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Artículos sobre Ayuda Psicológica

  • 14 oct 2021
  • 4 Min. de lectura

Síndrome del impostor y su relación con el éxito

Lograr #éxito personal, conseguir el empleo por el que siempre se trabajó, obtener #méritos académicos y reconocimiento, o tener una relación de pareja sana y estable, llegar a esto y de alguna u otra forma dudar acerca de merecerlo, sentir que los logros que se están dando vienen por cosa de suerte, casualidad o por ayuda de alguien más, en lugar de ser el resultado de hacer las cosas bien y de esforzarse. Esta idea de estar engañando a aquellos que reconocen la dedicación y que en cualquier momento se pueden defraudar si descubren "la verdad", tiene un nombre asociado y es más común de lo que se podría pensar. Se le conoce como síndrome del #impostor a la sensación de no merecer los éxitos alcanzados, encontrarse incompetente y demeritar las propias capacidades, y aunque no se encuentra clasificado como un síndrome en manuales de diagnóstico de trastornos, reúne una serie de síntomas que aquejan a una gran cantidad de personas. Hablemos de manifestaciones, causas y acciones para detectar y abordar esta condición.


Partamos nombrando características y señales que pueden apoyar a reconocer si se presentan rasgos de este extendido síndrome. Las personas que padecen estos síntomas viven con #angustia y ansiedad por la sensación de ser descubiertos en cualquier momento, imputan sus logros a diversas causas externas, pero no hay reconocimiento del trabajo o de las causas internas que han llevado a conseguirlo. Existe en ellas una sensación constante de #culpa en torno a los éxitos conseguidos, necesitan creer que merecen algo para poder disfrutarlo y eliminar el sentimiento de culpa que no está justificado. Otra señal característica es un elevado nivel de #autocrítica, encontrando fallos en cada detalle acerca de lo dicho o hecho con tendencia hacía agrandarlos, así como un bajo nivel de autocompasión para los propios errores. Por último, tienen dificultades para lidiar con los elogios sin importar de quien vengan pues se duda de la credibilidad en el reconocimiento.


Las causas asociadas al #síndrome son diversas, algunas de estas características pueden derivar de la forma en la que se recibieron los primeros éxitos, del #valor que se le dio a la idea del reconocimiento, los logros y la responsabilidad, sí durante el crecimiento se formó la creencia de que el esfuerzo "era algo que se debía hacer, porque era un deber hacerlo" los logros vendrían sin satisfacción. Una fuente importante del síndrome es la falta de #autoconocimiento, al no tener consciencia acerca de las propias particularidades, esas características esenciales que diferencian a una persona de otra, eso que se hace tan bien podría parecer algo que se da por descontado pues siempre se ha dado de esa manera, sin notar estos elementos incondicionales dentro de cada acto. Por otro lado, una causa social acerca del síndrome del impostor es el #género mayoritario que lo padece, siendo las mujeres quienes lo experimentan con más frecuencia que los hombres debido a las construcciones familiares y sociales que forman la expectativa a cumplir, lo esperado de acuerdo a como deberían de lograrse o comportarse.


Interiorizar las experiencias de éxito puede ser realmente un reto pues a pesar de hacer las cosas bien esto no cambia la #creencia y el pensamiento continua ahí, incluso puede llevar a esforzarse de más para compensar las dudas y evitar ser "descubiertos", reforzando este ciclo y perpetuándolo. Este sentimiento de ser impostor puede llegar a bloquear y convertirse en una barrera en el desarrollo de diferentes áreas, aquí van algunas ideas y acciones a considerar para contrarrestarlo:


Empezar a ser consciente de la retroalimentación externa

Se puede comenzar por dejar de minimizar los elogios, opiniones o críticas, decir "gracias" en lugar de "esto lo hace cualquiera", decir "lo valoro, lo tomaré en cuenta", en lugar de "fue cosa de una sola vez". Esta acción contrarresta la creencia automática de no merecer el reconocimiento, brindando control interno.


Analizar la consecución de los resultados

De cada objetivo alcanzado hay una serie de pasos previos que permitieron llegar a ese punto, realizar este análisis con atención permite conocer en qué medida hubo preparación y cuanto viene de sí mismo, estas son evidencias racionales para identificar que las cosas no vinieron por cuestión de algo externo.


Conocer la propia medida de síndrome del impostor

Un cierto grado de esta sensación puede aquejar a todos en determinado momento de la vida, al empezar una nueva etapa, el cambio puede llegar a sobrepasar. El síndrome del impostor por un tiempo puede funcionar como un motor para empezar a hacer cosas nuevas o diferentes que no se han hecho antes, se puede dar un tiempo para medir hasta qué punto esta sensación es sana y adaptativa y a partir de qué punto es limitante.


