelerado, que en conjunto hace que sea más difícil lidiar con todo lo que estamos sintiendo y por ello, eventualmente busquemos mecanismos que nos permitan aliviar o aligerar esto.


Puede haber diferentes conductas utilizadas con estos fines, incluso algunas que son funcionales

para nuestra vida como es el hacer ejercicio, la meditación, practicar alguna actividad artística, sin

embargo, también pueden empezar a aparecer #hábitos nocivos que de forma inconsciente se

instalan en nuestra cotidianeidad como huida ante #emociones o #sentimientos poco tolerables, tal como son las conductas adictivas relacionadas al alcohol, las drogas o incluso la #comida, debido a que esta última y considerando las anteriores, es una #adicción pensada como más benévola para muchos, sin embargo, de alta importancia y consecuencias sumamente graves tanto en el estado de bienestar físico como en lo emocional pues a la larga esto puede causar problemas de trastornos del comportamiento alimentario.

De ahí que en un primer momento se recurra a la ingesta de alimentos buscando una satisfacción momentánea que calme la #ansiedad, el #estrés, que acompañe en la #soledad, que nos premie ante un logro o incluso, que aligere la #tristeza que se está sintiendo pues si bien, es cierto que esto se sentirá gratificante ya que nuestro #cerebro llega a liberar el neurotransmisor dopamina que está relacionado a la sensación del #placer, de no haber control en ello, con facilidad se producirá una adicción. Ésta adicción, de no ser tratada a la larga puede contribuir a una condición de obesidad, incluso a los trastornos de #bulimia y #anorexia al haber variaciones desmedidas en la ingesta de alimentos.


Según lo reportado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2019, 14 millones de personas en el mundo padecían #trastornosalimentarios, de los que casi 3 millones eran niños y adolescentes.

Es habitual que lleguemos a escuchar expresiones como “me sucede algo, pero no sé qué es”, “me siento raro o rara” y de algún modo, nos damos cuenta que se está experimentando un estado emocional que es complicado de determinar, esto propicia más incertidumbre y a su vez, menos control sobre nuestras conductas. Es importante comenzar a educarnos acerca del proceso de conocer y entender los propios sentimientos y emociones, a fin de que estos nos ayuden en nuestro comportamiento diario. Un método de alta utilidad es la introspección, que es la capacidad que tenemos las personas de hacer conciencia respecto a nuestros estados emocionales, de tal forma que al practicar el autoconocimiento pudiéramos vernos beneficiados para reflexionar antes de proceder ante determinado tipo de comportamiento que se esté a punto de llevar a cabo como pudiera ser un atracón de comida. Es un proceso que puede resultar un tanto complicado, pero un profesional de la salud mental podría apoyarte en ello para que logres llevar una vida más saludable tanto en lo físico como en lo emocional.






Psicóloga Carolina Villarreal

Atención Psicológica a adolescentes y adultos

Asociación Libre - Psicólogos en Monterresy



La relación entre la comida y las emociones

¿Por qué será que es muy común ver en las películas que cuando alguien está #triste se pone a #comer nieve, chocolate o mucha #comida chatarra?


La pregunta anterior se resuelve haciendo de nuestro conocimiento que además de que nuestras #emociones se “alimentan” de pensamientos, prácticamente también lo hacen literal de la #comida, de igual manera lo que elegimos #comer muchas veces depende de cómo nos estamos sintiendo. Digamos que es una cuestión recíproca.


Cuando nos alentamos a llevar una #alimentación sana usualmente es porque nos encontramos motivados, felices y hasta de propósito de año nuevo suele estar en las listas de muchos. Entonces suele pasar que después de un corto tiempo lo dejamos por todos los inconvenientes que la vida cotidiana tiene y por la fluctuación de las #emociones.

Comúnmente ingerimos #alimentos que no son tan buenos para la salud cuando tenemos alguna #emoción desagradable, esto se debe a que necesitamos #comida “reconfortante” para hacernos sentir mejor de lo que estamos, cabe mencionar que es deliciosa y eso también provoca que recurramos a la #comida “basura”.

Por otra parte, haciendo a un lado la calidad de la #comida y viendo por la cantidad, ésta tiene que ver con qué tan fuerte sintamos la #emoción, sin importar que sea desagradable o no. Esto se debe a que hay una inhibición mayor del control #alimentario y llega a provocar que comamos más de lo usual.


Kaplan y Kaplan (1957) en su teoría psicosomática, mencionan que el aumento de la ingesta alimentaria es una conducta que se usa como estrategia para afrontar #emociones desagradables y se convierte en una conducta disfuncional, dado que en situaciones fisiológicamente normales cuando surge la angustia disminuye el hambre y se activa el sistema nervioso simpático, reorganizando el fluido sanguíneo hacia el aparato digestivo. El enfrentar las #emociones “negativas” por medio de la #comida se lleva a cabo con #alimentos que actúan sobre el sistema de recompensa neurobiológico causando placer frente a dichas #emociones y que afectan la síntesis de neurotransmisores, entre los que sobresale la serotonina. Los alimentos que producen placer son los que encontramos con etiquetas de advertencia, o sea los que tienen exceso de calorías, azúcares y grasas. Es así como se crea un #comedoremocional.


Desde la perspectiva de Bruch (1971) es importante identificar y diferenciar las #emociones habituales de las que tienen relación con las sensaciones de hambre-saciedad, ya que si no funciona de esta manera y las mezclamos sin saber cuál es cuál es porque se debe a una alteración en la comunicación que tiene origen en el vínculo temprano madre/padre-hij@, resultado de la incapacidad de padre/madre para responder empáticamente a lo que l@s hij@s necesitan biológica, social y emocionalmente. Una de estas necesidades es la #alimentación, el conflicto es que no se confirma ni refuerza, o es de forma contradictoria e imprecisa, por parte de mamá/papá y como aún está en desarrollo el YO en la infancia no se logran adquirir los elementos psicológicos que se requieren para diferenciar los estados de #hambre y saciedad, lo que causa un aumento en la ingesta cuando aparecen las exigencias #emocionales.


Es necesario que nuestros padres o quien se haga responsable de nosotros nos enseñen desde pequeños que las #emociones tienen #relación con lo que #comemos para que cuando vayamos creciendo no lo hagamos con confusiones. Cuestionamiento de los adultos: Pero ya crecí y tengo muchas confusiones en cuanto a lo que siento y la #comida, ¿qué puedo hacer?. A continuación se presentan algunos puntos que podrías llevar a cabo:


  • Haz algo diferente. En vez de #comer cuando te encuentres estresado, procura hacer ejercicio.

  • Cuando sientas la necesidad de tener atracones, piensa en cómo te estás sintiendo y qué es lo que lo ocasionó.

  • Cuando te vengan muchas ganas de #comer y que identifiques que no se debe a que ya es tu hora de #comida, espera a que pase un tiempo para que la sensación baje o se vaya.

  • Cambia lo que sueles comer cuando te sientes ansioso por nueces, almendras o alguna botana sana.



Aprender a nombrar lo que sentimos para hacer algo al respecto hará la diferencia para crear una sociedad con personas sanas física y emocionalmente.



Referencias

-Bruch, H. (1971). Desórdenes alimenticios: Obesidad, anorexia y la persona dentro. Inglaterra: Routledge and Hegan Paul.

-Kaplan, HI, Kaplan, H. (1957). El concepto psicosomático de la obesidad. s.e.





Psicóloga Itzel Trejo


Atención psicológica a niños, adolescentes, adultos y parejas


Asociación Libre - Psicólogos en Guadalajara



bottom of page