Es importante reconocer el grado en el que estos síntomas sobrepasan la capacidad de manejo y es necesario acudir con un #terapeuta, no solo para regular y reducir las sensaciones, si no para conocer además las #causas por las que se originaron estas creencias y pensamientos. No todo puede salir siempre de forma correcta y tratar de tener el control de ello es desgastante, aceptar que sobre la marcha es posible que se den errores y que de ellos se puede aprender también de una manera distinta.




Psicóloga Estefany Hernández


Atención Psicológica de niños, adolescentes y adultos


Asociación Libre - Psicólogos en Guadalajara

  • 15 jul 2021
  • 3 Min. de lectura

El amor es una emoción compleja y multidimensional.

Uno de nuestros grandes deseos como seres humanos es #vincular con otros, desde la compañía

de amigos hasta el afecto y la intimidad de una relación más estrecha. En el caso de las relaciones

de pareja, al compartir tiempo, espacios y sentido de vida con otra persona, estos vínculos se

vuelven particulares con una mezcla de emociones y sensaciones. En ocasiones estos sentimientos

son tan profundos e intensos que se llega asociar el #sufrimiento como algo propio al

#enamorarse, una creencia aprendida cultural y socialmente en la que cuanto más se sufre, más se

está realmente amando al otro. La idea de que sufrir en una relación es algo inevitable, normaliza

el daño como prueba de amor y evita el cuestionamiento de las causas por las que se padece el

sufrimiento. Si bien el conflicto y los desacuerdos son aspectos que se pueden hacer presentes en

cualquier relación, el #dolor no tendría que estar ligado directamente con el #amor.

Por otro lado, pensar que amar se desprende de total sufrimiento, puede caer en la desilusión y lo

irreal, encontrarse en estos extremos lleva a vivir el enamoramiento desde el sufrimiento. Elegir

preguntarse qué significado personal se le da a amar y desde que posición es que se ama, da paso

a vivir relaciones más #conscientes y sanas. Realizar estos cuestionamientos incita a un

reaprendizaje acerca de la forma de vincularse con otros, identificando creencias dañinas. Los

siguientes son puntos a considerar para adoptar diferentes maneras de vivir los afectos,

relacionarse con #amor desde otros lugares, menos desde la angustia y más desde la confianza y la

apreciación.



En el amor, lo que importa es la dinámica de pareja.

- Expresar lo que se busca en la relación

Si se busca una relación abierta, si se desea una relación #monogámica, si no se pretende

formalizar un vínculo. Ser #honestos con lo que se siente, lo que se quiere y con lo que se puede

dar, permite establecer que la otra persona escuche y exprese, que quiere, que está buscando y

que puede dar.

- Asumir la complacencia de las propias necesidades

Se llega a tener la creencia de que al amar, la pareja se convierte en la solución a los malestares y

#carencias del otro. Ninguna persona puede ser la fuente de satisfacción de las necesidades de

otra persona. La idea de que se debe o tiene que ser el salvador o solucionador, genera una gran

carga de responsabilidad y #dependencia para la relación.

- Diferenciarse de la pareja

Tener conciencia de que cada persona en la relación tiene su propia existencia e identidad,

conserva la #individualidad y permite marcar espacios independientes donde se reconoce como

persona #autónoma a la pareja. Cuidar de otros lazos afectivos, otros vínculos como las amistades,

la familia u otros espacios privados como el trabajo o los hobbies, los cuales permanecen ajenos

sin importar el estado de la relación y a los que se puede recurrir si se llegara a perder a la pareja.

- Exceso de futuro



Idealizar y no mostrar vulnerabilidad puede coartar la expresión del amor.

En ocasiones se piensa en el porvenir de la relación trazando propósitos con el anhelo de la visión

de la pareja en el futuro, dejando de lado vivir el presente de la relación. Los planes no siempre

pueden ser realizados como se tienen en mente y la energía enfocada en la #expectativa y la

#idealización podría ser redirigida hacía disfrutar la etapa actual de la relación.

- Conocerse en lo individual

Construir relaciones de pareja desde otra posición también tiene que ver con reconocer las

propias #vulnerabilidades emocionales, los miedos, las angustias, los eventos que han marcado

afectivamente. Reconocer estos aspectos es una manera de asumir la propia vulnerabilidad para

evitar adjudicarle dilemas a la pareja.

Las experiencias anteriores de pareja, la idea social del amor romántico y los ejemplos primarios

que se tuvieron acerca de las relaciones, van sumando piezas para formar la concepción que se

tiene en el presente acerca del amor y el #enamoramiento. Sí se reconoce que sostener alguna de

estas piezas causa malestar a otros o a sí mismo, un #terapeuta puede apoyar a identificar cuáles

de esos fragmentos son nocivos, pues así como se adoptaron también se pueden soltar. Elegir ser

quien dirige sus propios #afectos y maneras de relacionarse es otra forma de procurar la salud y el

#bienestar mental.




Psicóloga Estefany Hernández


Atención psicológica a adolescentes y adultos.


Asociación Libre - Psicólogos en Guadalajara

Actualizado: 2 feb 2022

Sobre la necesidad de la intersección de la ética en análisis y la regulación institucional de la clínica psicológica.





Regulación ética en la labor del psicólogo, psicoterapeuta y psicoanalista.

El horrible caso de #GabrielVallejo en #Guadalara #México es el síntoma de la deficiencia estructural en dos términos concretos; en la incompetencia de las autoridades de impartir justicia en la mayoría de los casos de violencia de género y en la deficiencia sistémica de una adecuada regulación de la práctica clínica/terapéutica.

¿De qué caso hablo?

No pretendo entrar en los escabrosos detalles del caso, solo delinear la problemática que este implica.

En diciembre del año 2020, se denunció por medio de #redessociales y de las vías pertinentes de justicia al “psicoanalista” (nótese las comillas bajo la que se nombra) Gabriel Vallejo de varios #crímenes; #Pederastia, #violación, coacción y #amenaza son los que se encuentran hasta arriba de la lista perpetuados contra #pacientes y gente cercana a Vallejo.

Es totalmente reprobable que esto se de en cualquier caso, sin embargo, el agravante preocupante de todo esto es de la posición que ocupaba el victimario frente a sus víctimas; a saber, una posición de #poder como “profesional de la #saludmental”.

Este caso abre el espacio para cuestionarse la necesidad de una #regulación que, institucionalmente hablando, salvaguarde la integridad de los y las pacientes frente a prácticas poco éticas de clínica psicológica.

¿Acaso es que no existan estas instituciones que ayuden a regular las prácticas clínicas? Si las hay, desde privadas (como el colegio de #psicólogos, conformado por el gremio) hasta públicas (como la propia secretaria de #salud), sin embargo, su presencia en la resolución de este tipo de problemáticas brilla por su ausencia, así como su posicionamiento frente a otro tipo de “practicas terapéuticas” que no es menos que simplista.

Esto es importante en el contexto propio del #psicoanálisis, que dentro de la esfera de #profesionistas esta visto con malos ojos, y el caso Vallejo no ayuda en dar una buena imagen a la #sociedad civil.

¿Qué hacer entonces?

La propuesta de una reforma a las legislaturas en materia de salud mental siempre se ha encontrado a flote en el debate entre #psicólogos y #psicólogas, sin embargo, la perspectiva carece de un verdadero cambio en mejoría de la regulación de las prácticas clínicas. En su mayoría las propuestas emergentes están orientadas a tecnologías individualistas y atomistas, especialistas en sentido de que quienes deben regular este tipo de prácticas sean los mismos quienes las practicas, a saber los psicólogos y psicólogas clínicas. Esto causa una alienación que no permite el correcto distanciamiento de lo hecho por uno mismo, y entonces se desvalida por completo cualquier otra visión, en especial la del paciente.

Innumerables casos ha habido de pacientes que denuncian practicas terapéuticas cuestionables y que el mismo gremio intenta justificar (los motivos son varios, no los abordaremos aquí), quitándole validez al paciente en su sentir y su determinación dentro del mismo proceso democratizador de la práctica clínica.

Mi posicionamiento es el tratar de empatar y abrir espacio al psicoanálisis (y su postura frente al otro) en esta democratización/politización.

Es entonces pertinente mencionar la dimensión ética en psicoanálisis, dejándonos de lado estas interpretaciones estériles e idealistas que pretenden condensar dicho campo en la famosa frase “La ética del buen decir” que poco o nada tiene que aportar. La #ética en psicoanálisis tiene que ver con la #escucha del otro, y como esta escucha no es un mero acto pasivo, sino activo. Es así que la ética del psicoanálisis no tiene que ver solo con el analista, sino con el paciente también, y viceversa.

Es preciso no ceder a esta idea burguesa de que el paciente no contiene determinación en “el camino de la #cura”, puesto que es bien sabido que dentro del consultorio el paciente va delimitando la práctica del #terapeuta, en un sentido #inconsciente claro está. De ahí que sucedan estas intervenciones que no son captadas por el paciente por infinidad de motivos, cosa que causa un decurso en la práctica del terapeuta hacia otro lado.

Es esta posición la que propongo traducir al terreno material de la #política. Que esta determinación en primera cuenta inconsciente devenga consciente y pueda ser articulada en #quejas, #dudas, #sugerencias sobre la práctica clínica del psicólogo, y que este a su vez se cuestione su propia práctica, tomando distancia a partir de un comité que emita una visión descentrada de cierto tipo de técnicas terapéuticas.

El camino propuesto no es fácil, pero cuando se habla de la clínica nada es realmente fácil.



Atención psicológica a adolescentes y adultos

Asociación Libre - Psicólogos en Guadalajara




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